My best gift was to find you. | LARRY.

Harry.

Louis se había pasado el resto de la tarde pensativo. Intentó muchas veces descansar su mente y dormir un poco, olvidar el suceso extraño que había ocurrido con aquel chico de cabello rizado que sin duda, lo había dejado confundido. Louis no era la clase de persona que intentaba buscarle muchos lados al asunto, pero ahora parecía enfermamente diferente.

Por su mente pasaron miles de ideas por las cuales Edward estaba fuera de una Universidad pidiendo dinero, era lógico, él lo necesitaba por ser de escasos recursos, pero una ola de angustia corrió por sus venas hasta dejarlo atontado y malditamente preocupado.

Incluso, se sintió culpable al poder degustar ese fabuloso filete que había comido en el restaurante que quedaba de paso a su departamento. Sintió algo muy similar al remordimiento y finalmente, no desfrutó mucho de su comida, dejándola a medias y dejándole al mesero propina extra y nuevamente, volvió a sentirse culpable por sentir que malgastaba el dinero cuando otros no tenían lo necesario.

No dejó de pensar ni un segundo en sus ojos verdes o la forma tan digna y humilde en la cual no aceptó el dinero por ser demasiado o el sonrojo en sus mejillas y su sonrisa tímida; A Louis le pareció el chico más hermoso que alguna vez haya visto.

Louis no logró pegar un ojo en toda la noche, imaginándose lo diferente que sería su vida (y la del pequeño Edward) si él se hiciese cargo de él. Tal vez sería una vida mejor para los dos. Louis también pensó más profundamente y haciéndose la pregunta: ¿Por qué se interesaba tanto en ese chico? Tal vez porque quedó profundamente cautivado por él o simplemente sintió demasiada pena al ver a alguien tan joven en esas condiciones.

Al día siguiente, Louis no se veía nada bien, la falta de sueño se las había cobrado bastante bien a la mañana siguiente, despertándose con unas ojeras horribles y un tremendo dolor de cabeza. A él no le molestó en absoluto verse horrible, quizá —tenía la esperanza— de que Eleanor lo ignoraría el resto del día.

Había llegado a la escuela con lentes de sol que fueron retirados de su rostro al entrar a clases; las miradas no se hicieron esperar aunque Louis no tuvo ningún comentario negativo como él en el fondo lo esperaba. Decidió ignorar las miradas y centrarse en lo que el profesor de Anatomía estuviese diciendo frente a todos.

Louis estaba a un grado de quedarse dormido en su asiento cuando el fuerte timbre lo interrumpió. Él no había prestado atención a su clase y temía reprobar los exámenes que posiblemente le costarían el tiempo de esfuerzo en la Universidad. Louis confiaba en sí mismo y en sus conocimientos, pero aún así, sabía que debía repasar los libros y apuntes que tenía en su libreta.

Louis recogió sus cosas con rapidez, deseando poder salir pronto y que por algún milagro ese chiquillo estuviese afuera nuevamente.

Cuando finalmente logró guardar todo en su pequeña mochila salió del salón a paso veloz, siendo acorralado por el par de amigas de Eleanor. Él las miró con el ceño fruncido, esperando que pudiesen dejarlo en paz para poder ir rápidamente al baño y echar una gran cantidad de agua en su rostro, sin embargo, ellas lo miraban acusadoramente y negaban con la cabeza repetidas veces en señal de decepción. Louis suspiró y no dijo nada.

"Louis, Louis, Louis... ¿qué pasa contigo, amor?" Roxanne habló con voz decepcionada y haciendo una leve mueca.

Louis se asqueó al escuchar la palabra amor salir de sus exageradamente rojizos labios. Roxanne, a la vista de Louis —y probablemente de todo el mundo también— era una completa plástica hipócrita y algo estúpida también. Ella se vestía con ropas ajustadas y diminutas, moviendo sus caderas exageradamente y batiendo su cabello pelirrojo de forma dramática; ella masticaba un chicle la mayor parte del tiempo, con la boca semi-abierta y con sus labios pintados de un rojo intenso. Era fanática del maquillaje, así que normalmente ella usaba grandes cantidades. Normalmente estaba detrás de Eleanor, queriendo acaparar con su "belleza", pero jamás lo lograba, siendo sólo una más del club de fanáticas de Eleanor Calder.