Sinopsis

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-¿Nerviosa eh?- me mira con sus grandes ojos verdes e intimidadantes.

-No es nada.- hago un gesto de resignación.- Sólo una cita.

-Ajá.-asiente mientras una sonrisa traviesa aparece.- Tu no estás nerviosa.

-Exacto.- explico.- No entiendo por qué una cita tiene que ser algo que me ponga nerviosa, una cita puede ser de amigos, además a mi no me gusta ni yo a él, quedamos para conocernos y...

-Calla.- supira y abre los ojos.- Y ¿eso no es estar nerviosa?

Asiento.- Te doy ejemplos para que sepas que no lo estoy.

-Claro lo que tu digas.- dice mientras se arregla la coleta mirándose al espejo.- Este puede ser el afortunado.- me mira desde el reflejo del espejo.- Ya sabes.- sonríe maliciosamente.- No hagas cosas que no debes.

-¡No voy a hacer nada!- mis mejillas se enrojecen y yo niego desesperadamente.- ¡No soy así!

-¿Y quién dice qué el no?- levanta una ceja.- Puede que tú no quieras, pero el puede que sí.

-Entonces no voy.- me siento.- No quiero correr riesgos.- en mi cabeza aparece una idea.- ¿Chocolate o helado?

-Eres tonta.- me lanza una almohada con una mirada inquisitiva.

-La verdad es que sí.- la lanzo un beso.

-No era una pregunta.- sonríe mientras le da un trago a su batido.

-Lo mío tampoco.-saco la lengua.- ¿Entonces que me pongo?

-¿Vestido o falda?- pregunta mientras busca en el armario cogiendo varias prendas de ellas.

-Unos vaqueros estarán bien.- agarro una chuche y me la como.

-Eres una sosa.- dice tirándome unos vaqueros encima de la cara.

-Es una cita.- afirmo.- Quiero ir cómoda.- tiro del elástico de los vaqueros.- Además, ¿por qué no puedo ir guapa con unos vaqueros?

-Haz lo que quieras.- se enreda un pelo suelto en el dedo.- Es tu cita no la mía.

-Por fin lo entiendes.- la doy un beso en la mejilla.- Te cojo esta blusa.- la enseño.- Voy al baño a cambiarme.

Más tarde estoy sentada en la silla del tocador de Elena, mientras ella me peina.

-¿Qué vas a hacer?- pregunto preocupada, temiendo que me ponga como para una boda.

-No es nada.-dice ella peinando y quitando varios mechones.- Unos pequeños tirabuzones y ya.

-Elena...

-¡No sé cómo puedo tener una mejor amiga como tu! -Dice mientras dramatiza.- No haces lo típico que hacen las mejores amigas en las pelis.

-¿Nosotras somos normales? -Levanto una ceja.

-Entiendo ya por qué.- Me da un último retoque.- Voilà

Me observo en el espejo y por una vez me siento guapa de verdad. Mis vaqueros de tiro bajo, la blusa negra (un poco transparente) se mete bajo el pantalón, mi peinado, un semirecogido, me hace la cara más fina, por último mi maquillaje eyerline y un poco de brillo queda muy suave.

-Es...-no se como decirlo.- Precioso, estoy guapísima, me gusta mucho.

-No lo estás.- explica mi tozuda amiga.- Tu eres guapa pero no te sacas provecho.

Reflexiono sobre lo que acaba de decir cuando suena mi móvil.

-Las cinco.- digo mirando la pantalla.- Tengo que irme ya o no me dará tiempo.

-Espera.- dice ella chupandose el dedo.- Se te ha corrido el pintalabios.

-Pareces mi madre.- me quejo.- Bueno me voy ya.

-Mucha suerte.-dice ella abrazandome.- Y ten cuidado.

-Vale mamá.- me despido cerrando la puerta de su casa. Bien ahora tenía que ir al parque a unos 20 minutos de aquí caminando.

Cojo el móvil y conecto los auriculares, la música se va reproduciendo en mis oídos y yo tarareo lo poco que me sé de la canción. Por el camino observo los pájaros, los árboles, los niños corriendo de un lado a otro.

Cuando llego al parque miro el reloj, llego unos minutos tarde, observo la entrada y veo al chico con el que he quedado. Él levanta la cabeza me ve y me saluda con la mano. Sonrió y voy a su dirección.

-Buenas tardes Estela.- dice levantándose y dándome dos besos.

-Hola Mark.- sonrío tímidamente.

-¿Vamos a dar una vuelta?- me mira buscando una respuesta.

-Claro que sí.- río.

-¿Alguna vez habías venido antes a este parque? - Niego con la cabeza.- Entonces te voy a enseñar los sitios más bonitos.- sonrío.- ¿Eres un poco tímida verdad?

-Sí.- miro al suelo.- Soy bastante y al principio nunca sé que decir. Perdona.

-No es nada.- me coge de la mano y me aprieta.

Llegamos a un sitio precioso, el atardecer llegaba, se oían algunos pájaros, un montón de flores, un pequeño lago.

-Uau.- digo.- Es precioso.- Sonrío y cierro los ojos para intensificar los olores y los sonidos, un viento fresco me golpea, y estoy unos segundos así, a pesar de que el me está mirando.

-Eres preciosa.- me sopeta de repente, trago saliva, me parece que Elena tenía razón a que quería más.

-Muchas gracias.- sonrío tímidamente.

Él se ríe y mira al frente, me siento y sigo disfrutando de este momento.

-Si hiciera un poco más de viento y fuera más cálido sería mucho mejor.- sonrío al oír mis palabras.

-Vaya.- comenta.- Tus deseos se cumplen.

Le miro al no entender cuando un soplo de aire fuerte me da en la cara.

-Ahora falta que puedas hacer un tornado.- dice riéndose, me río con él.

Después de media hora de hablar y estar sentados, retomamos el camino a la entrada, la verdad es que es muy simpático, graciaso y guapo.

Por el camino dos chicos pasan corriendo y me tiran al agua, me doy un golpe en la cabeza contra el asfalto de la fuente, y me quedo mareada, sin fuerzas para salir a la superficie, oigo gritos, una voz que me llama.

Siento un cosquilleo y voy elevándome a través del agua, aún medio inconsciente salgo, sin saber como. Me tumbo en la hierba y la presión horrorizada de Marck me ataca. De repente se me quitan todos los mareos.

-¿Cómo has hecho eso? - Me pregunta asustado.

-¿Hacer el qué?-respondo tomándome suavemente la cabeza.

-Tu...- no sabe hablar.- Estabas ahí abajo.- hace señas indicando el fondo.- Luego saliste.- pausa.- Y flotaste en el aire.

-No me gusta que bromees con eso.

-¡No lo hago!- me espeta.- ¡No sé qué pasa! ¡Pero me das miedo!- y corre, como nadie ha corrido nunca.

Me tumbo en la hierba, tocándome la cabeza por si me sale sangre cuando dos personas me miran desde arriba con una mirada curiosa.

ElementaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora