II

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   Tengo 69 años y aún recuerdo el rostro de mi abuela. Todavía me hace falta pero sé que algún día nos volveremos a ver. Me encuentro en un hospital escribiendo el Diario que nunca pude escribir cuando era joven, pero quiero dejarles a mis nietos mi historia.

(...)

   Lo último que supe es que vendieron la granja de abuelo y me dejaron en un refugio de adopción. Aun tenia esperanza de encontrar a mi hermano. En ese tiempo no me la llevaba bien con los otros niños me tomo un tiempo para hablar y por las noches lloraba por no tener una familia...

   Recuerdo que estaba en mi habitación sentado en un rincón, cuando observo que llega un señor alto y se me quedo mirando mientras hablaba con unas de las enfermeras que nos cuidaba...

-Robinson este señor será ahora tu familia –dijo la enfermera-. ¿Está bien?

   Ese día estaba muy asustado no lo conocía y no dije ni una sola palabra durante todo el día. Me subí en el carro de ese señor, tenía una mirada perturbadora y pues estaba contento por haber salido de ese lugar.

-Mucho gusto, me llamo Kanye.

-Robinson –le dije.

   Kanye había perdido a su hijo junto con su esposa en un accidente, tenía mucho dinero y vivía en una casa de dos pisos...

-Robinson este es tu cuarto, tu teléfono y si quieres algo más me dices.

   Yo no dije ni una sola palabra no estaba acostumbrado a esa vida, ni sabía cómo se usaba un teléfono pero estaba contento por lo que tenía.

(...)

   Pasaron cinco años viviendo la vida de un rico, pero no era tan feliz, a veces Kanye llegaba tomado y con muchas mujeres a la cual no me gustaba para nada, nunca le decía nada hasta que un día me daño una foto que tenia de mi abuela y le dije molesto:

-Kanye por favor... Lleva a tus asquerosas mujeres a otro lado. ¡Déjame Tranquilo! –le dije muy molesto-. Mira lo que has hecho, mi única foto, mi único recuerdo que tenía.

-¡NO ME HABLES ASÍ! –Me dijo kanye medio ebrio-. ¿Quién te lo dio todo? O te vas de esta mierda y comerás porquerías en la calle así quieres estar.

   Estaba muy molesto con él le di la espalda, me agarro y me entro a golpes. Podía sentir cada dolor en mi rostro, me defendía pero tengo que admitir que Kanye es un monstruo delante de mí. Unas de sus putas lo aparto y yo simplemente me levante y me fui para mi cuarto.

-Abuela donde quieras que estés te necesito, no soporto más esta vida.

Diario Del Señor RobinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora