JUNE.
Mi padre le ha dicho a Sebas que me acompañase a lo que va a ser mi nueva habitación, por lo que me he despedido de el con una pequeña sonrisa y he seguido al moreno totalmente callada. Lo primero que tengo pensado hacer es intentar dormir un poco, ya que no lo he hecho bien esta noche. Aunque también pienso ponerme a limpiar toda la casa. Se ve un poco dejada y he notado cierta tensión en el ambiente, así que espero que darme un palizón con la limpieza arregle algo.
-Es esta. -Me dice mi "hermanastro", si así se le puede llamar, mientras enciende la luz de la habitación.
Me adentro en ella y la echo un vistazo, deteniéndome en los pequeños detalles, como en la fina lluvia que ha empezado a caer, o el filo de las sábanas de la cama, los cuales están un poco descosidos. Tengo mucho por hacer aquí, pero me gusta. Es pequeña y acogedora, no necesito más que eso. Me giro hacia Sebas y le miro intentando hacer que se vaya, pero no se mueve de la puerta.
-¿Algo mas que deba saber? -Le pregunto. Espero que pille la indirecta.
-La mía esta en frente, por si necesitas algo. -Dice cruzándose de brazos. ¿Qué cojones quiere que necesite? En fin, que le voy a tener que decir que se vaya.
-Vale, aunque no voy a querer nada. Ya esta, puedes irte. -Le digo directamente, dejando la mochila encima de la cama para luego sentarme en ella.
-Luego voy a salir con unos colegas. ¿Te quieres venir? -Me pregunta, y no deja de mirarme. Me esta cabreando.
-¿Con una panda de graffiteros que van robándole los bolsos a las ancianas? Creo que paso. -Contesto sarcásticamente, mirándole de reojo. Y se empieza a reír el tío.
-No hacemos graffitis, ni le robamos los bolsos a la gente. Te lo digo para enseñarte un poco la zona.
Me quedo callada un momento y me lo pienso. Podría ir, para saber por dónde voy a vivir a partir de ahora.
-Vale. ¿A qué hora? -Le digo terminando de convencerme.
-A las cinco y media hemos quedado en el Mahou.
-¿Eso no es cerveza? -Le digo levantando la ceja derecha, mostrando curiosidad.
-Si, pero también es un bar. Esta en la esquina, no se tarda nada en ir. -Dice volviendo a reír. Este se descojona y sigo sin saber que es lo que le hace tanta gracia.
-Vale. -Le digo para terminar la conversación, y se va.
Ahora que estoy sola aprovecho para deshacer la mochila y guardar cada cosa en su sitio. Son las doce, así que creo que me dará tiempo por lo menos a limpiar el polvo de los muebles. Empiezo a colocar la ropa en el gran armario marrón que hay en frente de la ventana. Me fijo también en que hay un espejo de cuerpo entero al lado lleno de marcas de manos. A saber quien ha tocado tanto el cristal.
Para cuando estoy a punto de terminar, noto como mi móvil empieza a vibrar. Lo cojo al instante y veo que es un mensaje. Cuando lo abro me quedo un poco patidifusa, la verdad, pero ni si quiera muestro mucho interés. Eso si, a ver quién es.
Conversación de WhatsApp.
Desconocido: Así que tenemos nuevo bocadito en el barrio.
June: ¿Quién eres?
Desconocido: Ya me conocerás, hay tiempo para todo.
Paso de contestarle. Bloqueo el móvil y lo tiro a la cama para proceder con lo que estaba haciendo. A ver, no puedo negar que sienta cierta curiosidad por saber quién era ese, y como había conseguido mi número, pero a ver qué hago.
Unos minutos después ya he terminado de colocar la ropa y algunas cosas mas que me había traído, en plan recuerdo. Para entonces ya son casi las dos y cuarto, hora de comer. Salgo de la habitación y me voy a la cocina, con intención de encontrarme allí a mi padre. Pero no está, y Sebas tampoco. Hay comida preparada, así que me despreocupo de tener que hacerla. Cuando justamente me doy la vuelta, el hijo de mi padre esta poniéndose una camiseta verde oscura, por lo que me siento obligada a apartar la vista e intentar dirigirme al salón, a ver si allí esta Jorge.
-¿Has hecho tu la comida? -Me pregunta Sebas agarrándome levemente del brazo derecho, justo cuando paso por su lado.
-No. -Le digo, quitando el brazo de su posesión.
Ninguno de los dos intercambiamos más palabras. Él se queda en la cocina y yo me voy al salón. Y en efecto, allí esta mi padre, poniendo la mesa.
-¿Quieres que te ayude? -Le pregunto mientras me acerco a el. No le da tiempo a contestar, porque ya estoy colocando las servilletas cuando me dice que no hace falta.
-Oye, June, se que... Se que esto no es igual que como ha sido en casa de tu madre, pero te prometo que estoy intentando hacer que todo salga lo mejor posible. -Me dice juntando las manos y acercándose a mi. Joder, me ha ablandado.
-Jorge, no te preocupes. Prefiero esto a seguir allí. Además, no está tan mal como dices. -Logro sacarle una sonrisa y me doy una palmada en el hombro, mentalmente, claro.
-Vale, está bien. Voy a poner ya los platos. -Dice marchándose de mi lado.
Es verdad, eso de que prefiero vivir aquí a tener que soportar un día mas a la ex mujer de mi padre. No la aguanto, se quejaba por todo y me echaba las culpas a mi siempre, a pesar de que no hubiese sido la culpable. A ver, a veces lo era, tan solo para ver como la sacaba de sus casillas y poder saciarme de la venganza que tenia prevista, pero no siempre era así.
Cuando estoy pensando en ir a echar una mano, mi padre y Sebas aparecen con los platos, llenos de comida hasta arriba. Uy, algo le pasa al muchacho. Trae una cara rígida y seria, parece que esta mosqueado o enfadado por algo. Le falta echar humo por las orejas. Se sientan los dos en frente mía y empezamos a comer. Ambos no dejan de mirarme, uno expectante y el otro serio. Hay que ver.
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Try to forget. [Tratar de olvidar].
Teen FictionLas mañanas pasan y amanecen iguales al día anterior, sin una pequeña mota de diferencia que las haga distintas a las del día siguiente. Y el tiempo pasa más rápido que como nunca ha pasado, haciendo que no pueda vivir ni sentir todo lo que está p...