El Despertar, parte 1

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 JACK

El sonido que retumbó por todo el bosque fue similar a lo que hubiera sonado si el cielo estuviera partiéndose en dos. Las nubes parecieron correr de terror, descubriendo así el antes oculto sol, y las gotas de lluvia parecían caer más lentamente ahora. Los árboles se agitaron y otro sonido ensordecedor hizo temblar el firmamento, entonces comenzó a caer.

Si alguien lo hubiera visto, lo habrían confundido con una estrella cayendo del cielo, por su veloz y brillante recorrido. Pero al acercarse a la Tierra, habrían alertado a todos de que un meteorito estaba a punto de impactar, pues rápidamente se convirtió en una incontrolable y rápida bola de fuego que parecía no tener intención alguna de detenerse.

Los árboles volaron hacia atrás y los más cercanos incluso se desintegraron. El suelo se quebró formando un enorme círculo en cuanto la criatura golpeó contra la Tierra. La destrucción que dejó tras de sí solo fue superada por el silencio muerto que siguió, como si ni siquiera los cuervos se atrevieran a desafiarlo con sus graznidos. Y humeaba como si fuera una estrella cuando levantó la cabeza.

El Ángel abrió los ojos, azules como el cielo, profundos como el océano, y se convertían en plata cuando parpadeaba. Escaneó el lugar con velocidad, y lentamente se puso de pie, abriendo sus alas, que lo habían protegido de la caída. Y las estiró, dando gala a sus enormes tres metros de plumas perfectamente blancas, puras como el alma de un niño.

Estaba desnudo, y levantó ambas manos para observarlas. Hacía mucho tiempo que no tomaba su forma física. Observó los árboles y movió la palma hacia ellos: rápidamente y con crujidos los pinos comenzaron a enderezarse y crecer de nuevo, como si nada hubiese sucedido. Luego observó su cuerpo, que a los ojos de muchos sería descrito como "perfecto", ni demasiado muscular ni demasiado delgado, y moviendo otra vez su mano se cubrió de ropa: una remera musculosa blanca, con un rosario de piedra negra colgando, jeans claros y los pies descalzos, con brazaletes de oro en sus brazos, como recordatorio de que era un servidor de Dios. Luego plegó sus alas hasta que desaparecieron, y miró hacia arriba, como saludando al Creador.

Abrió la palma de su mano y observó el cilindro que contenía un pergamino con una sola orden: "RECUPERAR". Cerrándola de nuevo, este desapareció, y el Ángel volteó, para comenzar a caminar lenta y armoniosamente hacia la carretera, dando por empezada su misión.

 Cerrándola de nuevo, este desapareció, y el Ángel volteó, para comenzar a caminar lenta y armoniosamente hacia la carretera, dando por empezada su misión

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The Angel and The DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora