Bajo el cielo estrellado

Capítulo 4

Había pasado una semana desde aquellanoche. Desde que Dean había despertado agitado al sentir mipresencia y de momento había conseguido mantenerme a raya. No mehabía acercado a él más de lo imprescindible. Sin embargo no habíadejado de penar en el ni un solo momento. La imagen que más serepetía en su cabeza fue cuando Dean lo descubrió observándolomientras nadaba, aunque claro se había ido antes de que el rubiopudiera reaccionar.

Después de meditar, pensar,reflexionar y muchos sinónimos creí que ya tenía la respuesta. Ibaa volver al cielo. Tenía un deber con su padre y con la humanidad yno podía obviarlo. Además Dean estaría mejor sin mí. Sin tenerque preocuparse de como me encontrara o de como debía comportarseconmigo, por que estaba claro que mi sola presencia lo perturbaba loque no tenía claro era si para bien o para mal.

Sin vacilar un segundo más fuidirectamente al cielo, necesitaba hablar con mis hermanos. Concualquiera que me dijera que estaba haciendo lo correcto y que aquelera mi sitio. Al llegar a la primera que me dirigí fue a Hannah, másque una hermana era mi amiga ya que así lo había elegido porvoluntad propia. Como de costumbre la encontré sentada en la entradade las mazmorras.

- Dichosos los ojos Castiel – me saludó con una sonrisa

- Hola Hannah – respondí cabizbajo

Se quedó contemplándome unosinstantes, ese ángel era capaz de ver a través de mí, al menos eracapaz de sentir las emociones humanas que yo había llegado adesarrollar.

- Te noto preocupado, y por experiencia imagino que debe tratarse de algo relacionado con los Winchester – dijo mientras yo asentía a su afirmación – Vas a contarme que ocurre o ¿solo te sincerarás con Gabriel?

Su pregunta me tomó por sorpresa,hacia mucho tiempo que no pensaba en mi difunto hermano. Había sidoel primero en relacionarse conmigo como dos humanos corrientes, buenoa excepción de los poderes angelicales, y en ocasiones lo echaba enfalta ya que era de los pocos que entendía mi situación en latierra.

- ¿Por que sacas a relucir ese nombre? - le cuestioné

- Sabía que tarde o temprano vendrías como muchos de los ángeles que han bajado a la tierra y han estado demasiado expuestos a las emociones humanas, así que hicimos lo indecible para lograr traerlo de vuelta.

Aunque no siempre nos lleváramos bienme causó una gran satisfacción saber que Gabriel estaba de vuelta,lo que me extrañó es que no se hubiera puesto en contacto conmigo.Hannah viendo mi cada de estupefacción me aclaró la duda enseguida

- Lo tenemos a buen recaudo ya que en su anterior vida causó algún que otro desastre – dijo señalando una de las celdas

- ¿Está ahí dentro?

- Claro que estoy aquí dentro Cassy – contestó con sorna Gabriel

Sin esperar la respuesta de Hannah meencaminé hacia la celda de Gabriel. Tenía el mismo aspecto quecuando lo vi por última vez solo que algo más cansado. Como decostumbre se encontraba comiendo un chupa-chups del cual solo se veíael palo.

- Bienvenido a mi infierno particular Cassy, ¿en que puedo ayudarte? Ya se no me digas – puso dos dedos en sus sienes imitando a los videntes de los programas de televisión, de pronto mostró una muy amplia sonrisa y respondió – Dean Winchester

No entendía como todos parecían sabermejor que yo lo que pensaba, parecía que lo llevaba escrito en lafrente. Aunque como el buen cabezota que soy no me iba a dejar leertan fácilmente

- En realidad no, he venido por que quería retomar mis tareas como ángel – dije atropelladamente

- ¿Cómo has dicho? - contestó una muy sorprendida Hannah – es genial todos esperábamos que volvieras

Gabriel me miró como si acabara decometer el mayor error de mi vida. Su mirada reflejaba la pena y lapreocupación, por una vez parecía de verdad mi hermano mayor.

- ¿Estás seguro de que quieres eso? - preguntó frunciendo el ceño – Renunciar a tu vida en la tierra y a cuidar de.... tus protegidos – lo último parecía muy forzado como si hubiera cambiado en el último momento - una vez que vuelvas piensa que volverás a la normalidad del principio

Sus palabras me desconcertaron peroHannah pronto agarró la manga de mi gabardina y me arrastró a otrahabitación donde había otros ángeles que no reconocí en unprincipio. Ésta intercambio unas breves palabras con ellos y algúnque otro susurro que no fui capaz de oír. Quizás Gabriel tuvierarazón y había actuado impulsivamente.

Sin darme tiempo a reaccionar los 5ángeles hicieron una especie de círculo alrededor mío y entonaronuna especie de cántico enoquiano que no supe decir para que erahasta que éste, estaba llegando a su fin. Noté una especie dequemazón en el pecho y poco a poco todas las inseguridades que meconsumían comenzaron a disiparse. Sentí una especie de nieblarecorrer cada rincón de mi cerebro impidiéndome ver por unossegundos. Estaban eliminando todo rastro de humanidad en mí. Por unmomento noté todas las emociones eliminar mi cuerpo y como yointentaba resistirme pero todo fue en vano. Lo último que vi fuecomo todos los ángeles abandonaban la habitación mientras queHannah se apresuraba a mi lado.

Al abrir los ojos tenía un fuertedolor de cabeza, notaba como cada fibra de mi cerebro quemaba. Alincorporarme me encontré de frente con Hannah que estaba sentada alos pies de la cama en la que me encontraba.

- ¿Qué es lo que ha pasado? - pregunté desconcertado

- Estábamos haciendo un ritual de depuración y al final te desmayaste – dijo con cara de preocupación – dime que es lo último que recuerdas – me apremió

- Me encargasteis que sacara a un cazador del infierno, así que debería darme prisa en hacerlo

- Tranquilo eso está solucionado, por ahora descansa y repón tus fuerzas las necesitarás para las próximas misiones – respondió con una radiante sonrisa y abandonó la habitación

No entendía absolutamente nada, meencontraba muy raro como si hubiera perdido algo. Como cuando olvidasalgo muy importante e intentas recordarlo. Notaba como si hubieranarrancado una parte de mi. Sentía como un vació dentro que no podíaexplicar, como si me faltara algo importante o tuviera que decir algomás importante todavía.

Con todas las dudas en mi cabeza metumbé en la cama mirando al techo preguntándome que misiones queaguardarían después de no haber completado la de aquel cazador,¿como dijeron que se llamaba?, enfin esperaba que fueran indulgentes conmigo ya que de haber podido lahabría cumplido sin pensármelo dos veces. Esperaba que por lamañana Hannah aclarara todas mis dudas.