ACTO III, PARTE 1: Momentos compartidos

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Marinette se había asegurado de llegar a su casa antes de las 07:00, sin darle oportunidad a sus padres de sorprenderse por su desaparición.

Su rostro aún permanecía colorado ante semejante despertar, y su corazón derramaba una sensación cálida inconfundible. Si todas sus mañanas fueran igual, estaba segura que su esperanza de vida se alargaría.

Cuando había abierto los ojos, parecía estar frente a un valle verdoso y eterno, que la tranquilizaba y la hacía sentir en paz. Adrien ya llevaba unos minutos que la miraba atento, esperando su despertar con calma, sin prisa, había despertado hace tiempo, pero se había mantenido observándola dormir.

-Buongiorno, principessa. -Saludó con una sonrisa en la boca, acercándose para depositar una suave caricia en los labios de la chica con los suyos. Marinette, luego de terminar de devolverle el tierno beso, se dio cuenta de que el chico la rodeaba con sus fuertes brazos y hacía de manta ante el frio.

-Es lo mismo que dijiste la mañana de ayer... -Dijo manteniendo una sonrisa en los labios, pasando sus manos entre los cabellos rubios de su compañero, peinando el cabello del chico, que en ese momento estaba más despeinado que su versión de héroe.

-Vaya, me alegra que lo recuerde, my lady. -Confesó dedicándole una sonrisa picarona, guiñándole un ojo- Dormiste bien, ¿no es cierto? -Preguntó el chico frotando con suavidad el hombro de la joven- ¿No pasaste frio ni nada? -Agregó, mostrando una expresión de preocupación a la par que acariciaba su mejilla con calma.

-No, para nada, eres muy cálido de noche, estoy considerando el cambiarte por la estufa en Diciembre. -Bromeó, sonsacándole una risa al joven.

-Bueno, si es así, no tendría problema en abrazarte de aquí a todas las noches que nos queden. -Aprovechó de apretarla contra él un poco, colocando su cabeza en el hueco de su hombro y su cuello- Amaría el poder sentir ese rico aroma todas las mañanas... -Susurró hundiendo su nariz en su piel, memorizando el olor del perfume que aún quedaba impregnado en ella, y el de su propia humanidad, el olor de Marinette.

-Estás muy cariñoso hoy, pero necesito decirte algo... -La voz de Marinette había adquirido un tono que preocupó enseguida al rubio, quién se apartó con sutileza.

-¿Qué ocurre?

-Adrien, no está bien que estemos siendo tan imprudentes en estas situaciones... -Comenzó a hablar, aclarando un poco su garganta, tratando de ser lo más seria y madura que pudiera.

-¿A qué te refieres? ¿A qué te quedes en mi casa? -Ella enarcó una ceja. Sabía que no era tonto, y supuso que le estaba haciendo una tomadura de pelo, pero cuando el rubio vio su expresión, bien entendió a qué se refería.

-Ambos somos ya adolescentes, personas con responsabilidades, y no podemos arriesgarnos a que en estos encuentros algo "inesperado" pueda llegar a pasar...

-Mari, lo de anoche iba totalmente en serio... -Sujetó su mano con fuerza, acercándola a sus labios y dándole un beso en los nudillos, sin soltarla- Yo me haría cargo de todas formas...-Repitió la frase de anoche, pero esta vez con un tono más serio, más decidido, y sin un ápice de broma.

-Adrien, sabes que no me refiero a eso... -Contestó enseguida, bajando un poco las cejas mientras apretaba los labios- Un bebé puede que sea el más bello regalo de todos, y siempre he soñado con armar una familia, pero no ahora. No quiero ser una de todas esas chicas que por no cuidarse terminaron... Bueno... Así... -La verdad, a ella siempre le había parecido que las que quedaban embarazadas a esa edad eran unas tontas, y que eso les pasaba por idiotas descuidadas. Qué irónica puede ser la vida a veces- Solo quiero que empecemos a tener cuidado, actualmente existen muchos métodos para prevenir un embarazo no deseado, y yo no quiero... –Sus palabras fueron cortadas por su amante, quién colocó su dedo índice por sobre sus labios con delicadeza, haciéndola callar.

|MIRACULOUS LADYBUG| Siguiendo nuestros instintos |Fanfic Lemon +18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora