Capítulo 4 - Nada más importa

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Amaneció todo cubierto de un helado y radiante manto blanco.

Sara y Paul aún dormían en el sofá abrazados el uno al otro. Eran las 10:15. Oliver fue el primero en despertarse. Al bajar al salón y verlos allí no dudo en coger su cámara, que aún estaba en la gran mesa, para inmortalizar el momento. Volvió a subir para despertar a Flake y mostrarle la tierna imagen. Entro a la habitación y se arrodillo junto a la cama.

- Eh, Flake. - Susurro mientras le sacudía el hombro suavemente.

- Mmm... - Murmuro sin moverse un centímetro, pero tras la insistencia del bajista éste alzó la mano por la mesita buscando sus gafas. - ¿Qué pasa Olli? - Pregunto al ponérselas.

Oliver le paso la cámara señalando la pantalla, haciendo que Flake se incorporará. Ambos se echaron una mirada de complicidad y soltaron una risita. Bajaron al salón y se dirigieron a la cocina, sigilosamente, donde cogieron ollas y cazos. Se pusieron junto al sofá, contaron hasta tres en voz baja...

- ¡¡¡Fuego, fuego!!! - Gritaron al unísono a la vez que golpeaban los utensilios entre sí, armando un gran escándalo.

Paul despertó tan sobresaltado que empujo a Sara sin querer, cayendo ésta al suelo, provocando que Oliver y Flake rompieran a reír. Enseguida llegaron Christoph y Till alarmados por los ruidos. En cuanto vieron la escena enseguida entendieron lo que había pasado y acompañaron las carcajadas de sus amigos. Sara los miraba con venganza mientras que Paul la ayudaba a levantarse.

Flake y Oliver propusieron preparar el desayuno a modo de compensación: café, zumo, tostadas y bacon frito. Todos disfrutaban de la deliciosa comida sentados entorno a la gran mesa, excepto Paul y Sara que estaban en la barra de la cocina, mientras Till contaba anécdotas de la banda sobre bromas que se hacían entre ellos.

En ese momento, apareció Richard con tan sólo un vaquero oscuro y un cigarro en su boca y, sin decir nada, se sirvió un café.

- ¡Buenos días, eh! - Exclamó Till, a lo que éste le contesto con un gruñido.

Richard apoyo su cintura contra el borde de la encimera y, mirando a todos, dio un sorbo a su taza. Sara se quedo embobada observando su anatomía. Profundas líneas definían sus pectorales y abdomen, sus brazos eran todo músculos. Estaba increíblemente sexy.

- ¿Richard, no tienes frío? - Pregunto Sara inocentemente.

- Nunca - Dio otro sorbo a su taza. - Soy de sangre muy caliente. - Dijo mirándola de una forma como sólo él sabe hacer; estremecedora.

- Ah... - Sonrió nerviosa. - Bueno, voy a cambiarme de ropa. - Dijo mirando a Flake y éste asintió. Se bajo del taburete y subió a su habitación. Todos se quedaron en silencio.

Al entrar Sara en la habitación cerro la puerta, se apoyo de espaldas contra ella y suspiro. No quería irse. Junto a ellos se sentía realmente viva, como si ese fuera su lugar. Pero ahora llegaba el momento de volver a casa. Se pregunto si volvería a verlos, se pregunto que pasaría ahora entre Paul y ella, se pregunto muchas cosas. Sacudió su cabeza para centrarse, se fue al baño para lavarse la cara y volvió a la habitación. Comenzó a desvestirse y doblo la ropa de Paul, con cuidado, dejándola sobre la cama. Se dirigió al armario y se puso sus leggins, los zapatos y el corset. Como no podía atarse las cuerdas se lo sujeto por detrás con una mano, mientras que con la otra cargo su abrigo.

- Ahora si que voy a pasar verguenza. - Pensó.

Salió de la habitación y volvió al salón donde, ahora, todos estaban sentados en el sofá. Paul tocaba suaves notas en su guitarra, sin dejar de prestar atención a lo que Flake y los demás hablaban. Pero Sara no pudo oír nada ya que ellos al verla enmudecieron de golpe. Algo que le resulto extraño.

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2021 ⏰

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