Scarlet Collins, Nick Adams, populares, engreídos, pero sobre todo asquerosamente ricos.
¿Cómo es posible que sus padres siendo mejores amigos de toda la vida sus hijos se odien a muerte? Pero así es. Sus padres cansados de tantas peleas y niñerias...
- Puqui! Ya levantate! Tienes que ir al instituto!- gritó mi madre desde el primer piso
Gruñi en respuesta. Odio que me diga así y además no quiero levantarme,quiero seguir durmiendo 5 minutos más al menos.
- 5 minutos más por favor - grité a mi madre, sin embargo, no obtuve respuesta
Lo tomé como una respuesta afirmativa y reposé mi cabeza otra vez en mi cómoda almohada para seguir durmiendo pero de inmediato sentí agua fría correr por mi cara.
- Ahhhhhh - grité y vi a mi mamá riendo descontroladamente, haciéndome enojar aún más
- Mamá - chillé y mi mamá intentó parar de reírse pero no podía y seguía riéndose en mi cara
- Perdón hija, pero siempre quise hacer eso - explicó riéndose aún y yo la fulminé con la mirada y ella salió de mi habitación riéndose
No se cansa de reír?. Bufe y me levante para tomar una ducha rapida. Terminé de bañarme y me puse ropa interior, para elegir la ropa que usaré hoy para el Instituto. Escogí un crop tops, junto a una falda pequeña azul,un abrigo de lana café y unos tacos/botas cafés
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Baje rápidamente las escaleras encontrandome con mamá y papá desayunando y conversando amenamente. Corrí a darle un beso en la mejilla a papá y repetí la misma acción con mamá para correr hacia el garaje
- Ya te vas hija? No vas a desayunar? - me preguntó mi papá y asenti ligeramente
- Si papá, ya me voy, en el Instituto comeré algo - me despedi con la mano para rapidamente subirme a mi auto Ferrari, color morado.
Regalo de papá por mi buena conducta
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Conduje hasta el instituto y me estacione en el lugar donde generalmente me estacionaba, lugar de populares. Salí del auto lentamente y agitando mi cabello, ganandome silbidos de chicos, miradas de chicas con admiración y otras miradas de odio. Salí agitando mi pelo y con mi típica pose de diva/modelo y me dirigí hacia mi casillero. En el camino saludé a algunos compañeros y chicas que también me saludaban, aunque la verdad a veces me cuesta acordarme el nombre de todos pero hago mi mayor intento de hacerlo. Recogí algunos libros en mi casillero para mi siguiente clase, pero noté que aún faltaba mucho así que decidí ir a la cafetería para por lo menos tomar un café, porque si no me dormiría en clase.
