Capitulo 5

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Miranda llega a la sala de urgencias y pregunta por su hijo, es obvio y claro que estará preocupada por su único hijo.

-Tranquilícese, enseguida le digo como esta su hijo.- Dice la enfermera, la misma que estaba con Sara hace unos minutos. Comienza a revisar en la computadora para saber cómo esta Santiago.

-Él, está en recuperación, pero fuera de peligro.- Contesta Rosa.

-Gracias.- Se siente aliviada Miranda.- ¿Puedo pasar a verlo?- Dice sin pensarlo siquiera dos veces.

-Por el momento no, hasta que despierte, no tardara mucho. Quisiera preguntarle algo.-Dice la enfermera algo angustiada.

-Sí, ¿Qué paso?- Dice con cara de preocupación Miranda.

-¿Conocía a la chica que iba con él? Se llama Andrea.- Dice Rosa, la enfermera.

-Sí, es la novia de mi hijo, ¿Cómo esta ella?- Pregunta preocupada, puede que esa chica no le agradara tanto, pero nunca le desearía el mal.

-Ella lamentablemente no sobrevivió al accidente.- Dice Rosa.

-Dios... mi hijo... me gustaría que lo supiera después.- Dice Miranda.- Duraron 5 años, creo que será difícil para él.

-Sara, despierta. Te están llamando, contesta.- Le dice Carlos a Sara, quien está lo suficientemente ebria para haberse quedado dormida en el sillón.

-¿Eh?- Contesta malhumorada.

-¡Que contestes!- Le grita Carlos con un cigarro en la mano y sentado en el sillón de enfrente. Ella, asustada toma su celular y contesta al número desconocido.

-¿Hola?

-¿Sara Muñoz?- Dice la voz desconocida

-Si, soy yo.

-Hablamos del Hospital, ocupamos que venga, no la hemos dado de alta y necesita explicar lo que pasó en el accidente.- Dice la fastidiosa aguda voz del otro lado de la línea.

-Pues denme de alta y lo único que paso en esa carretera fue que el chico que conducía se distrajo con su novia, supongo y perdió el control.- Contesta irritada Sara.

-Está bien, pero ocupamos que venga.- Dice la chillona voz.

-Está bien, está bien, como quieran. Voy para allá.- Responde y sin dejar que la fastidiosa voz conteste cuelga.

-Carlos, me pidieron que fuera...- Carlos no la deja terminar.

-No me importa.- Dice y se levanta del sillón para irse a otro lugar.

-¡Tú me pediste esto, ayúdame!- Grita con frustración y él regresa a la sala.

-Si nena, pero no te obligue, ¿O sí?- Le dice mirándola con convencimiento.

-Lo hice por ti.- Le dice ella, está a punto de llorar, pero no quiere hacerlo frente a él, no quiere que vea que tan débil es.

-Tú tenías dos opciones, hacerlo o no. Escogiste la que creías que te convenía y cometiste un error. Es tu problema, no mío.- Esto último hace que Sara tome su celular y salga de la casa con lágrimas en los ojos.

Olvida que su carro se lo llevo el seguro que su hermano le había pagado cuando se lo regalo y eso hace que se enoje más. Llama a un taxi y pide que la lleve al hospital. Aunque por dentro preferiría ir con su hermano o lejos, donde nadie la conozca y empiece de cero.

-¿Dónde está mi hija?- Pregunta alarmada Alicia, mamá de Andrea.

-Alicia...- Dice Miranda quien ha estado esperando para ver a Santiago.

-Miranda, ¿Tu hijo tuvo que ver con esto?- Contesta como una jovencita malcriada, igual que Andrea.

-Ellos tuvieron un accidente, Santiguo debe de estar por despertar y Andrea...- Gracias a que el doctor llego a ver a Alicia, Miranda no tuvo que decirle a Alicia la verdad sobre Andrea.

-¿Alicia Navarro?- Pregunta el doctor.

