Esperanza

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Y no comías
día tras día
y en su mirada
te desvanecías.
Perdida en sus ojos
creías que quizá, solo quizá
él te quería
una milésima parte
de lo que tu lo hacías.

Y te equivocaste.

Noches frías y versos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora