Capitulo 10: La gota que derramo el vaso

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Estaba anocheciendo, Remu regresaba a su campamento en medio de un bosque, donde difícilmente alguien conseguiría encontrarlos, habían conseguido ese lugar eliminando a un escuadrón de cazadores que descansaba ahí, tomaron sus provisiones y alguna que otra arma.


Remu llegaba al pequeño campamento, fue de reconocimiento ya que eliminaban a cualquier sospechoso cerca de su campamento, debían ser precavidos para no ser encontrados por el equipo especial de las fuerzas unidas.


-¿alguien rondando por nuestro campamento?- pregunto una chica de cabello corto y ojos grisáceos.


-de momento nada Tamina- respondió Remu -¿prepararon comida?- pregunto serio.


-claro, tenemos una deliciosa sopa- respondió Tamina contenta.


-bien...- sonrió Remu -¿Dónde se encuentra Tarin?-


-se adentro en el bosque, creo iba a entrenar, no lo se-


Remu se dirigió a su tienda a descansar, seguía con demasiadas cosas en mente, su plan para llegar al estado avatar, el también cerrar los portales espirituales, el mundo no estaba listo, se aprovechaban de la grandeza de los espíritus, tal y como lo dijo su difunto maestro, pero eliminar a los cazadores y criminales no bastaba, debía cerrar los portales, debía eliminar a todos los criminales, los gobiernos no harían nada al respecto, debía imponer nuevas leyes.


Decidió dormir, pues mañana tendrían una misión que preparo, debía estar listo.


--Una extraña silueta lo seguía, escapaba para que no lo alcanzara pero la silueta era demasiada rápida lo sostuvo con unos extraños lazos, no conseguía liberarse de la silueta, gritaba preocupado y aterrorizado, no tenia idea de lo que ocurría, cada vez lo presionaba mas fuerte, entonces de nuevo una mujer morena con la típica vestimenta de alguien de la tribu agua llego lanzando bolas de fuego y ráfagas de aire, haciendo que el extraño ser lo soltara. Salió corriendo sin mirar atrás, pero un has de luz lo cegó, lo ultimo que vio fue a un pequeño espíritu entrar dentro de el.


Abrió los ojos, estaba en una campo sin plantas, solo rocas a su alrededor, pudo apreciar a Tarin tirada en el suelo y sangrando, tenia los ojos blancos, miro a otro lado viendo a Toru muerto y retado en una roca, comenzó a aterrarse, se dio vuelta para salir huyendo, pero vio a Merrik, tenia un agujero en el pecho, pareciese que una bola de fuego traspaso su cuerpo, se arrodillo mirando su manos, las cuales estaban ensangrentadas-


Remu despertó agitado miro sus manos nervioso, todo parecía normal, o almenos lo mas normal que podía estar para el, agarro su cabeza aun inseguro de sus decisiones, luego se dijo "todo es por el balance del mundo".


Merrik despertó con un grito, sosteniendo su pecho, sentía escalofríos, apretaba su pecho con fuerza, aun sentía un agujero dentro de el, estaba nervioso, miro de derecha a izquierda asegurándose que todo este en su lugar.


-¿otra vez?- pregunto de repente Salo.


Merrik la miro -si... pero no pasa nada, estoy bien- respondía tratando de despreocuparse.


-es la quinta vez en esta semana... ¿seguro que estarás bien?- pregunto preocupada.


-si cariño, lo estaré- respondió con una sonrisa y dándole un beso en la frente.


Salo se volvió a acostar entre sus mantas tratando de no preocuparse.


Merrik intento volver a dormir, tenían sospechas de la ubicación de Remu, pero esta vez, no intentaría razonar con el, esta vez tenia de derrotarlo.


Despertaron como todas la mañanas, vieron a algunos espíritus pasaban volando, alegrando el día.


Se dispusieron a comer algunas frutas como desayuno, después de tiempo ya se habían acostumbrado a la vida en el aire libre, les gustaba disfrutas esos pequeños momentos de paz.

Avatar: La Leyenda - Libro 1: REVELACIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora