— El otro día me preguntaba... ¿te dije que me gustas?
El de cabellos grises frunce el ceño y se relame los labios. Más de un año hablando a diario con Park Jimin y aún no se acostumbra a esas raras preguntas que hace de la nada. El maldito sabe que cuando se confiesa tan naturalmente, a Yoongi se le revuelve el estómago y las palabras se le olvidan.
— Lo has dicho —responde en un susurro—, demasiadas veces.
— Bueno, sí. Antes te dije qué es lo que me gustaba de ti —Yoongi gira su rostro hacia la izquierda, viendo el perfil de Jimin fijo en el cielo nocturno—. Pero últimamente aprendí un montón de cosas nuevas que me gustan de ti. Por ejemplo, me gusta la arruga que se hace en tu frente cuando te enojas; me gusta que siempre me dejas la última galleta de mantequilla; me gusta cuando usas las converse rojas para hacer juego con las mías; me gusta cuando ruedas los ojos porque sabes que tengo razón. Y creo que cada día descubro algo más.
Sí, oficialmente Park Jimin acaba de hacer la confesión más vergonzosa de la historia, gracias. Yoongi está rojo hasta las orejas y de repente siente demasiado calor.
— Pero tú no me has dicho si te gusto —el menor le interrumpe en sus pensamientos, con una mezcla de molestia y reclamo. Yoongi se mantiene en silencio—. ¿Te gusto?
— S-Sí —Min frunce los labios ante su propio tartamudeo.
— ¿Y qué te gusta de mi?
Suga recuerda que en las clases de composición musical, el primer tema a desarrollar fue "el amor"; Yoongi recuerda haber escrito con soltura una letra sincera y hasta melosa que le valió una nota perfecta. ¿Por qué es tan difícil decir lo mismo en voz alta?
Dos, cinco, seis, nueve minutos ya pasaron y el pálido continúa en silencio. Un silencio incómodo entre ambos. Doce o trece minutos dura aquella pausa; Jimin suelta una risita herida que es perfectamente audible para el mayor.
— ¿Cuántas estrellas hay en el cielo, hyung?
Yoongi cruza los brazos detrás de su cabeza y cierra los ojos cuando la fría brisa pega en su rostro.
— Muchas.
Jimin guarda silencio ante la ambigüedad de la respuesta. Suspira.
— ¿Alguna de ellas serán Seokjin hyung y Namjoon hyung?
El mayor abre lentamente sus párpados, admirando el inconmensurable cielo obscuro lleno de pequeños e infinitos resplandores que lucen como focos navideños en el espacio. Una vez más, no sabe qué decir.
Jimin se levanta del tejado de su casa, hasta quedar sentado. Yoongi imita la acción y se da cuenta que algo no va bien. El castaño no lo mira, simplemente le da la espalda en un inusual silencio y tranquilidad.
— Iré a dormir —avisa—. Cuidado al bajar —Park entra a su casa por la ventana que sobresale en el tejado.
Yoongi permanece un momento más sentado en aquel alto techo. Gruñe frustrado.
— A que soy idiota.
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Llamada entrante [Yoonmin]
FanfictionYoongi se deja envolver por el olor a fresas, la hermosa sonrisa, el puchero en sus labios y las tardes a su lado. BTS | Principal: Yoonmin | Epílogo/secuela de mi historia "Tienes un mensaje".