Déjame dormir.

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Mientras que la ambivalencia personal me estaba carcomiendo los huesos, la arena se metía entre mis dedos y mi entero ser estaba entrando en cierta clase de trance de cambio de frecuencias de atmósferas, y de todo lo que se pudiera cambiar en mi ser, no se porque, pero las lagrimas salían por si solas, sin pedirme permiso, sin pedirme ni darme tregua simplemente se alejaban de mi para buscar la muerte al final de mi mejilla.

-¿llorar? Espero sea de felicidad.- me dijo una pequeña señorita de no mas de diez y seis años.

-es algo muy similar, hace mucho no venia por aquí, creo que eso me da cierta alegría, y porque no un tanto de nostalgia de saber que me tendré que ir, después de todo, tarde o temprano todo acaba ¿no?

-solo termina lo que nosotros mismos damos por terminado, todo puede ser eterno si es que se quiere correr el riesgo de mantenerlo, y de ser juzgado como loco por reír solo o hablar solo.- continuó su compañera, que me arriesgo a decir que era su hermana no mas de doce años mas grande que la señorita que me abordó.

- interesante pensar, está usted totalmente segura de lo que dice ¿no es así?

- ¿de lo contrario usted cree que le daría un consejo de esa magnitud a un desconocido que llora al volver a un viejo lugar donde amó la vida?

-de por si abordarme ya es todo un suceso divino, no puedo imaginar la cantidad de pretendientes y hombres han de buscarle, y que usted en su belleza me aborde, eso me causa una agradable sorpresa.

-¿Dónde quedan esos ánimos? Anímese si usted no se ayuda ¿Quién lo hará por usted?

- no soy una persona sin amor propio.- intenté defenderme.

-dígame tres cosas positivas de usted.

-.........

-¿ve? Para el humano es algo muy sencillo ser el juez mas implacable de la historia de la humanidad mas sin embargo es mas difícil ser condescendiente, ¿Por qué? Porque estamos acostumbrados a darnos de latigazos mas que regalarnos flores.

-una linda manera de decir que somos masoquistas y buscamos la misericordia que si me lo pregunta a mi, no es mas que lastima con palabras adornadas y acciones de caridad.

Y de esa platica en delante nos dimos el placer de acompañarnos en lo que la tarde consumía el día, me invito a sentarme a su lado y junto con su pequeña hermana hablamos durante horas, de todo tema habido y por haber, fue un momento agradable, bebimos fumamos y hablamos era la tercia perfecta para dos personas afines, pues teníamos algunos puntos en los que coincidíamos en plenitud y en otras ocasiones podíamos casi haber llegado a la guerra todo nos hacia compañía como un complemento exacto algo que ambos necesitábamos y al caer la noche cuando su hermana tenia que irse a dormir, le acompañe a su lugar de habitación, así es como mamá me enseño que se deben de hacer las cosas o un toque de caballerosidad no tengo la mas remota idea, solo me dejó su nombre y su numero de teléfono en una pequeña servilleta y me hizo jurar por mis antepasados que le llamaría y que continuaríamos. Algo que por supuesto yo mismo cumpliría, no sin antes poder burlarme de mi mismo frente al espejo, mirarme las ideas y poder hacer de todo ese caos un pequeño orden de prioridad, y esperando de todo corazón poder hablar de manera ordenada, y coherente si sobre todo coherente, y es que después de todo este tiempo que he descuidado no solamente mi estado sentimental, sino también mi manera de actuar para con el sexo opuesto, llegando al punto de solo verles como un compañero mas como una amistad como hermanas y madres, y porque no como hijas, un poco de torpeza se me ha subido al corazón, no se si por fortuna o por desgracia, pero así es como han sucedido las cosas, ahora después de tanto tiempo de mantenerme a línea con todo lo que tenga que ver con los aspectos del corazón, resulte débil ante lo mismo que resultó Adán en el paraíso, la persuasión femenina, y yo que no le tengo retención alguna a la vida y que me ocultaba detrás de toda esta estela de dureza y de ira descontrolada, ahí estaba, una vez mas apostando e imaginando cosas que muy probablemente no serian reales, pero vamos, dime querido lector, ¿quien fantasea con la tragedia, quien imagina que le dejaran ahogado en amor y se irán con un mejor prospecto? Nadie en lo absoluto, antes bien imagina colores y formas, aromas y una legión celestial aclamando el amor, y en una cúpula de placer siempre te vas a imaginar con la pareja perfecta desafiando a dioses y demonios, logrando la encumbrada posición de amo y maestro del mismísimo universo.

Un verano sin caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora