Un absurdo aferrarse

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Navegamos por las calles principales todas llenas de muchísimas cosas interesantes, me sorprendió un niño mirando para todos lados con los ojos muy muy abiertos, creo que era su primera vez en aquel paraíso, podía notarlo podía saberlo, de la misma manera veía para todos lados yo mismo, cuando llegue a este lugar, las transitadas calles llenas de personalidades locales de estados vecinos y países lejanos, tenían la peculiaridad de sabotear el silencio, algo muy agradable, muchos tratando de entenderse entre ellos, otros fingiendo interés, y una cantidad impresionante de belleza femenina, eso realmente me llamaba mucho la atención, siempre he considerado la creación de dios como algo demasiado ingenioso pero hablando de la mujer, exclusivamente de la mujer, vaya, que ingenio el creador tiene, es algo impresionante, algo así como la tormenta perfecta, esta llena de una variedad impresionante de cualidades rasgos facetas y emociones, y en cada lugar al que un hombre viaje, siempre encontrara la satisfacción de mirar ese milagro que nosotros ordinariamente llamamos, mujeres. Desde la cadencia al caminar, el moverse de su cabello, como si fuera una danza clásica dentro de una exquisita sinfonía, toda la gracia junta en un solo ser, a eso podemos llamar perfección, el cuerpo mismo de ellas que podemos hacer referencia a ellas como el laberinto perfecto, aquel mitológico lugar lleno de batallas interminables, lleno de poemas de vivencias de héroes y verdugos, donde cualquier hombre puede ser el amo del universo y al segundo siguiente el esclavo eterno, y realmente no importaría porque ahí radica el amor la lujuria y la entrega, que no importa el destino que la mujer decida para ti, simplemente lo tomas porque incluso morir en las manos de ellas seria un inigualable placer. Me considero uno de los mas grandes fans de esta pequeña parte de la creación, la majestuosa mujer, mítica, musa y poesía, la parte culminante del hombre, aquella por la cual uno crece incluso el medio por el cual uno llega al mundo, la soltura que tiene para amar, la delicadeza con la que curan el alma sus vacíos y las grietas que puede tener un destartalado corazón, iniciando con mi madre, el roble perfecto el temple de acero, que incluso ante la mas grande adversidad no podía verla atemorizada, eso, eso a mi me causaba temor, mas ahí aprendí a valorar a la mujer, mamá y mis hermanas me enseñaron cuan cambiante puede ser tanto el humor como el alma misma de una mujer, por eso cuando tuve la oportunidad de salir a la calle dejando de ser ya solo un niño sino con algo mas en la mente que es experimentar saber y crecer, ahí mire una gama infinita de personalidades mezcladas con belleza, con inteligencia, admito que hasta el mismísimo destino se burlaba de mi asombro, un par de ángeles también, pero yo solo miraba rostros y figuras, escuchaba palabras etéreas, todo pasaba con la normalidad que brindan estos tiempos, entonces las mire sonreír, y mi Dios está de testigo que eso, eso era el alma de mi desvelo, el sonreír de la mujer fue la sinfonía final, ahí pude ver como se me derretía el corazón con la simplicidad de una sonrisa esbozada, podía mirarlas por horas, no por un morbo malsano, era una fascinación, completa y desarrollada, basada en el respeto que mi madre me había inculcado hace tantas primaveras atrás, así fue como conocí la belleza en su máxima expresión, y si, querido lector es lo que estas pensando, fue la sonrisa de Jennifer quien arranco de mi la pasividad, la tranquilidad el sueño y el hambre y me dejo en un patético estado de limerencia, me quitó las ataduras del alma y me dejo sentado en una banqueta admirando toda su imperfecta perfección. Y eso fue exactamente encontré en ese bello lugar.

