Le llamaban sensible
Cuando trataban de no ser ofensivos, aunque
Marica
Niña (como si ser una fuese algo malo)
Y muchas otras cosas, solían reemplazar su nombre
Una más hiriente que la otra
Cada palabra dura
Cada ofensa
Y cada acción en su contra
Le ardía en la piel
Las disculpas
Aunque bien intencionadas
No servían de nada
Porque cada vez que era herido
Era como una gota de tinta
Derramándose en su interior
Manchando su alma
Permanentemente.
No era su culpa
Sentir todo
Tan profundamente
Y era un don
El poder dejarse llevar
Por sus emociones
Pero nadie lo veía así
Las ofensas
Y los contantes maltratos
Acabaron con el
Lo convirtieron
En alguien
Vacío
Y sin emoción
¿Acaso eso era mejor?.