CAPÍTULO 7

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-- ¡Tenemos que salir ya de aquí!

-- Pe... pero Luffy.

-- ¡Nami vamos!

Usopp la agarró del brazo y tironeó de ella para sacarla de allí.

A su vez Hancoock se encontraba igual que la pelirroja: tirada de rodillas al suelo ya sin importarle que las cucarachas del suelo se le colaran bajo la ropa. Solo podía ver al chico del que estaba locamente enamorada convertido ahora en una de esas horribles bestias dispuesto a comérselos.

-- Luffy...

-- ¡Nami, Hancoock, tenemos que salir de aquí! ¡Chicos ayudadme!

Sanji no necesitó más para volver de su ensoñación y salió disparado a recoger a Nami del suelo. La cogió en brazos y se giro para ver a Hancoock y a Usopp.

-- ¡Usopp coge a Hancoock! ¡Chicos a llegado la hora de ponernos serios y encontrar la dichosa salida de una buena vez!

Todos asintieron y sin más demora salieron corriendo de allí dejando a los zombies, y a su gran amigo con ellos, detrás.

Al cabo de un rato corriendo con la pelirosa a lomos de Zoro, Sanji llevando en brazos a Nami y Usopp llevando a Hancoock como saco de patatas, llegaron a un pasillo donde se encontraron con algo realmente perturbador.

El pasillo, que se encontraba más iluminado incluso que el resto de estancias, estaba todo encharcado de sangre y acompañado con un montón de cadáveres descuartizados.

A lo lejos se veían como dos seres blancos y flotantes recorrían el fondo del pasillo y aun más a lo lejos se encontraba un cartel luminoso que rezaba con letras grandes y parpadeantes: SALIDA.

-- Hay un montón de cadáveres y mucha sangre. -- murmuró Nami aun en los brazos de su amigo.

-- Y fantasmas al fondo... -- Musitó Usopp aterrado.

-- Pero la salida ya está allí, así que vamos.

Zoro fue el primero en avanzar esquivando los cuerpos y notando como sus zapatos salpicaban el rojo líquido. Sintió las uñas de su compañera presionadas con fuerza en sus hombros ante el pavor que le provocaba ver tal panorama.

Tras ellos los siguió Sanji con la pelirroja de la que tan enamorado estaba en brazos.

Y el resto les fue siguiendo sin emitir sonido.

Iban a paso lento, pero eso pronto cambió en cuanto escucharon un sonido a sus espaldas.

Tras ellos se encontraban de nuevo esos muertos vivientes buscando carne, solo que en esta ocasión ya no divisaron a su amigo entre ellos.

Ante la perspectiva de esas bestias corriendo a su encuentro echaron a correr con más animo hacia la salida.

Unos cuantos de esos seres blancos y flotantes se les acercaron y los atravesaron como si nada.

-- ¡Aahhhh! ¡Son fantasmas de verdad! -- exclamó Usopp aterrado.

-- ¡Seguid corriendo! ¡Ya casi llegamos!

Mientras corrían sintieron como unas manos salidas de la nada empezaban a tironearles del pelo y les desgarraban la ropa por completo.

-- ¡Aahh! ¿Qué diablos es esto?

-- ¡Ignoralo y sigue corriendo!

Al cabo de unos instantes lograron cruzar la maravillosa puerta de salida.

En cuanto llegaron a fuera se pararon en seco para coger aire.

Zoro no tardó en sacarse de encima a Perona para tirarse al suelo exhausto de tanta carrera, lo mismo hicieron los demás.

Buscando la felicidad (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora