Hey Quitate Enana

12 Guerra De Tomates

Observé la pantalla del celular, era un número desconocido, intenté devolver la llamada para saber quién era pero está no entró, no quise tomarle mucha importancia, solo era una llamada. Me acosté y cerré los ojos esperando a que el sueño se apoderará de mi.

>La pequeña niña caminaba por un oscuro bosque, alguien la observaba, ella volteó pero no había nadie, siguió caminando, todo paso tan deprisa de un momento a otro ya estaba tirada en el suelo desangrándose de su brazo, pero aún se encontraba con vida, intento levantarse lentamente aún con la herida en su brazo izquierdo, no podía sostenerse de lo débil que se encontraba, comenzó a sentirse mareada, luego de un recorrido logró llegar a un pequeño pueblo el cual estaba deshabitado, ella comenzó a gritar intentando llamar la atención de alguien pero todo fue en vano, lentamente comenzó a sentirse más débil hasta caer al suelo, aún estando conciente sintió que el dolor incrementaba, las lágrimas recorrían sus mejillas..."

 Me desperté de golpe sobresaltada, encendí la luz y respire profundamente, abrí el cajón del mueble que se encontraba al lado de mi cama, saque el pequeño bote amarillo y tomé un tranquilizante.

—solo fue un sueño—me dije a mi misma.

***

Mi celular comenzó a sonar, lo apagué y me levanté, hice la misma rutina de cada mañana, mi papa no se encontraba ni tampoco mi tía Georgina, salí de la casa y le mandé un mensaje a Layla quien me dijo que ya venía en camino, la esperé cinco minutos hasta que llegó, caminamos hacia el instituto en silencio, al llegar vinos a Liliana y nos acercamos a ella, el timbre sonó, las tres nos fuimos al salón, el maestro no se presentó por lo cual tuvimos la clase libre, al no tener quien me mandará sentar con mi enemigo aproveche para estar con mis dos amigas.

Las siguiente clases no fueron tan aburridas, el timbre de receso sonó y fuimos hasta la cafetería, la fila era enorme, optamos por no formarnos, además de que ahí se encontraba la bolsa de testosterona y eso podría ocasionar otra guerra de comida, lo cual no era una buena idea. Fuimos hacia el patio trasero hasta que el timbre sonó, ese día tendríamos una clase especial. Cocina. Todos teníamos que asistir obligatoriamente o de lo contrario lo contarían cómo una falta del día. 

—ire por servilletas—aviso la maestra—pueden comenzar a realizar su platillo—dicho esto se retiró del salón.

—necesitaremos tomates para la salsa—dijo Liliana.

—ire por ellos—dije.

—solo dos—asentí y fui hacia donde estaban las verduras, cogí algunos tomates, me distraje un poco al ver el jugo de estos en una botella transparente.

Olvide cuántos tomates me había pedido por lo que cogí cuatro, me giré y al hacerlo choque contra alguien que se acercaba provocando que le embarrarla los tomates en la camiseta, alcé la vista para ver de quién se trataba, admito que sentí algo de culpa pero al verlo se me fue por completo el sentimiento y me eche a reír.

—¿Por que no te fijas por donde vas?—preguntó el castaño molesto.

—¿Por que no dejas de ser tan insoportable?

—¿Por que no te callas?—ya se veía muy molesto.

— ¿Tú por que no dejas de ser un imbécil?

—¿Puedes dejar de decir estupideces?

—¿Tú puedes dejar de ser tan idiota?

—¿Por que siempre me embarras o me lanzas algo?

—por que siempre te atraviesas en mi camino— respondí. Bueno quería respuesta, ahí la tenía.

Su reacción fue coger un tomate y embarrarmelo en la cara, eso me hizo enojar, cogí otro tomate y lo embarre en su cara, el hizo lo mismo, cogí tres tomates, me aleje un poco y los lance hasta el pero logro ver mis intenciones a lo cual se agachó provocando que le cayeran a dos chicas que se encontraban atrás, claro que se molestaron y lanzaron unos tomates hacia mi pero logré agacharme, aunque me cayeron a otras chicas las cuales reaccionaron lanzando unos tomates hacia unos chicos los cuales gritaron "guerra de tomates"

Nuevamente comenzó una guerra de comida aunque lo que más había por doquier eran tomates y el jugo que en algún momento estuvo embotellado. La maestra y directora llegaron ante tal escándalo haciendo que paramos nuestra guerra.

—Tienen un minuto para decirme quien comenzó todo esto—hablo con total seriedad la directora.

—ha sido Yamileth—dijo la hermana de Liliana, inmediatamente la miré ofendida y me sonrió hipócritamente.

—¿Es verdad eso?

—yo...—intenté hablar pero no tenía argumentos para defenderme.

—claro que es verdad.—Maldita rubia pelos de elote.

—señorita Mckenzie, acompañe me a dirección ahora mismo.

Al estar en dirección trate de explicarle lo que había sucedido realmente pero no me creyó. Amenazó con suspenderme al siguiente problema en el que me metiera, al salir de dirección pude notar como los alumnos que se encontraban en el pasillo murmuraban cosas.

—¿Que pasó?— pregunto Layla llegando hasta mi.

—una más y me suspenden—bufé.

—mi hermana es una estúpida—habló Liliana.

—no importa.—pasé por su lado y seguí caminando, realmente no quería hablar con nadie.

***

Las clases terminaron y como de costumbre todos salieron corriendo, no espere a Layla debido a que enserio quería estar sola, no me sentía con ánimos para hablar con alguien por lo que me fui sola a casa, al llegar me senté afuera.

¿Por que siempre tengo que ser yo la culpable de todo?
Tal vez por que tu tienes la culpa de todo lo que pasa.
Gracias, tu ayuda me sirve de mucho, solo me haces sentir peor.

—hola—levanté mi vista, nisiquiera sentí cuando Jason se acercó.

—hola—salude en voz baja para después llevar mi vista al suelo.

—¿Te pasa algo?

—no—lo miré—todo bien.

—te ves un poco triste.

—¿No deberías de estar trabajando?—ignoré su comentario.

—hoy descanso—asentí, me levanté y sin decir nada entre a la casa.

Necesitaba estar sola, eso era todo lo que pedía después de todo estaba tan acostumbrada a ella.

Subí a mi habitación y me acosté, me coloqué los audífonos y dejé que una playlist de simple plan comenzará a reproducirse, luego de algunas canciones mi celular vibró indicándome que tenía una llamada entrante de un número desconocido por lo que respondí.

—¿Si?

—destruyes todo lo que tocas, siempre...