"Sangre fria"

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Lissad el caballero de los capas azules se rascaba su espesa barba como si de un perro se tratara, grisácea y añeja por los largos inviernos vividos. Había estado escuchando con atención al viejo campesino que tan alarmado y preocupado había venido a interrumpir su matutino desayuno. El hombre parecía que hacia días que no dormía y era cierto, hacia falta una semana para viajar de la pequeña aldea a el feudo del señor, y aun mas con los caminos cubiertos de hielo y pesada nieve, ni el mejor de los caballos podría realizar tan duro camino. Así que a Lissad le interesaba lo que el hombre tenia que contarles y si había una dama en peligro mejor, parecía una de esas historia que los bardos cantan en las tabernas.
Marcos, el padre de Andrea había emprendido su viaje por que su hija no era lo único que había desaparecido en esos días. Habían animales en el bosque muertos resecos como si su jugos internos se los hubieran bebido, cosa que era muy raro ya que sus cuerpos no tenían rastro de haber sido violentados. Y también habían desaparecido animales de granja que al principio pensaron que escaparon, pero al buscarlos los encontraron metidos dentro de un tronco todos descuartizados e igual de resecos, sin embargo si habían manchas de sangre alrededor.

_Es muy interesante lo que nos contáis hombre, pero discrepo, no te creo ni una sola palabra sobre lo que viste, seguro son solo cuentos vuestros ya que no existe ser igual en la faz de la tierra de nuestro Dios santo, pero la desaparición de vuestra hija si me preocupa, violadores de la palabra de cristo andan sueltos y se han llevado a vuestra hija. Viajáremos en cuanto la nieve se quite_

_Demonios son...se trata de demonios que vienen a castigar nuestros pecados_ dijeron Juan y Jose al mismo tiempo como sus voces y almas estuviesen unidas.

_¡para cuando la nieve se quite toda la aldea estará muerta!_ grito eufórico Marcos preocupado de que no lo ayudaran a tiempo.

_Ni demonios ni nada, Dios nos protege y nos redime nuestros pecados, os digo que nos castigara por nuestros actos en nuestra muerte no os envía la muerte a matarnos antes_

_si no nos ayudáis, la aldea parecerá sean demonios o no, algo malo se avecina sobre nuestras cabezas_

_¿estaréis tranquilos si os acompañamos un par de hombres a vuestra aldea y revisamos?_

_claro, os recibiremos a todos vosotros con nuestras provisiones si es necesario_

_bien hombre, mañana a primera hora partiremos yo y mis hombres_

Marco se desplomo sobre el banco y soltó un gran suspiro por su gran cansancio de no haber dormido en varios días.

El hijo mayor de Marco, Nhey ya estaba fastidiado y cansado de estar sentado y no hacer nada, en su cabeza venían imágenes de hombres violando a su hermana en el bosque, ya no lo aguantaba, así que junto a un buen numero de hombres para ir al bosque y encontrar a los secuestradores de su hermana.
Armados con hachas y picos, caminaban entre el bosque buscando algun rastro, algode ella, lo que fuese, sin embargo no allanan nada y ya habían caminado horas y horas, la fatiga y el desconsuelo bajo su moral y decidieron detenerse.
La noche se acercaban y no podrían quedarse mucho tiempo allí, cuando tan fugas y tan silenciosamente la cabeza de uno se los hombres se le desprendió de s cuerpo saltando pos aires llenándolo todo de sangre; su cuerpo callo yaciente al piso serio y la nieve se mancho de un rojo intenso, dejando a los demas atonitos solo contemplando con terror como murió aquel hombre. Nhey solo pudo tomar su hacha rápidamente y adelantarse corriendo hacia donde su compañero había muerto.

_¡Bellaco hijo de puta os encajare mi hacha en vuestra maldita cabeza lo juro por Jesucristo nuestro señor!!_

De pronto todo se torno oscuro, no se veía ni sus propias extensiones, no veía nada solo sentía un gran frío en su interior.
Una voz reseca sonó desde el interior como la voz de un anciano o de alguien sufriendo...pero sonaba cruel e insensible.

_Los Dioses han muerto pequeño niño, vosotros morirás, devorare vuestras esfimeras almas y os haré sufrir los mas grandes tormentos, masacrare a sus estúpidos hijos, ancianos y mujeres, sentiré vuestro dolor como el mayor placer de este mundo muerto_
Todo alrededor se ilumino nuevamente por la luz de la luna y los hombres que le habían acompañando estaban clavados en los arboles degollados, con sus entrañas por fuera y sus manos congeladas señalándo a Nhey como si lo acusaran de sus muerte. Nhey se arrodillo en el piso y miro que a sus pies estaban la cabeza de todos, secas como si por meses hubiesen muerto.

_Dios...santo..._ dijo antes de sosollar de dolor.

La muerte se avecinaba sobre la aldea como una avalancha de nieve proveniente de los grandes alpes, eran como demonios que surgieron desde el mismo infierno o eran ángeles caídos desde el cielo para castigar sus crueles castigos, nadie lo sabia.

La muerte se avecinaba sobre la aldea como una avalancha de nieve proveniente de los grandes alpes, eran como demonios que surgieron desde el mismo infierno o eran ángeles caídos desde el cielo para castigar sus crueles castigos, nadie lo sabia

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"En barcos de papel"

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