El otoño estaba llegando a su fin y las hojas caían al suelo llenando todo los caminos de aquel tono anaranjado y marrón tan característico. Como todos los días el hijo menor de un pequeña y precaria familia de campesinos salía, junto a su buen perro, a caminar alrededor del bosque, intentando descubrir a lo lejos si los cuentos que le narró su padre, sobre fantasmas, brujas y monstruos eran ciertos. Desde que podía ir solo a caminar por las tardes jamas había visto nada. Pero la duda y la curiosidad carcomen la mente tanto de un hombre como de un niño, por eso el pequeño decidió adentrarse en las entrañas de aquel bosque sinuoso y aterrador que tantas historias inspiraba. Al principio Amis tenia cierto terror o miedo, pero al ver que no sucedía nada y ningún fantasma, bruja o monstruo se le aparecía se adentraba aún más en las profundidades del bosque, perdiendo de vista la salida de aquel oscuro lugar. En un momento Amis observó un ave negra, no se distinguía si era un cuervo o se trataba de otro espécimen, pero el brillo de su plumaje era impresionante, llamaba mucho su atención y le daba tanta curiosidad ¿seria aquella una simple ave negra o una bruja transformada? El pájaro se adentro mas y mas en el bosque, y el pequeño niño fue tras él.
El ave lo esperaba al joven niño como si lo guiara por el bosque, tramo tras tramo, haciendo que Amis se adentrara lentamente en el oscuro y sinuoso bosque. Las hojas crujían bajo el peso de los lentos pasos del niño, que seguía absorto al ave negra; hasta que llegaron a un pequeño páramo en medio de aquel lúgubre lugar. Todo cubierto de aquellas anaranjadas hojas que caían de las copas de los arboles, la hierba seca y el cielo nublado le daban a todo un aspecto aciago.
El ave freno en un tronco mal cortado en medio de aquel páramo, observando al niño.
_Oh dulce pequeñajo, me atormentáis con vuestra persecución incansable, so ruego que me digas el porqué me habéis perseguido_ Dijo el cuervo mirando al chiquillo a los ojos, quien respondió rápidamente
_No os entiendo, las aves no hablan_
_Si me entendéis, y si hablamos, todos los seres del bosque hablamos_
_¿Todos?..._ Un repentino viento, fuerte y gélido, llevo todas las hojas volando alrededor del Amis, rodeándolo, girando y revoloteando a su alrededor como pequeñas mariposas. Amis miro con gran fascinación aquella arte de la naturaleza, como el viento soplaba aquellas hojas.
_Si mi chiquillo todos los seres de este bosque negro hablamos, pero me temo que no todos somos amistosos, y os ruego que dejéis vuestra curiosidad a un lado, por que podéis padecer ante aquellos seres - Dijo el alado intentando advertir al curioso niño de los males de aquel bosque negro, que todos los hombres temen, pero el niño continuaba en su infame carrera por saberlo todo, esa arrogante curiosidad que crecía dentro de el y a la vez su inocencia infantil.
Las palabras se iban con el viento por que el joven niño estaba dominado por dicha curiosidad intentando saberlo todo.
_¿Por qué me guiabais entonces, si no querías que entrara a este bosque?_
_Yo no te guié vosotros me seguisteis hasta aquí, y ahora debéis iros rápido_
_¿Por qué?_
_Porque si os quedáis mucho tiempo os uniréis a este bosque y aun peor podéis llegar a dejar un rastro a vuestro hogar_
_¿Y cómo salgo de este bosque?_
_Te guiare, pero prometerme que no regresaras jamas_
_lo prometo_ dijo el niño a sabiendas de que era una mentira, que volvería para averiguar mas y mas, pero para volver necesitara dejar un rastro como su padre le había enseñado.
El joven incauto dejo marca y marca en cada árbol a su paso, fugazmente uno tras uno, marcas pequeñas como un grano de arroz. El cuervo que volaba mas adelante que el niño ni sospechaba que tal criatura inocente podría romper su promesa en tan poco tiempo y de haberlo sabido mostraría su verdadera forma devorando a ese niño tonto que no conocía las consecuencias que provocaban tales actos impulsados por la curiosidad, pero lo que no imaginaba el cuervo es que sus compañeros y enemigos, y el bosque mismo lo observaban y veían con codicia el rastro que dejaba Amis.
Amis y el pequeño cuervo negro llegaron a aquel camino teñido de naranja otoñal, y tras volverle a advertir al niño que jamas volviera desapareció como una sombra fugas que escapa de luz mezclándose con la oscuridad absoluta de ese bosque tenebroso.
El pequeño miro hacia el bosque justo en el camino que había marcado y allí vio parado una silueta oscura tenue que se hundía entre los arboles, era grande pero poco visible y trasmitía una sensación de temor y frío al pequeño Amis, ahora si su curiosidad había muerto, ya no deseaba volver allí así que corrió...pero de algo se olvido desde que se había adentrado al bosque, y era de su perro que no ladraba ni apareció desde que el entro.
Le dedico este pequeño relato a ustedes y a mi pequeña hermana del alma.
"El cielo esta marcado por pequeñas estrellas, que son sueños guardados en el recuerdo del universo por su magnifica belleza"
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Augusto H. López
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El Rastro
FantasyUn pequeño sendero entre la vida y la muerte sea creado, criaturas atormentan violentamente sobre los hombres que vivían una vida tranquila en paz. Los dioses han muerto, y nadie podrá salvarlos, no hay profecías que dicten un destino.