Profunda mentira

Capitulo 3

-Saliendo tengo una sorpresa para ti- Dice Santiago dándole un beso a la rubia que tiene a un lado.

-Bien, me muero por saber que es- Dice muy poco emocionada Andrea. Ya no siente nada por Santiago, pero no quiere terminarlo, prefiere seguir con aquella mentira. Él le beneficia.

Pasan las horas, pasan demasiado rápido para ser sinceros. Menos para ella. Sara se la pasa dando vueltas en la casa. Esta desesperada. Sabe perfectamente que lo que hará es peligroso, es malo. Pero tiene que hacerlo, ama a Carlos, lo ama de verdad, o eso cree ella. Cree amarlo. Pero aún no conoce que es amor y mucho menos que es amor. Nunca tuvo una familia, más que su hermano. Sus amigos no han sido los mejores del mundo y prefiere estar con Carlos, que es lo peor. Un chico conflictivo no le viene bien a una chica con problemas emocionales.

"Tengo que hacerlo". Piensa de inmediato y se sube al sentra gris que esta frente a su casa. Lo enciende y se marcha. Pasa a una tienda para comprar licor. Necesita fuerza para poder hacer lo siguiente.

-Amor, ¿A dónde iremos? – Dice Andrea un tanto fría. Santiago ya se acostumbró a eso, pero, cree amarla. Sólo esta atenido a ella, ya todo es monotonía

-Es secreto, Andrea. No preguntes- Él, en cambio contesta con un brillo en sus ojos, tal vez su mente quiere hacerle creer que es la indicada.

Ella ya no contesta. Por una parte quiere seguir con él, pero por otra quiere dar su indiferencia. Meses antes, ella hubiera seguido preguntando, le encantaba ver como se enfadaba y ponía esa cara de desesperado. Pero, hoy, ese día, en ese momento, en ese auto, todo es diferente. El aire y el ambiente se sienten tensos. Igual que esa relación que no hace más que desmoronarse. Ella nota confusa que se dirigen hacia la carretera, aunque no le sorprende, hay muchos lugares bonitos fuera de la ciudad.

-Cálmate Sara, cálmate Sara- Se dice a si misma viendo un auto y siguiéndolo despacio. Ya sabe a dónde se dirige. Siente que lo que hace es muy malo, pero no le importa.

Andrea estaba viendo hacia la ventanilla cuando Santiago le pregunta algo.

-¿Qué tienes?

-¿Qué tengo de que?-Contesta ella seria, muy seria.

-Estas seria, rara y fría y sé que tienes algo- Dice él.

-No tengo nada, Santiago-Contesta ella enojada.

-Sé que lo tienes- Empiezan a gritar.

Cuando menos se lo espera Santiago pierde el control del carro. Y choca contra un poste de señalamiento. Los dos se miran asustados, por poco más pudieron caer al pequeño barranco que existe entre ellos y el concreto de la carretera. O eso creen ellos.

Sara va demasiado deprisa, perdió de vista a Santiago. Pero porque él se había dado cuenta de que alguien los seguía. Esta nerviosa, hay demasiadas sensaciones en su cuerpo y mente. Está asustada por lo que pudiera pasar, enojada con ella misma por hacer eso y satisfecha por destrozarle la vida a la tipa que se fijó Carlos. Gracias a esas sensaciones no se percató de que el auto que está a punto de chocar es el de la amante de Carlos.

No se distingue como es que sucede el choque. El Altima blanco impecable, estaba casi fuera de la carretera cuando el Sentra lo choca y lo avienta hacia el barranco. Los dos carros caen al peligroso barranco.

El primer carro que se impacta es el Altima, la chica que estaba dentro, sale del carro y se impacta contra las rocas. En cambio el chico solo se golpea contra el parabrisas del carro, los cuales se estrellan en el rostro del joven y alcanzan a cortarle la cara. Por la mente de este pasan los momentos de su vida, los más importantes y en ellos difícilmente ve a su novia, pero no lo suficiente. Es un juego de la vida, cuando crees que tienes todo y tienes a lo más importante cerca, en realidad no lo tienes. No está contigo.

En el otro carro no sufrió tanto como el primero, Sara está bien. No perfectamente, pero se puede decir que bien. Ella no provoco el accidente, está seguro de ello, pero aun así se siente culpable por lo que acaba de ver. El otro carro está peor. Andrea saliendo volando y cree que difícilmente este viva. El chico, que Sara no conoce, está dentro del carro aun. A penas con las pocas fuerzas que le quedan sale del carro y logra llegar al otro cuando una chispa que salta provoca que se empiece a incendiar. Andrea sabe que si no actúa a tiempo esto se saldrá de control. Al tratar de abrir la puerta del piloto, donde esta Santiago, se da cuenta que esta atorada, así que lo primero que piensa es en romper la ventana de la puerta con una piedra que encuentra cerca.

-Hey, hey.- le dice Andrea al joven que desconoce, para tratar de despertarlo, pero esta inconsciente.

El pequeño incendio se va extendiendo cada vez más. Andrea jala a Santiago por el orificio de la ventana y lo logra sacar. Pero no sabe que más hacer, así que decide llamar a la ambulancia.

-¿Hola?- su voz temblorosa la delata, está nerviosa.

-¿Cuál es su emergencia?- Contesta la voz de una joven.

-Un accidente. Ayúdenos por favor- Dice llorando Sara, ya está demasiado asustada.

- Necesito que se calme señorita. ¿En dónde se encuentra?

-En el barranco que está saliendo de la ciudad, en la primera curva. ¡Vengan rápido!- Ya se está alterando más Sara. Sabía que no debía hacer esto.

-¿Cuál es su nombre?

-Sara, Sara Muñoz

-Ya avise al personal, ya van para allá.

Fin de la llamada. Hay demasiados sentimientos en Sara. Así fue como perdió a sus padres, así fue como murieron, en un accidente. Esta demasiado asustada, comienza a llorar. Pero hay algo en el chico que acaba de sacar del auto que la alienta a tranquilizarse. En eso recuerda a Andrea, sabe cómo se llama, sabe su nombre.

-¡Andrea! ¡Andrea!- Comienza a gritar desesperada. Busca a su alrededor cuando se da cuenta de uno de los tacones rojos que llevaba Andrea. En la mente de Sara lo primero que se le ocurre es: "Nunca poder llevar algo así en los pies" pero mueve la cabeza al pensarlo y se acerca más a la dirección del tacón.

Andrea estaba tirada en el piso, sangrando mucho. Esta inconsciente. No sabe si está viva o muerta, pero al ver tanta sangre se altera mucho y se aleja. Se empiezan a oír ambulancias cerca. Están por llegar. Se queda ahí, parada sin saber qué hacer, está asustada.

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