Arribando a un pequeño y modesto departamento que tuve la dicha de haber encontrado hace ya varios años y que cada vez que a mi se me ocurría volver, ahí estaba siempre disponible para mi, saqué las cosas del coche y mientras boyo me seguía el paso con su lengua de fuera denotando tanto al igual que yo el cansancio de haber conducido por varias horas y de haber estado encerrados en el coche, me aguantaba el paso y me seguía con un amor genuino, creo que aunque fuéramos a morir con gusto el me seguiría, envidié su capacidad libre de amar, y me recordé a mi mismo que la ignorancia también tiene ciertas ventajas, te permite vivir un tanto mas ligero, después de todo el mismo conocimiento tiene un precio en ocasiones demasiado caro, te vuelve un ser frió y arrogante, nostálgico y un tanto suicida.

Pude bloquear el impulso de recostarme a pensaren toda la magnitud de posibilidades y sucesos, simplemente me puse en pie y salí de ese lugar que trataba de subyugar mi alma y también de arruinarme la moral que tanto tiempo me costo trabajo poder juntar, tomando ropa ligera y unas gafas de sol, Salí a la calle en búsqueda de un respiro y de romper la rutina,las calles inundadas ayudaban a mi distracción, gracias a un Dios que he tenido un poco abandonado los últimos años, pude disfrutar de todos los detalles,desde las sonrisas de los incautos niños que quedan en cierta clase de éxtasis al ver tantas maravillas naturales, y otros por desgracia absortos en la tecnología, eso yo mismo lo podría considerar un pecado craso, era triste ver que se perdieran de tantas cosas maravillosas, tantas cosas por ver por sentir por amar por descubrir, en fin, esa no era mi posición, en los días de mi juventud cuando mamá aun me podía llevar por el camino que ella quisiera y juzgara prudente y coherente, me hacia siempre énfasis en poder apreciar los detalles, me hacia mirar fijamente todo lo que mi mente y ojos pudieran registrar y eso llenaba mi vida de ciertas pequeñas victorias, en parques y cualquier establecimiento que pudiera yo ir, sentía ese placer de ser un tanto diferente y no centrarme en cosas sin alma, muy por el contrario ahí se formo mi solitaria personalidad. Caminando por las veredas destinadas al turismo, bebiendo cerveza y fumando en tranquilidad, sin necesidad de música pues el océano brinda la melodía necesaria según es el estado de animo de la persona,si es feliz te da por cientos mas felicidad, el problema es cuando tienes tristeza, pues te hunde aún más, es algo muy similar con la lluvia, uno de mismas grandes gustos culposos, pero se de carne propia que tiene esa misma tendencia, juntar a los amantes, dividir a los separados y dejar mas solos a los que tienen un poco de soledad en las espaldas, eso me daba cierta preocupación y me hacia pensar en que jamas podría salir de esa manera tan retorcida de flagelarme a mi mismo, era una tendencia que rayaba en lo suicida,mamá me lo decía de manera continua, "no busques tu propia soledad eso te arrastrara a la locura y eventualmente a la muerte, no una muerte venerada, a una gris a una alejada del placer de despedirte y dejar un buen recuerdo en la gente que algún día te pudo haber acompañado, no busques tu propio anhelo egoísta, estas por encima de ello, solo es cuestión de que dejes de hacerte sentir menos, por lo general uno mismo suele ser su mejor amigo o su peor juez"en esos días cuando me dedicaba esas palabras no entendía a cabalidad a que se refería pero ahora que los años han pasado entiendo que ella misma tenia miedo de que muriera exactamente como su hermano carnal, un hombre hundido en el alcohol, un hombre que jamas tuvo mas aspiración que la siguiente botella de whisky barato para seguir embotado en los sentidos y así no sentir el golpe dela realidad, un hombre lleno de depresión pero siempre sonriente, siempre alegre, claro está solo era una fachada para guardar su propia miseria personal, y de cierta manera mamá veía el mismo patrón de auto destrucción en mi, y eso le generaba una mezcla entre asco y preocupación. 

Un verano sin caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora