✅UNO

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Estoy muy feliz, daddy Lukey (me gusta llamarlo daddy) me trata muy bien. Creí que sería uno de esos viejos asquerosos que sólo quieren tocarte como quieren y luego tirarte, bueno, este hombre no es así. Él me trata como a un bebé, porque según él, yo soy uno, soy su bebé.

Me gusta que me trate como a un bebé, me gusta sentirme así, me encanta usar chupetes y abrazar ositos felpudos, y a daddy le gusta que yo sea así, entonces no hay problema ¿verdad?

Estoy sentado en la cama mientras juego con el dobladillo de mi nueva falda, es de un color celeste clarito, me encanta; daddy me la compró ayer, dice que le excito cuando me ve con ella puesta. Estoy muy aburrido ya que Lukey dijo que no saliera del cuarto hasta que él llegara y que luego almorzaríamos juntos, yo ya me estoy muriendo de hambre aquí. Para matar el tiempo tomo un chupete de los tantos que tengo y lo llevo a mi boca, comienzo a jugar con él mientras trazo figuras imaginarias en las sábanas.

De pronto oigo la puerta principal abrirse ¡daddy ha legado! Quiero que vea que fui un chico bueno y me quedé en el cuarto como me lo pidió así que no me levanto de la cama, simplemente me quedo allí esperando a que llegue hasta mí.

-baby mike, ¿dónde estás?- lo escucho decir y sonrío al verlo entrar a la habitación.

-al fin llegaste, daddy- digo luego de sacarme el chupete de la boca; me dirijo hacia él y lo abrazo por el cuello para después depositar un pequeño beso sobre sus labios.

-lo siento, bebé, es que el tráfico es un caos. Supongo que ya tienes hambre.

Asiento con la cabeza rápidamente y él sonríe.

-mi pancita hace ruidos raros.

Daddy me toma de la mano y me lleva hasta la cocina donde saca pizza del refrigerador y la calienta. Me siento sobre la barra y balanceo mis piernas mientras tarareo una canción que aprendí ayer de la televisión, de pronto paro recordando algo. Carraspeo un poco logrando así tener la atención de daddy.

-papi, yo he sido un buen chico, no he salido del cuarto.

-lo sé, bebito, has sido un niño bueno- responde acercándose a mí.

-y... los niños buenos merecen premios, ¿no?

-umm, tal vez.

Papi acaricia mi pierna y va subiendo hasta llegar al comienzo de mi pequeña falda, mete su mano debajo de ella provocando que se me erizara la piel, lentamente toca mi entrepierna. Me gusta mucho cuando daddy me toca ahí, me causa algo raro y me hace gemir demasiado. Abro las piernas para darle mayor acceso y él se posiciona entre éstas, yo lo abrazo por el cuello y coloco mi cabeza en su hombro mientras él sigue tocándome por encima de la tela de mis panties, suelto un pequeño gemido en su oído y siento algo duro en sus pantalones, al parecer él está feliz. La mano de daddy se mueve más rápido y suelto más gemidos, de pronto siento como saca mi pene de mi ropa interior y lo toma con fuerza entre sus dedos para luego hacer movimientos de arriba hacia abajo, doy un gritito y él me besa en los labios, mordiéndolos de vez en cuando. Me gustan demasiado los mimos de papi Lukey. Él va a desabrocharse los pantalones cuando de repente el microondas avisa que la pizza ya terminó de calentarse. Daddy deja de tocarme y hago un puchero porque ya estaba sintiendo algo raro pero bueno en mi panza.

Me acomodo la ropa y me bajo de la barra para sentarme en una silla frente a la mesa donde ahora se encuentra la pizza, tomo un trozo y comienzo a comerlo ya que me estoy muriendo.

-¿te gusta?

-sí, está muy rica.- sonrío sin mostrar mis dientes y continúo comeindo.

-¿daddy?- digo luego de unos minutos.

-¿sí, bebito?

-¿por qué te detuviste hace rato? yo estaba sintiendo algo raro aquí, como un cosquilleo- digo señalando mi estómago.

Veo como él sonríe de lado y se acerca a darme un beso.

-luego continuamos, y verás que lo que llega después de ese cosquilleo es mucho mejor.

-¿en serio? pero cuando me tocas ya se siente demasiado bien, no creo que haya algo mejor que eso.

-oh, si hay algo mejor que eso, cariño, mucho mejor.

-¿me muestras luego?

-te muestro todas las veces que quieras, princesa.

Siento mis mejillas arder y no sé por qué, sonrío y bajo la mirada, daddy ríe un poco y sigue comiendo.

Estoy en posición fetal en la cama con mis ojos cerrados mientras chupo mi chupete y abrazo a mi osito al cual nombré "Ross". Daddy está en su despacho trabajando y no quiere que nadie lo moleste.

Ya comienzo a dormirme cuando de pronto siento un peso extra a mi lado y unos brazos al rededor de mi cintura, sonrío y muerdo con fuerza mi chupete.

-si quieres ahora te puedo mostrar que es lo que viene después del cosquilleo- susurra en mi oído y mi piel se eriza.

-s-sí- respondo en un susurro.

El Bebé de Daddy ✨ MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora