Como si nada.

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¿Cuántos días habían pasado desde que Madeleine había hecho algo más que bailar? Muchos quizás. ¿Un poco menos de una semana? No tenía certeza. Lo único que sabía era que sólo quedaba una semana para el casting. Semana que entre paso y paso se pasaría volando de nuevo. Últimamente la rizada se mataba, literalmente, en los ensayos; parecía que no existía nada más que la danza en su vida, y en si, lo era. Desde pequeña había querido serlo y por mas que buscase una segunda opción de trabajo, no hallaba ninguna que llenara de gozo su corazón. Nada se comparaba a su amor, su pasión por la danza. 

―Maddy, ¿vas a comer algo antes de seguir con los intentos de homicidio? –La castaña que se encontraba en el suelo con la cabeza gacha, se irguió y observando por una linea entre sus parpados a Natalie la miró con enfado― Está bien, esta bien. ―Ella suspiró― ¿Vas a ingerir algo antes de continuar con tu practica? ...¿Mejor?

―Mucho mejor. ―Se levantó del piso de la sala de estar para dirigirse a la mesa donde se encontraba su amiga― No quiero algo pesado... Hmm. Un sándwich de tomate y lechuga bastara. Oh, y un vaso de jugo de piña. Si no queda que solo sea agua. Ah, y que sea del pan integral con semillas.  

―¿Se le ofrece algo más, señorita? ―Preguntó en tono de broma. Maddy se quedó observándola de manera compungida. Al parecer se había escuchado muy mandona― Tranquila. Lo que me interesa es que comas algo.

―Gracias por preocuparte, Nata. ―Le regaló una sonrisa bondadosa a su amiga. Sabía que nunca encontraría la manera de agradecerle por todo. En especial, por el rol de madre que muchas veces ella asumía.

―Para qué están las amigas. ―Afablemente respondió mientras se volteaba a hacer el pedido de su compañera― Ah, ¿te he contado sobre que Julie ya tiene vida?

―¿La profesora? ¡Oye, eso es genial! ¿Cuándo las hacemos amigas?  ―Rió subiéndose por encima de la mesa―  

―Cuando una de las dos abra tema. 

―Tienes razón, tienes razón. ¿Puedo empezar yo? Hace tiempo que tengo ganas de hacer un starter . Últimamente los has hecho tú. 

―No tengo problema. Puedes hacerlo libre, ahí vemos si alguien más se suma. 

―Hm, sí. Me parece bien. ¿Lo dejamos a la imaginación o planeamos algo?

―Ambas. Pongamos un par de ideas y veamos que sale de allí. 

―De acuerdo.  

―Espero que Neyron se sume al tema. ―Susurró, sin embargo tenía la intención de ser escuchada por la rizada.

―¿Qué?  ―Natalie había dado en un asunto que ya se encontraba zanjado para su amiga. Maddy la observó con detenimiento sin saber qué responder.

―Ah, sobre Neyron. Sería interesante que se uniera, ¿no? ―Con una mueca pilla esperaba a escuchar lo que su contraria diría.

―Y volvemos al tema. ―Comentó bajándose de donde estaba, acercándose con abulia― ¿Es necesario decir que no me gusta Neyron? Es decir, solo es un amigo y ya. 

―El público no dice lo mismo, Maddy. 

―¿El público? ¿A qué te refieres? ―Arqueó su entrecejo con una mirada desorientada. 

―¿Recuerdas la revista de chismes que publican? ―Maddy asintió. Natalie terminó de hacer su comida y volteó a verla― Han escrito un nuevo tomo y... ¡A qué no sabes quienes han salido allí! ―La mayor se acercó con la comida y la dejó sobre la mesa― ¡Neyron y Marianne! ―Sin poderlo creer, la castaña cayó sentada por sobre una de las sillas del mueble.

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2017 ⏰

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