Malévolo.

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Este es un hecho que me sucedió en el 2012, año no tan lejano. 

Una tía mía, sabiendo de mi "don" me dijo que la acompañara a ver la casa donde alquilaba una amiga suya. Obviamente, me llevaba por una razón, quería saber si yo podía sentir algo en aquella vieja casona ya que en el lugar se encontraban muchos objetos extraños, además de las cenizas de una niña en la entrada de la casa. 

Si, las cenizas de un muerto, en el jardín delantero, típico.

Caminamos hasta ahí. La mujer que habitaba la casa, vivía con su marido, aunque temporalmente, (ahora ya no viven allí).

Ellos no creían mucho en lo sobrenatural, por lo cual a pesar de ser molestados todo el tiempo por los entes, no se iban de la casa, ni siquiera les ponían interés. 

Desde afuera pude ver la tumba de la niña llena de flores. La casa era de color rosa pero toda la pintura estaba muy dañada. 

Al entrar dentro, instantáneamente se me erizaron los bellos de la nuca. No había un fantasma ahí...¡había cientos de ellos! y puedo asegurar que no solo eran fantasmas...demonios, portales abiertos, almas en pena...

Horribles sensaciones me invadieron. La señora tomaba mate con mi tía mientras yo permanecía sentada en un sillón un poco más apartado, sintiendo miles de ojos sobre mi.Sentía como  si algo fuera a hacerme daño, todos los músculos los tenía tensos, como esperando el ataque de lo desconocido.

Pero esto no es nada. Debo describir cómo era aquella casa, parece increíble, pero es tal cual la voy a relatar: cientos de juguetes tirados por el suelo, todos rotos y viejos, acumulados en las esquinas de las paredes. Los juguetes venían incluidos con la casa, el dueño le había dicho a la mujer que no podían moverlos de lugar, por lo tanto ahí estaban siempre acumulados.

En la puerta de la cocina, la cual tenía forma de arco, colgaban dos patas de cabra embalsamadas, junto con un par de cuernos. Totalmente macabro. 

También había estatuas extrañas, pequeñas y grandes, de una mujer que representaba a la mujer del diablo, por suerte no recuerdo su nombre y no voy a buscarlo. Pero lo peor de la sala principal eran las fotos que colgaban de las paredes. Eran rostros de gente, personas reales, como fotos que usamos para el documento de identidad. Se los veía muy serios con el ceño un poco fruncido. Alrededor de diez fotos iguales, hombres y mujeres. Lo más extraño es que debajo de las imágenes estaban sus nombres y la edad de cada uno de ellos. Obviamente esto también venía incluido con la casa y no debían tocarlo.

En un rincón de la casa también había una guitarra llena, totalmente cubierta de pasajes bíblicos.

Mis ojos observaban cada detalle de ese lugar y todos mis sentidos me decían que tenía que alejarme de ahí. Me sentía casi descompuesta. Mi cabeza iba a mil como la sangre que corría por mi cuerpo, ya estaba comenzando a sudar cuando mi tía habló:

_¿Querés conocer el resto de la casa?

"No, es peligroso" "Pero es de día, ¿qué puede pasar?" "Si esta señora está bien ¿porqué yo no voy a estarlo?" "Quiero ver el resto de la casa" Todas estas y mas cosas se me venían a la mente, pero la curiosidad pudo más.

_Si, vamos.

Atravesamos por debajo de las patas de cabra, pasamos por la cocina que era lo único "normal" en esa casa. Lo peor, fue llegar al cuarto. Había visto escenas semejantes en películas, pero no en vivo y en directo.

Había una cama de dos plazas ubicada frente a un espejo. El  espejo estaba partido en forma de cruz, con quebraduras muy profundas. Arriba de éste, había muñecas de todo tipo, Barbies, bebotes, de distintos tamaños. Todas sin ojos, desnudas, despeinadas, rotas y sucias. Las cuencas vacías parecían observarme y absorberme. 

Yo no hacía más que mirar muy asombrada, jamás había visto eso, no tenía idea de que podía existir un hogar así, si es que se puede llamar hogar. 

Pronto sentí como cientos de personas rondaban detrás de mi, pegados detrás de mi espalda... Sentía...muerte.

Mi cuerpo empezó a cosquillear, los escalofríos se hicieron presentes con todas sus fuerzas. Tenía que salir de ahí cuanto antes. 

No quise conocer más de esa casa, mi tía vio mi cara de susto y pronto estábamos saliendo de ese lugar.  A medida que dejaba la casa le pedía a Dios que no permitiera que nada me siga, que todo quedara ahí, que estuviésemos protegidas. 

Lo que sentí ese día demás está decir que fue espeluznante. Obviamente no quise volver nunca más y nada me siguió hasta mi casa. La curiosidad pudo conmigo, debo admitir que fue como ver una película de terror, me dan miedo pero me encantan. A mi me daba miedo la casa, pero quería conocerla. 

Se dice que en esa casa, realizaban abortos ilegales, se hacían brujerías y demás cosas oscuras. La señora que alquilaba no tenía nada que ver con todo eso. No estoy segura de todas las cosas que se dicen sobre aquel lugar, solo puedo asegurar que no era nada, nada bueno.


¡Hola queridos lectores!

Esta fue un poco más larga. Recuerden votar y dejarme sus comentarios. Muchas gracias por leer estas oscuras historias. 

Un abrazo, bye!

Escalofríos propios.(Reales)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora