Capítulo 1 - La noche es oscura

343 19 0
                                    

Sentada ante su tocador se maquillaba para la que sería la gran noche, mientras sonaba la canción "Seconds" de "The Human League" en el ordenador.

- Debo darme prisa, Dominik llegara de un momento a otro. - Dijo Sara al ver la hora en el reloj de la mesita.

Habían sido unas semanas muy duras en el que tuvo que doblar turno en el pub donde trabajaba de camarera, dejándole sin apenas tiempo para nada. Además de que se encontraba sin inspiración para continuar sus diversos proyectos: como su nueva novela o terminar el cuadro que empezó hacía meses. Y era extraño, porque desde que se instalo en la ciudad, Stturgart, cada rincón le aportaba miles de ideas. Estaba muy frustrada. Odiaba dejar las cosas a la mitad. No quería volver a repetir los mismos errores del pasado. Al menos ahora tendría tiempo para retomarlo ya que disponía de una semana de descanso.

De pronto, el móvil vibró sacando a Sara de sus pensamientos y devolviéndola a la realidad. Era un mensaje de Dominik.

- Ya estoy aquí preciosa, te espero impaciente en el coche. - Sara sonrió al leerlo.

Aquel chico era varios años más joven que ella y, aún así, desprendía una cierta madurez que le resultaba atractiva. Alto, de piel clara, ojos azules y pelo rubio. Lo conoció hace una semana en el trabajo.

Una noche se presento, se sentó en la mesa más apartada del local y pidió una cerveza de importación. En cuanto sus miradas se cruzaron algo hizo que Sara sintiera un escalofrío por todo su cuerpo. Él no dejaba de mirarla mientras le daba un sorbo a su jarra o una calada a su cigarrillo. Desde entonces, noche tras noche, venía y se sentaba en la misma mesa y pedía lo mismo de siempre. Hasta que hace cuatro días él se sentó en la barra y comenzaron a hablar.

FLASH BACK

Cuatro días antes

Eran las 21:45 y el local ya estaba casi abarrotado de clientes. Estudiantes que desconectaban por una noche de sus exámenes, trabajadores que se recompensan con un rato de relax tras una dura jornada o simplemente amigos que quedaban para charlar entre copa y copa. Sara estaba preparando bebidas, que su compañero llevaba a sus correspondientes mesas, cuando Dominik entro por la puerta ataviado con un traje de tres piezas como de costumbre. Miro a su alrededor y la miro a ella, que ésta al ver su penetrante mirada azul desvió la suya tímidamente. Con esa elegancia que le caracterizaba se dirigió a la barra para sentarse en un taburete, a pesar de que su mesa estaba libre, provocando que ella no pudiera evitar sorprenderse por ello. Trato de aparentar tranquilidad y se acerco a él.

- Buenas noches caballero ¿Lo mismo de siempre? - Pregunto ella con una sonrisa nerviosa.

- Si, por favor. - Contesto a la vez que sacaba su pitillera del bolsillo interior de la chaqueta.

Sara sacó una jarra helada del arcón refrigerador que había bajo la barra, abrió el grifo y la lleno generosamente con su casi dos dedos de espuma.

- Aquí tiene caballero - Dejo la jarra sobre la barra de madera barnizada.

- Gracias preciosa. - Contesto posando su mano sobre la de ella que aún sostenía la jarra, sintiendo el calor de su piel en contraste con la fría bebida, y dijo - Por cierto, me llamo Dominik. ¿Y tú?

- Sara - Retiro su mano ruborizada y se puso a secar unos vasos recién lavados.

- Encantado de conocerte, Sara. - Le guiño un ojo.

- Igualmente Dominik. - Se sintió aún más ruborizada.

- ¿De dónde eres? Porque, aún que hablas bien alemán, tu acento te delata. - Le dio una calada a su cigarro.

Y de repente, vosotros (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora