Campamento Gay

←5→

─ ¿Que rayos? ─ emití un susurro que solo pudo escuchar Andrew, provocando que sus labios se abrieran para mostrar una sonrisa cómplice.

En frente estaba Hunter, el monitor, su mirada era de total asombro y sus dedos temblaban debajo de su playera para tratar de acomodar la bragueta de su pantalón.

Aun no lo creo... Digo, ¿en verdad se conocían? Cuanto tiempo le tomo a Thomas llevárselo a la cama.

Me debe de explicar todo con detalles.

─ ¿Es enserio? ─ digo arqueando mis cejas y colocando las manos entre mis pechos. Sus mejillas ya estaban completamente rojas y le hacía verse tan bien que no aguante a emitir un leve suspiro.

─ Yo... Verán chicos...esto no es lo que creen─ en serio creía que me iba a creer ese cuento cuando apenas logró articular la frase.

Comenzó a caminar rápidamente hacia donde se encontraba la cabaña principal. Por lo que Andrew y yo quedamos nuevamente solo. Su rostro no pudo contener la risa hasta notar como salían pequeñas lágrimas de sus ojos.

Nos despedimos con otro beso, cerciorándonos de que nadie estuviera viendo y se fue, sin más que decir. Al menos esta noche podre suponer que recordará nuestro beso en su sueño, o eso debo creer.

Cerré la puerta de la caballa y me recosté de la pared cayendo a pocos centímetros del suelo tras un prolongado suspiro. Nunca pensé que llegara el momento de tener una relación tan precipitada

¿Relación?

Ni siquiera sé cómo definir nuestro estado actual. Estoy empezando actuar como una chica enamorada, maldita sea. Mejor me voy a dormir.

Miré el reloj y me levanto apurado después de escuchar la diana para ir al campamento, aun la pereza de Thomas un seguía roncando, justo en el mismo estado que cuando entre a la habitación.

Les aseguro que me alisté lo más rápido que pude, un poco más y me convertida en flash.

Cuando me disponía a salir escucho algunos quejidos de Thomas, por lo que dirijo la mirada hasta toparme con su estúpido rostro triunfal. Aunque su cara se veía jodidamente mal, conservaba ese aspecto fresco que siempre le caracterizaba.

─ ¿A donde crees que vas tan temprano Nathan?

─ Al campamento, no me quedaré como una maldita pereza acostado.

─ Bien por ti, pero se te olvida que hoy son las inscripciones para el programa de talento─ sale de su cama y observo como lleva en su cuerpo varios chupones que no tarda en tratar de ocultar ¿En serio piensa que no me he enterado?

─ Se me ha olvidado por completo─ respondo agarrando mi bolso y me dirijo hacia la puerta.

─ Oye ¿te pasa algo? Estas muy tenso─ Joder claro que me pasa.

Me pasa que tienes sexo toda la noche con una persona, corrección, con el maldito monitor y me lo quiere ocultar. No entiendo por qué lo estaba haciendo, tal vez porque seas un tonto.

─ No─ le brindo una sonrisa─ solo cuando se te pase el maldito alzheimer dejaré de estar tenso─ esta última palabra la acompaño con un gesto literal.

─ ¿Alzheimer? ─ sin perder el tiempo cerré la puerta y me dispuse a caminar por todo el campamento.

●●●

Busque el folleto de todos los programas y ninguno me llamaba la atención. ¿Es que acaso es muy difícil crear un club de lectura o algo parecido? Me dirijo hacía el área de pintura, no tanto por gustarme, sino que habían unos chicos realmente guapos ahí.