1. Los comienzos son bonitos

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Uno nunca sabes a quién conocerás, puede ser que conozcas gente maravillosa, o las personas más hipócritas, en cualquier lugar como, en una cafetería, en un restaurante o incluso en los aeropuertos. Esta historia puede ser que te haya pasado, puede sonarte a la típica historia de amor, pero para mí es especial y lo fue, creo que cada persona siente que es especial su historia de amor, si la vivió.

Todo comenzó en una fiesta, aunque no era una fiesta de jóvenes, era una fiesta infantil el cumpleaños de un primito mío. Al principio, no quería asistir, ahora agradezco a mi mamá por haberme arrastrado, por lo que pasó en esas horas. En medio de la reunión, te vi entrar, no sé, te miré y me resultabas familiar, no recordaba de dónde, sin embargo, sabía que te conocía. Durante el festejo, nos mirábamos ante la atenta mirada de todos nuestros familiares y amigos de la familia. Trascurrió un buen tiempo hasta que tuviste el valor de acercarte hablar conmigo, fue tanto el valor que no importo la mirada iracunda que mi padre irradiaba. La conversación fue tan divertida y entretenida, y, ¿sabes qué? Me gusto hablar contigo y me gustó correr el riesgo de un castigo eminente, de parte de mi padre.

Para mí, había sido un gran día y ese día no iba a ser el único día que te vería... Semanas después, pude verte por causalidad. Era lunes, lo recuerdo era el cumpleaños de mi mejor amiga, cuando me decidí hacer tenis, me inscribieron en un parque cercano, donde contaban canchas para este deporte, no me acordaba donde entrenabas y da la casualidad que ese parque era cerca de tu casa, así que en medio de mi primera clase, te vi caminar con tu traje de entrenamiento con un amigo, me viste y sonreíste. Pasaste por la cancha, fuiste a tu entrenamiento y regresaste, hiciste tu calentamiento por el parque, corriste por todo ello, cada rato que pasabas me mirabas. Tú lo hacías y yo te miraba, te sonreía y me la devolvías, me preguntaste como encontrarme en Facebook, te dije y a la hora estaba la solicitud en mi muro. No te la acepté enseguida, porqué se dañó el internet y no tuve hasta el día siguiente, y la accedí a tu solicitud.

Minutos después, me escribiste y salte de la emoción por tus palabras, creo que cualquier joven con su primer amor se emociona, como lo hice yo, creo que, si alguien me hubiera advertido lo que pasaría después, pueda que no hubiera seguido, aunque creo que hubiera tomado el riesgo de seguir esto, que recién comenzaba a emerger.

Pasaron los días, las charlas se volvían largas, un día fui a jugar tenis, pero mi profesor no llegó, y me regresé a mi casa, puesto que brisaba y ya estaba cogiendo un resfriado. Lo que no sabía, que me iba a buscar decido a darme mi primer beso y bajo la lluvia, para hacerlo especial, aunque no se dio, capaz así lo quería el destino, tiempo después te fuiste a otra ciudad a pasar lo que quedaba de vacaciones.

Pasaron los meses, y tuvimos nuestra primera cita, me llevaste a ver una película, mientras escogeríamos cual veríamos, me tomaste por sorpresa y me besaste, con gente alrededor, no te podría mentir, por un momento me avergoncé, luego me olvide de los demás, pero fue hermoso. Después de eso, me pediste que fuera tu enamorada y acepté, porque ya tenías mucho tiempo atrás de mí. Sé qué pensarán, ¿en la primera cita y ya son enamorados? Bueno, tengo una respuesta para eso, es mejor disfrutar de las cosas cuando se puede, porque nunca sabes cuándo se acabará esos pequeños placeres.

Todo era amor entre nosotros, así lo fue hasta que hiciste algo que no me gusto y la primera discusión vino. Se vino la relación abajo, y no nos hablamos por meses, hasta que viniste y te disculpaste sinceramente, el coraje y el dolor se evaporó, y de nuevo el amor resucito entre los dos.   

Amor en el lugar más extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora