Capitulo II | El problema de Caro

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Hace apenas unas horas llegamos a Alemania, no se muy bien como adaptarme. La amable señora me dio una habitación donde puedo dormir y la casa me da un poco de miedo ya que desde que llegamos no eh dejado de escuchar ruidos que vienen de las paredes, la señorita Carolina se ah negado a decirme cuando le preguntó.

—Que bonita casa —Exclamo Dániel mientras se encontraba subiendo los escalones.

El era muy molesto su forma de ser positivo siempre me fastidiaba. Pero seguía sin entender que era lo extraño y peligroso en ese país, no solo por que el ambiente era pesado sino también por que casi nadie salia a las calles, yo estaba acostumbrada de mirar por la ventana y ver a los niños jugar en las calles...aquí era distinto no había ni un solo niño parecía un país fantasma.

La casa de la señorita Carolina es enorme, tiene muchos pisos y bastantes habitaciones, pero hace falta la alegría de niños, tal vez yo me encargue de eso.

Mi curiosidad no aguanto y decidí ir a preguntar algo que...bueno fue bastante incorrecto, salí de mi habitación y baje por los escalones de madera uno por uno mientras resbalaba mi mano por el barandal, llegue al primer piso y corrí hacia la cocina a buscar a la señorita Carolina. Cuando llegue la vi parada en plena cocina, me acerque a ella y le jale la ropa.

—¿Señorita?—Dije extrañada mientras alzaba la cabeza para mirarle a la cara.

Ella se asusto y dio un pequeño salto, luego que me vio suspiro y puso su mano en el lado donde esta el corazón luego ella me sonrió.

—Ay Itza...me asustaste, debes avisar cuando entras —Ella me miro mientras aun mantenía su sonrisa en alto.

—Lo haré —Respondí en un tono mas frío de lo normal.

Guardamos silencio unos segundos, hasta que yo misma decidí corromperlo con mi ingenua pregunta.

—La verdad es que...tengo una duda —Entre lace los dedos de mis manos mientras mordía mi labio inferior por los nervios.

—¿Que pasa? —Ladeó la cabeza y me miro fijamente.

Mire al suelo sin decir nada, prefería quedarme con mi duda a ponerla incomoda...pero...durante mis 8 cortos años ya había hecho cosas peores...entonces decidí preguntarles.

—¿Por que nos adopto?...es decir, ¿Por que no tener un hijo propio? —Alze la cabeza y le mire a los ojos, estos estaban bien abiertos por la impresión a mi duda.

Trajo saliva y acomodo su vestido de la parte baja, luego me miro y en un tono frío ella respondió a mi pregunta.

—No puedo —Respondio ella con la mirada perdida y los ojos cristalizados.

—¿Por que? —Pregunte seguidamente en tono inocente y bastante dudoso.

—Eres demasiado estúpida —Dijo ella mientras caminaba derecho hacia su habitación.

En fin iba a quedarme con mi asquerosa duda una vez mas, bueno solo era cuestión de esperar seguro se cansara y tendrá que decirme así le guste o no.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2016 ⏰

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