El otoño había acabado, las personas de la pequeña aldea se habían preparado para las primeras heladas del gélido invierno. Muchos almacenaron cebada, carnes secas con sal, hidromiel, cerveza, vinos y todo tipo de cereales; también dejaban que los cerdos y animales de la granja durmieran adentro para calentar las casas y no murieran congelados en la noche.
La nieve había empezado a mezclarse con la tierra y las secas hojas del otoño, los arboles se proseguían con una corteza dura y negra, contrastando con el blanco virgen de la nieve, el rocío en en el alba caía e forma de copos.
Andrés la hija mayor de el carnicero jugueteaba con un pequeño gato blanco que se camuflaba perfectamente en el clima helado, tanto que la joven lo había llamado simpáticamente "copitos" por los pequeños copos de nieve que caían constantemente todas las noche cuando la luz del sol ya no calentaba la superficie de la tierra.A copitos se le había dado por escaparse de el calor del hogar y esconderse entre los viejos gallineros, lugar que Andrea odiaba por que allí sus hermanos supieron encerrarla de pequeña para hacerle una broma,dejándola entre las gallinas y diciendo que era una gorda y fea gallina blanca. Pero aquella mañana el gatito estaba tranquilo y se dejaba acariciar por Andrea que jugueteaba con las patitas de él, pero el pequeño animal no aguantaba las ganas de escaparse y correr hacia el gallinero donde pequeñas lauchas se escondían entre las viejas maderas de aquel lugar. Así que apenas ella se distrajo, salió disparado hacia la vieja gallinera y la joven muchacha fue corriendo tras el, a pesar del frío, mientras reía alegremente.
Cuando llego a la gallinera la puerta estaba abierta y sobre un tronco estaba el gato esperándola mientas la miraba quieto como una piedra sin mover ni un musculo. La niña sintió un tenebroso frío dentro suyo, como si su alma se congelara de repente.Camino lentamente hacia el gato mientras lo llamaba a susurros para no asustarlo. Las pisadas se hundían en la nieve mientras entraba al gallinero y el miedo entraba en ella al igual que ella al gallinero. De repente, el gato salto sobre si tan alto que parecía increíble y correteo asustado a través de las piernas de ella saliendo del gallinero, Andrea grito del susto y cayo de cola, pero rápido a pesar de trastabillar se levanto y intento llegar a salir de ese lugar de susto, nerviosa y asustada.
Su respiración era acelerada como sus pasos hacia la puerta pero de repente vio como su visión se nublaba y el frío de su interior se convertía en dolor mientras intentaba escapar, cayo sobre la fría nieve y de su boca la sangra carmesí salio antes que que su alma muriese para siempre.Los hombres del pueblo no encontraron rastros de ella y ya había pasado dos noches desde que había desaparecido, ni huellas ni nada, solo una marca de sangre que no sabían si era de ella o del el gato que colgaba sin cabeza atado con sus propias entrañas a la entrada del viejo gallinero. La madre lloraba desconsolada y sus hermanos desconfiaban de los hombres pensando que se la habían llevado para violarla, ya que era una de las muchachas mas bellas del pueblo, pero su padre Marco no espero ni un segundo para viajar a el feudo, donde residían los caballeros feudales llamados capas azul, unos caballeros que servían en nombre de Dios y que eran bastante fuertes, amantes de servicio a su salvador.
Lissad era un franco noble que había viajado a aquel feudo para unirse a la orden templaría y servir a su Dios, sin embargo, tras conocer a el sacerdote de la ciudad Daniel decidió unirse a pequeña orden llamada capas azules que defendían los feudos de los bárbaros nórdicos, godos, visigodos, vikingos y todo tipo de hombre pagano. Lissad era un hombre entregado a Dios pero pronto se volvió un poco adicto a ciertos placeres mundanos y así hizo que la pequeña orden se corrompiera, aprovechando que todos habían partido hacia Jerusalén en una cruzada, así que eran los mas fuertes de aquellos feudos y fingían cierta amistan con la iglesia, lo que les dejaba vía libre a su corrupción.
Lissad desayunaba cordero seco y pescado junto a una cerveza espesa de malta, mientras comían sus hombres reían y se divertían. En total eran siete, Tomas el mas joven, Bartolome un hombre sabio y viejo pero muy bueno con la espada, Vissan un ingles noble amante de las golfas y el vino, que siempre se burlaba de todo; Jose y Juan los mas devotos a Jesucristo pero gustosos del oro, y por ultimo el mejor ballestero del feudo Vicente. Todos bebían y se divertían, cuando un hombre vestido con pieles de oso y lobo entro rápido y desesperado gritando por su hija.
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No te olvides votar si te ha gustado"No solo hay dolor cuando existen heridas"
Augusto H. López
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El Rastro
FantasíaUn pequeño sendero entre la vida y la muerte sea creado, criaturas atormentan violentamente sobre los hombres que vivían una vida tranquila en paz. Los dioses han muerto, y nadie podrá salvarlos, no hay profecías que dicten un destino.