-Sí, soy yo, ¿Cómo está mi hija, doctor?- Dice Alicia con un toque de frialdad y de superioridad.

-Lo siento mucho, pero su hija falleció en el accidente.- Estas palabras retumban en la mente de Alicia.

-¿Qué? No es posible doctor.- Dice con lágrimas en los ojos, pero no se permite llorar y voltea hacia Miranda- ¡Fue por culpa de tu hijo! ¡Él tuvo que morir y no Andrea!- Grita Alicia con desesperación.

-Alicia, lo siento mucho, pero la culpa no fue de nadie, fue un accidente. También me duele la perdida de Andrea.- Dice Miranda con calma, pero no sabe de qué otra manera comportarse, no siente empatía con una Andrea con unos 20 años más.

-¿Qué sientes la perdida de Andrea? ¡Le hiciste la vida imposible!- Le grita Alicia, empezando a perder el control.

-Señora, considero que debe de calmarse y venir conmigo.- Dice el doctor y toma a Alicia y la pone atrás de él y se dirige a Miranda.- Ahora vuelvo a hablar con usted.- Y se va.

Sara llega al hospital con dolor de cabeza y le pregunta a la misma enfermera que le pregunto por Santiago.

-Hola, hace un momento me llamaron, me pidieron que viniera.- Dice con mal humor.

-Sí, gracias por venir. En un momento la llaman.- Dice y llama a un número.

Sara se va a sentar y se pegunta como se puede arruinar la vida en un abrir y cerrar de ojos. Hace unos días no pensaba en que podía provocar un accidente a alguien, pero lo hizo. Pero estaba necesitada de Carlos, necesitaba eso.

-¿Sara Muñoz?- Pregunta un señor canoso, como de 40 años, aproximadamente.

-Sí, soy yo.- Dice asustada, esto está yendo más lejos.

-Venga conmigo.- Dice y se dirige fuera del hospital y se sienta en una banca y Sara se sienta a lado del señor canoso.

-¿Podrías decirme lo que sucedió?- Dice extremadamente calmado.

-Él chico perdió el control.- Dice segura y como si fuera obligada a decir eso, aunque en realidad es así.

-¿Segura?- Cuestiona y ella asiente.- Encontramos una botella de alcohol en su coche.- Dice esto y Sara maldice en su interior, había olvidado la botella.

-Escuche, estaba tomando, si, pero si hubiera sido yo la que provoco el accidente hubiera resultado herida, más que ellos y mi auto hubiera quedado peor de como esta. Pero no, él chico se descontrolo y me descontrolo a mí.- Dice a la defensiva y moviendo las manos ágilmente, un gesto que Carlos odia.

-Puede que tenga razón, si nos ponemos desde ese punto de vista, pero, ¿Sabe usted que pueden poner cargos en su contra por la botella de alcohol?- Dice en un tono amenazador.

-Pero... ¡No es lógico!- Grita Sara, de nuevo con su gesto en las manos, que enseguida se las pasa por el cabello lacio y rojizo.

-Escuche, así están las cosas. El único testigo, así se podría decir es el joven del auto, porque la chica ya no puede. Si él declara que efectivamente perdió el control del automóvil, usted queda como inocente, por mientras tendrá que venir conmigo.- Dice el hombre canoso y va hacia el carro blanco. Sara distingue el carro y se da cuenta que es como el de su hermano, lo extraña.

Entran en el carro blanco y ella se sienta en la parte de atrás. Comienza a llorar, ¿Cómo es posible que cuando crees que esta todo perfecto es cuando peor te sientes? Así era ella, creería que por dentro estaba bien, pero no. Estaba mal, estaba rota y necesitaba un corazón igual que roto que el de ella. O era igual de roto o una persona que la aguantara con sus debilidades, sus miedos, inquietudes y errores. Quería a alguien que de verdad la quisiera, alguien que de verdad quisiera estar con ella y que la haga feliz, como siempre quiso serlo.

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⏰ Última actualización: May 01, 2016 ⏰

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