La sangre se escurría mezclándose con el agua dulce de la nieve derretida por el ardiente fuego, el suelo absorbía aquella mezcolanza roja convirtiéndose en barro, en un mar de sangre y viseras, cabezas resecas y cuerpos tumbados decapitados siniestramente.El devorador media alrededor de dos personas y su velocidad era como la de las sombras, su forma era imprecisa ya que para atacar de sus extremidades salían armas similares en forma a espada o hachas, llevaba una armadura que parecía adherida y grandes cuernos extraños, toda oscura y sin brillo.
Nemrod llevaba ya diez minutos luchando con la bestia, a cada ataque se cansaba mas, estaba exhausto ya no podía seguir defendiéndose de la criatura oscura que intentaba matarlo. Hacia años que Nemrod ya no luchaba, tanto que ya su físico no aguantaba lo que años atrás en juventud aguantaría. Antes solía ser fuerte, cuando era vikingo y navegaba bajo el mando del Jarl Haggo, un vikingo cruel que atacó varias veces Northumbria. Nemrod en esos años era el más poderoso y fuerte guerrero bajo el mando de su Jarl. Envidiado por hombres y amado por mujeres, en especial una, la hija del mismo cruel líder que tenia.Nemrod se volvió a concentrarse cuando vio que la hacha rebotó contra la armadura de la criatura oscura, no podía dejar de pensar en su pasado, en su esposa la hija del Jarl, y el porque huyó de su pueblo. La criatura contraatacaba una y otra vez, casi Nemrod no podía defenderse.
En cuanto a Nhey estaba vacio, sin poder reaccionar y tan solo miraba las cuencas de los ojos de su madre, vacías y seca llena de lodo rojo._¡Nhey bastardo, lucha no dejes que su muerte sea en vano!_ exclamo furioso Nemrod intentando hacer que reaccionar y saliera de aquella monótona tortura.
Nemrod ya no pudo mas y su hacha cayo al piso sin tener la suficiente fuerza para levantarla, su piernas unidas en el barro de sangre, y sus manos temblando como dos hojas en el viento. El devorador, oscuro y cruel ataco sin siquiera importarle, ante lo que Nemrod intento esquivar el ataque pero sus movimientos lentos no pudieron hacer nada, él se cansaba como cualquier mortal y la bestia jamas se agotaba, era insaciable y quería aniquilarlo.
La sangre tibia salia del brazo de Nemrod, o de lo que quedaba de el. Un pedazo de carne colgaba aun de su antebrazo por la piel y los finos músculos. El dolor hizo que Nemrod solo pudiese arrodillarse y ver como la criatura voraz estaba apunto de atravesarlo justo en el pecho.-El vallhala me...- la sangre brotaba como un torrente ese el brazo que había perdido y el dolor casi no lo dejaban pronunciar aquellas palabras.
Cuentan que cuando la muerte llega para un hombre este ve su vida ante sus ojos pasar tan fugas como si dicha vida hubiera sido vivida en segundos, sin embargo él veía aquellos ojos claros y brillantes como el agua del mar bajo el sol de una tarde brillante, aquellos ojos que lo habían enamorado hacia años y de la única mujer que había amado.
No importa como muera siempre recordaría aquellos ojos. La sangre salpico desde su boca al recibir el segundo ataque, haciendo que cayera de espalda y viera el fuego que quemaba las ramas de los arboles que lo rodeaba y todo empezó a oscurecerse de repente mientras agonizaba en el suelo._¡Padre!_ grito eufórico Amis observando como el devorador había atravesado a su padre justo en el estómago y arrojándolo al suelo lodoso y sangriento,muriéndose. No podía creer todo lo que pasaba y su alrededor lo asustaba mucho, estaba congelado del terror que crecía desde su interior al ver a todos muertos y su padre muriendo justo frente a sus ojos.
_Levante a Nhey y vete Amis, llegamos tarde pero aun no como para salvarte a ti, yo lo distraeré a este devorador de almas y a los demás_ pronuncio tranquilo mientras ponía su mano sobre Amis haciendo que este se reconfortará y corriera hacia Nhey para llevárselo lejos de aquel lio.
Aiden tomo la forma de un devorador pero en un tono blanco y brillante, sin embargo era pequeño a comparación al otro devorador. Aiden ataco rápidamente sin dejar que este reaccionara y se moviera, atravesándolo con una lanza que salio repentinamente desde su extremidad. La criatura se retorcía y chillaba como un cerdo mientras agonizaba en el lodo salpicando todo y por fin muriendo, sin embargo no era la única bestia allí, desde las sombras surgieron varias con ojos rojos y sonrisas malévolas y preparados para luchar.
Amis tomo del hombro a Nhey y le grito al oído para que reaccionará, pero no lo hizo estaba absorbido por la muerte de su madre. Pero Amis lo tomo de el brazo y galo de él. Este como si fuese una marioneta sin vida lo siguió levantándose del barro y caminando tambaleándose fue tras Amis que escapaba de la batalla que estaba apunto de comenzar atrás suyo, y de la cual no saldría con vida si se quedaba."Morir para dar vida, vivir para morir"
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Augusto H. López
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El Rastro
FantasyUn pequeño sendero entre la vida y la muerte sea creado, criaturas atormentan violentamente sobre los hombres que vivían una vida tranquila en paz. Los dioses han muerto, y nadie podrá salvarlos, no hay profecías que dicten un destino.