Capítulo 3

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Elnido de vampiros resultó ser un completo fracaso, en realidad soloeran 4 vampiros que querían divertirse a costa de los humanos. Asíque en poco menos de dos días nos deshicimos de todo y borramosneutras huellas como ya era costumbre.

Devuelta en el búnker Sam se dedicaba día y noche a buscar nuevoscasos, eso estaba bien pero me sentía mal por no estar en lo quedebiera. Prácticamente solo salía de mi habitación para comer ypoco más. Mi mente estaba como ausente a cada momento mispensamientos volaban a aquel día en la playa. Estaba casi seguro deque había sido real, aunque la misma duda me asaltaba, si de verdadestaba allí ¿por que no se acercó? Sentado en mi cama y con loscascos puestos escuchando música a todo volumen casi ni noté elmomento en el que me quedé dormido.

Megiré en la cama y estiré el brazo chocando contra el cuerpo que seencontraba a mi lado. Con ese movimiento el otro ser soltó unpequeño suspiro lo que fue suficiente para que mi cerebroreaccionara y mis ojos se abrieran como si tuvieran un resorte.Aquella otra persona se encontraba de espaldas a mi y tan solo podíaaveriguar que se trataba de una figura masculina.

Aunmedio ido por el sueño me incorporé sobre el moreno que estabajunto a mí intentando pensar que diablos hice la noche anterior. Measomé sobre el cuerpo del otro hombre y cuando vi quien era mis ojosse abrieron como platos. Aquello tenía que ser una broma. Tal comome había levantado me dejé caer sobre mi lado de la cama y me quedéunos segundos contemplando el techo.

Sinpoder ni querer evitarlo deslicé mi mano entre sus omóplatossiguiendo la línea de su columna ganándome de nuevo un suspiro deéste además de conseguir que girara quedando cara a cara. Porsuerte para mi Cass no abrió los ojos. Seguí contemplándolodurante un rato. Su rostro se encontraba en una calma total, teníalos labios levemente separados y el pelo muy revuelto.

Casipor inercia y dejándome llevar en un acto que tanto tiempo llevabaesperando que acerqué mi cabeza a la suya y muy lentamente beséesos sugerentes labios que incitaban al pecado. Al principio fue soloun roce pero dos segundos después pareció reaccionar y correspondióa ese beso que tanto había anhelado. Cuando al fin se hizo presentela necesidad de aire me separé de el apoyando mi frente contra lasuya y deslicé mi mano por su mejilla sin querer abrir todavía losojos. Temía que si lo hacía Cass se desvanecería.

- Buenos días – susurró Castiel contra mis labios

Finalmenteno me quedó más remedio que reaccionar y abrir los ojos y allíestaba, todavía junto a mí. Mirándome fijamente se encontrabaaquel hombre con el que soñaba cada noche. Mirándome se hallabanlos ojos más hermosos que jamás nadie podrá contemplar. Mirándomeestaba el moreno que hacía que mi corazón latiera con talintensidad que temía sufrir un infarto.

Ésteal ver como yo estaba observándolo sin emitir ninguna respuestaesbozó una gran sonrisa removiendo todo lo que sentía dentro de mi.Así en lugar de contestar y necesitando aquel hombre como el agua enmedio del desierto prácticamente me abalancé juntando de nuevonuestros labios, pero esta vez no en un beso tierno y dulce si nolleno de pasión y desenfreno. Su boca parecía estar hecha a medidaa la mía.

Comolo pillé totalmente desprevenido no puso ninguna resistencia cuandomi lengua entró de golpe en su boca, explorando cada rincón.Luchando con la otra por ver quien tenía el control. Sin embargo fueuna batalla fácil, en seguida tuve a Cass donde quería justo debajode mí. Con la intención de profundizar ese beso llevó una de susmanos a mi nuca intentando que estuviéramos más juntos aunque fuesefísicamente imposible.

Unade mis manos se encontraba acariciando su brazo, lo que fue unasorpresa por que puede comprobar que bajo aquella horrible gabardinael ángel poseía un cuerpo de infarto. Sus brazos eran fuertes y tutorso, el cual recorrí milímetro a milímetro con mi lengua estabaperfectamente marcado.

Bajo el cielo estrelladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora