Vista de Jimin.
Bajamos al salón para que ella se despidiera de su madre. Estaba tan guapa vestida. Esos tacones que las piernas se hacían interminables. Y ese vestido. Dios, ese puto vestido. ¿De dónde cojones ha sacado eso? Si no la he visto en vestido en mi vida. Aún así confiaba en ella, pero en quien no confiaba era en Suga.
-Me voy.
-¿No te quedas?-Preguntó.-Vienen los muebles nuevos, y no puedo yo sola.
-Yo me quedaré a ayudarla, señora.-Me ofrecí.
-¿De verdad?-Asentí.-De acuerdo. Pásatelo bien.
-Adiós.
Me dio un beso en la mejilla y salió de allí. Sí. Un puto, beso, en, la, mejilla. Sé que su madre estaba delante, pero al menos me hubiera dedicado una sonrisa.
-Bueno, en lo que llega el hombre con los muebles...-Susurró su madre y se sentó en un sillón.-¿Ya estás con mi hija?
-Bueno señora.-Me rasqué la nuca.-Es algo... Complicado.
-No, mi niño, no.-Soltó una pequeña carcajada.-Mi hija es complicada. No estás con ella ¿No?
-Solo nos conocemos más.
-¿Es por ese estúpido de Suga?
-No señora.-Suspiró.-Quiero creer que no.
-Sé que es mi hija pero...-Me miró.-¿Qué haces aún aquí? Digo, esperándola.
-Su hija me gusta de verdad. Si solo hubiera hablado con ella antes que Suga...
-¿Cómo la conociste?
-La había visto muchas veces con Ho Seok en el instituto, pero nunca le dije que le conocía de allí. La vi y creía verme a su lado cogiéndole de la mano.-Sonreí inconscientemente.-Pero Suga se adelantó. Y bueno, ahora que la conozco bien... No me gustaría perderla.
-Pero ese maldito Suga siempre está en el medio.-Se quejó.-Y eso que al principio era buen niño.
-¿Qué hizo para que le cayera mal?
-Hablar con Ho Seok.-Sonrió.-Me ha contado todo lo que le ha hecho ese imbécil, y todo lo que has hecho tú.
-Oh.-Curvé mis labios.
-Ten cuidado con ella.-Sentenció.-Ella era inofensiva, pero Suga sacó todo lo malo que tenía guardado, y tiene una mala ostia del carajo.
Vista de _____.
-Buenas tardes guapa.-Me besó la mejilla.-¿O tampoco puedo llamarte así?
-Sé que estoy guapa, Suga.-Me bufé.
-¿Vienes así por mí?
-No.-Negué con la cabeza.-Luego quedaré con Jimin.
Maldita falsa.
Estás con Suga, piensas en Jimin. Estás con Jimin, piensas en Suga.
Es que... La sonrisa de Jimin. No me cansaba de verla. ¿Y su voz? Hasta enfadado me gustaba. Y si hablo de su risa... Él era como mi droga. Mi madre debería estar orgullosa. Algunos enganchados a la droga, y yo a Jimin.
-Llevas media hora sonriendo y no sé si es porque te he dicho que se me ha roto la moto o porque estabas a tu mundo.-Dijo Suga, bebiendo de su copa.
