Él es Charles Hottdog. Su apellido suena a perro caliente y tiene dos elevado a cuatro más cuatro años de edad... ¿Qué? ¡Aún hay quienes piensan que las matemáticas no sirven!
—¿No es más sencillo decir que tengo veinte? Sólo digo...
¿Quién narra aquí?
—Pero...
¿Quién?
—¡Bien, ya entendí!
Como decía, Charles tiene dos elevado a cuatro más cuatro años de edad. Es un hombre solitario que dedica sus ganancias de repartidor de pizza a los videojuegos. No, no es una inversión brillante pero...
—¿Pero qué? ¿Vas a hablar de mis inversiones?
Deja de interrumpirme, o de lo contrario no tendrás quién narre tu historia.
—Podría hacerlo solo.
De ser así nadie leería la historia, Charles.
—Comienzo a creer que sólo quieres hacerme sentir mal.
Dios mío, busca un pañuelo.
—¡¿Ves?!
Permíteme narrar, Charles.
—¡No! ¡Eres una arpía! Sólo lastimas a este pobre corazón y...
¿Puede alguien reemplazarme?... ¿No? No sé si puedan considerar a alguien más, yo... Sí, ya sé que es el primer capítulo, ¡pero es lo único que aguanto a este sujeto!
—¡Sí! Consigan a otra narradora. No me molestaría en lo más mínimo.
Concuerdo con el friki.
—¡No soy friki! —dice el friki con exasperación —¡Agh!
Mira friki, creo que estamos en la obligación de trabajar juntos, ¿bien? Debemos buscar la manera de coope... ¡Ugh! ¡Deja de sacarte los mocos!
—Deja de mirarme —dice Charles con su índice a punto de llegar al ojo por medio del conducto nasal.
—¡No lo describas¡ ¡Deja de mirarme!
Soy narradora omnipresente, técnicamente es imposible.
Charles comienza a mirar a su alrededor en mi búsqueda, sin saber que es totalmente inútil porque soy sólo una voz.
—Oh, bueno, ahora lo sé... pero oye, ¿eres guapa? Podríamos salir algún...
Muy bien. Hasta aquí llegué. Púdrete, Charles.
—¡No te vayas! ¡Debes narrar mi día!
No, estoy bien segura de que debo renunciar. Adiós.
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El Asesino De Butterdam
Юмор-¿No eres como una copia barata de Jigsaw? -pregunta Charles con sus manos atadas. -¡Soy fan de la saga! ¡No me culpen! -grita el tipo de la máscara. -Ya desátanos, Mack, esto es ridículo -dice con cansancio un joven de cabello verde, también atado...