Antes -Parte 1-

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Adara

Desperté.
Otra vez la cosa del infierno llamada despertador,  sonó.
¿Quién pudo haber creado eso?

Saqué las sábanas que estaban a mi alrededor, tan suaves y no gracias a mi porque si fuera así, dormiría en el sofá, piso,  no se, donde estuviera y me diera sueño, ya me ha pasado.

Me senté y miré mi zapato, incluso he llegado a mirar el piso sin nada en el.

Abrí la puerta de mi habitación,  busqué mis pantuflas,  están acá afuera porque al parecer,  luna nuestro perro,  tiene cierto complejo con mis pantuflas, doy gracias a que estas no están babeadas porque me he puesto unas así y he pegado el grito al cielo.

Voy con pasos de tortuga al baño, creo que podría trabajar como Zombie,    compruebo  mi aliento y este mataría a cualquiera frente a mi en escasos segundos.

Hago mi rutina diaria en el baño y ahora por fin a la cocina.

Ya camino como alguien normal, miro el cuarto de mi hermana, está cerrado, lo cual es raro, siempre se despierta temprano, no se como lo hace, ni si quiera tiene alarma.

Llego a la nevera,  saco Leche y la caliento, que alguien me diga como pueden tomarla helada, preparo mi café, me siento en el mesón,  mi lugar favorito.

Miro el reloj de pared, ha pasado una hora, salgo de la cocina, tomó un baño.

Paso de nuevo por la habitación de mi hermana, un poco extraño que no se haya levantado pero me ha dicho ayer qué tenía que salir temprano y solo paso de largo, voy tarde para el colegio.

Espero la nave,  mi hermana dice que eso es lo único que no  ha cambiado desde que ella estudiaba esperar por el transporte.
Estoy en el paradero, Se me acerca Max- uno de mis mejores amigos desde que me salvo de comer queso viejo por una apuesta-, me saluda según como a visto en Internet que hacían antiguamente formando una V,  es raro pero lo quiero,  los amigos no se eligen ellos aparecen de la nada.

Y al rato camina hacia nosotros Lauren y Martínez, se hicieron pareja la semana pasada y desde ese momento no se despegan.

Max dice algo acerca de que los Otros han dicho que ya no se llevarán a nadie a partir de hoy, me señala el intercomunicador, lo pone en medio, donde el holograma cobra vida.

<Hemos decidido que el número de personas extraídas de la tierra a culminado por un tiempo.>

¿Y eso es todo?, pensé que Sería algo así como para siempre de los nunca jamas pero no se puede exigir demasiado. Me siento alegre, eso me dejará tranquila y no pensaré qué me despertaré sin mi hermana un día de estos.

Max, cierra el intercomunicador y lo guarda en su bolso, no se porque siempre tengo que mirar detenidamente ciertas cosas, solo me desconecto de todo.

- Hey, Adara - me mueve su mano frente a mi cara- ya ha llegado nuestra Nave.

- hoy a llegado puntual, eso es extraño, no - Lauren y Martinez me miran de manera rara.

- en realidad, tú has llegado a tiempo, tú eres la extraña aquí- me apunta a la cabeza imitando un arma con sus dedos
- ¿dónde está la verdadera Adara?-

-en el estúpido bus- y subo lo más despacio posible para hacerlos sufrir.

- Adara mueve tu tracero- grita Lauren- no es tan bonito para que yo lo vea, no como el mío cierto Leo- Ramirez solamente hace un asentimiento-

Max que es el último en subir nos dice a los tres" Ineptos" y con eso se sienta a mi lado.

-siempre tendremos que hacer esta rutina- me pregunta Max.

- si, siempre luego cuando no esté me vas a extrañar- y continuamos el resto del camino hablando de las nuevos grupos en contra de los invasores, el día de ayer habían hecho estallar una bomba en el centro de mantenimiento de las naves de los Regentes.

Tratado de PazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora