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SABADO

Se había quedado dormida arriba de la alfombra, ya que había decidido mirar un rato el techo y se quedo dormida.

Fue hacia el baño y tenía la alfombra marcada en la piel de la cara y brazos.

Solo faltaban dos días para irse de la isla y a Alice se le caía el mundo encima.

- Buen día, Alice.- dijo su mama que pasó rápido con unas sabanas en las manos. - El desayuno está en la mesita de afuera. El día está perfecto.

- No existen los días perfectos... - murmuro Alice peinando su colorido cabello, su madre ni siquiera lo había visto.

- ¿Qué dijiste cielo? - dijo esta asomándose con una sonrisa que se fue borrando al ver el pelo de Alice.- ¿Qué te hiciste en el pelo?

- Me lo teñí de muchos colores ¿No te gusta?

- Me parecen demasiados colores...

- Lástima. - dijo cerrándole la puerta del baño en la cara.

- ¡Alice! No vuelvas a cerrarme la puerta en la cara nunca mas ¿Me oíste? Mocosa malcriada.

- Vos me criaste. - murmuro Alice enojada.

Gracioso, las madres o se podría decir familia en general eran bipolar. Te saludaban bien, te sonreían y todo para luego por alguna razón especifica enojarse y arruinarte el día, además de ganarte un sermón garantizado.

Al salir del baño su madre se le acerco.

- Está bien, no me importa que te hallas dejado el pelo así ¿Si? Es tu cuerpo y vos decidís que hacer con él. Eres perfecta a tu manera, Alice.

- No soy perfecta.

¿Por qué todo para su madre era jodidamente perfecto? No existía lo perfecto.

Se podía simular la perfección, pero no era más que eso. Una simulación, algo falso.

Después de todo es posible que la perfección no exista y si existía, Alice todavía no la había encontrado.

Salió afuera, agarro una tostada y volvió adentro.

- Matt tengo algo que contarte.

- ¿Qué paso? Cuéntame.

- Es algo muy bueno.

- ¿Qué es? ¿Para mí o para vos?

- Para los dos...

- Dale que me muero de la intriga, ah.

- ¡Me voy a vivir a Felium!

- ¡¿Me estas jodiendo?! Ahhhhh genial, espero que no sea un chiste porque estoy saltando de la alegría.

- No, no es un chiste. Me voy a vivir con mi hermana y ¡Finalmente nos vamos a poder conocer!

- ¡Qué bien! ¿Cuándo venís?

- El lunes salimos de la isla, supongo que son dos días en barco y hasta que nos instalemos con mi hermana, podríamos vernos el sábado de la próxima semana y de paso me muestras la isla.

- Siiii tengo tanto que contarte en persona.

- Yo también. Bueno me tengo que ir, te quiero muchooo

- ¡Yo también! Chau

Alice amaba su relación con Matt, lo quería tanto, siempre estaba para ella, era como un hermano, el mejor hermano del mundo.

Alice salió de la casa y fue caminando hacia la casa de Thalia, quien estaba según lo previsto con Venecia y América.

- Bien, como te vas, queríamos hacerte una clase de despedida entre mujeres y la idea era temática "Solteras locas" pero teniendo en cuenta que dos de todas nosotras son pareja no pudimos hacerlo, así que lo dejamos como "Fiesta sin chicos" - dijo Thalia riendo mientras se tiraba en un colchón que había en el piso.

Todas se pusieron pijama y pusieron la música a todo el volumen que la madre de Thalia les dejo (Bastante alto de todos modos) y bailaron, hicieron guerra de almohadas y hicieron pulseras de "Amistad" que prometieron usar siempre.

- Creo que te voy a extrañar mucho. -Dijo América abrazándola.

- Yo también.

Se quedaron unos segundos en silencio.

- Gracias. - murmuro Alice.

- ¿Por qué?

Venecia y Thalia se habían ido a buscar galletas, así que estaban solas.

- Por cambiar un poco de mi, por enseñarme y demostrarme que mi cuerpo es solamente mío, que no hay nada malo en amar a alguien que es de tu mismo sexo o no. Que las apariencias engañan tanto para bien, como para mal.

América asimilo las palabras.

- De nada. - dijo está riendo y abrazándola fuerte.

- Oye no me robes a mi novia ¿Si? - dijo Venecia riendo, mientras volvía con galletas en las manos.

- ¡Cuidado abajo! - Thalia les avisó, porque en ese instante se les tiro enzima con galletas y todo.

Comieron las galletas, las armadas y las migas de las aplastadas por Thalia; tomaron entre todas una botella de vodka que el hermano de Venecia había guardado, pero que esta había robado y miraron películas hasta quedarse dormidas una arriba de la otra.

Eran un desastre total, pero eran amigas y se divertían juntas.

Alguna estaba más rota que la otra, todas tenían gustos diferentes, pensamientos diferentes; pero se querían entre ellas y siempre que trataban se ayudaban, eso es lo que deben hacer las amigas.

A pesar de las diferencias, ayudarse en lo posible y estar juntas.

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Perdón por que sea tan cortooo

Esta historia esta llegando a su fin... Ni siquiera yo puedo creerlo.

Gracias a todos los que dedican un poco de tiempo a leer mi libro, que con todo amor y inspiración escribo.

Gracias por leer, los quiero lectores 😘😘

Besitos de Fausti 💕

Tormentas iluminadas//TERMINADA #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora