87 ¿Me Quieres?

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Una semana había pasado después de lo ocurrido con Iker. Callan se negaba a salir, no había asistido al instituto, se la pasaba encerrado en su casa, según Ana nisiquiera quería comer. Me partía el corazón saber como estaba, la primera vez que había ido a verlo me corrió de su casa al igual que a Ana y a su tía.

Quería ayudarlo, pero no había nada que yo pudiera hacer por él.

—Callan—me había decidido por ir a verlo otra vez a lo cual me dejó entrar.

Su camisa había quedado por algún rincón de la casa al igual que sus pantalones, solo tenía el bóxer y los calcetines puestos, olía peor que mi padre en su depresión, se la pasaba sentado en el suelo, tal vez esperando alguna clase de gripe.

—¿Qué?—preguntó luego de unos minutos de silencio.

—te preparé un sándwich—le extendí la charola con el sándwich y lo miró.

—no tengo hambre—volvió a regresar la vista hacia el frente.

Eso era lo que había dicho toda la semana, tal vez esperaba morir de hambre.

Me senté a su lado dejando la charola en el suelo frente a él. Tal vez así le daría hambre.

—tienes que comer, Iker regresará pronto—al menos tenía esa esperanza.

—¿Pronto?—preguntó—¿Cuándo?

No le diría "tu hermano jamás regresará" tenía que encontrar una forma de animarlo y hacer que volviera a ser el de antes. Estaba claro que eso sería algo casi imposible por que nadie puede volver a ser el mismo después de algo como eso, pero al menos quería que lo intentara.

—muy pronto—susurré recargando mi cabeza en su hombro.

Si tan solo pudiera hacer algo, quisiera poder ayudarlo, si tan solo no hubiera aparecido en su vida nada de esto estaría pasando.

—muy pronto—repitió en susurro.

—lo siento—susurré—todo es mi culpa, si no hubiera golpeado a Dana nada de esto estaría pasando.

Hubo un silencio por unos segundos hasta que se decidió a hablar.

—enana—quité mi cabeza de su hombro, hacía tanto tiempo que no me llamaba así—no es tu culpa, yo fuí quien se metió con ella y estas son las consecuencias.

Estaba segura de que me perdí en la palabra "enana". Tanto tiempo había pasado sin que me volviera a decir así que se me hacía extraño y aún lo consideraba como un insulto hacia mi persona.

Luego de unos momentos cogió la charola con el sándwich y lo llevó hasta su boca, sonreí al verlo comer, cuando por fin terminó decidí ayudarlo—o mas bien yo comencé—a recoger toda la casa, no había tanta basura pero su ropa si estaba tirada por doquier.

—necesitas bañarte, hueles horrible—me miró y caí en la realidad de lo que había dicho, ¿Por qué tuve que decirlo de esa manera?—sin ofender—finalicé.

Estuvo algunos segundos pensándolo y finalmente se levantó, caminó hacia el baño dejando la puerta abierta, mientras recogía tenía que pasar por ahí en busca de una camisa que había dejado tirada y pasé por el baño, me disponía a cerrar la puerta que dejó abierta y lo miré sentado en el suelo.

No podía seguir así, tenía que hacer algo por él. El hecho de no tener a nadie conmigo no implicaría que yo no lo ayudaría.

No pensaba dejarlo solo.

Entré al baño dejando su ropa en el suelo y lo miré, miraba hacia un punto fijo el cual parecía ser el suelo. Me crucé de brazos y golpeé su pierna levemente con mi pie.

Hey Quitate Enana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora