Capítulo I: "Sábado Infernal"

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Todo comienza con una botella, pasa con dificultades para caminar y acaba con un llamado de emergencia y desesperación.

—Mariaaaaaaan...— se escucha llamar alguien fuera del apartamento. Un gruñido sale de la boca de una chica encerrada en su habitación, que no puede evitar escuchar los golpes en la pared de su habitación.

—No otra vez...

—Mariaaan... ¡Hey, abreme...! Mariaaaan...

Si había algo que no podía faltar durante un fin de semana, era una buena tanda de bebidas.

—¡No voy a abrir! — al tomar un cepillo de barrer junto a su cama, Marian, que estaba en el cuarto, escuchando los llamados de Ema desde la puerta del apartamento, se levanta y comienza a golpear el techo con la escoba.

En el apartamento de arriba, habita un joven cantante llamado Harry. Quien él, junto con sus amigos, sostienen una relación con las chicas.

—¡Harryyyyy! ¡Ven a buscar a tu locaaaa!

...

Ninguna respuesta por parte del cantante aumenta la frustración de la chica, que solo se lanza en la cama de nuevo y se entierra en la almohada.

Al no recibir respuesta, Ema golpea la pared una vez más.

...

Nada. Por eso caminó unos pasos al apartamento a la izquierda del suyo.

—Angeeeelicaaaa... Marian me dejó afuera... ¡Angélicaaa...!

Las luces de la sala se encienden y la mas joven de las tres abre la puerta para ver que sucede. Aunque ya hacía dos sábados que sucedía lo mismo por la noche, se levanto algo alterada.

—Angeelicaaa... — llama Ema al ver la figura en la puerta, después de tres minutos esperando que saliera.Quien llego con su cabello hecho una cebollita y miro directo al suelo, donde su amiga yacia sentada. Ebria. —Marianaa no quiere abrir la puertaaaa...

Angelica suspiró y cerró la puerta detrás de ella.

—Pero Ema... fue lo mismo el sábado pasado. — dijo al observar el suelo frente a la puerta del apartamento contiguo e hizo una expresión de repugnancia. — Acabas de vomitar...

Segundos después de taparse la cara con una mano, escuchó una voz proveniente del apartamento de sus amigas.

—¡Tendrás que limpiarlo con tu cabello, Ema!

Angélica suspira de nuevo al escuchar a Marian y mirar a Ema apegarse a su pierna, dando tumbos a los lados.

—¡Marian, abrele la puerta! — dijo al recordar la horrible experiencia de tener que limpiar su alfombra los dos sábados pasados.

—¡No lo haré!

—¡Mariaaaan, por favor...! — insistió Ema, golpeando la puerta sin saber ni que hacía.

De nuevo, se escucharon los golpes en el apartamento de arriba cuando Marian tomó la escoba una vez más para golpear el techo.

—¡Harryyyy, baja de una puta vez!

Después del tercer suspiro de la chica más joven, minutos más tarde de que los golpes y los gritos de Marian cesaran, pasos acercandose se pudieron escuchar. Al girarse, Angelica notó que era Liam, el vecino de Harry, llevando una expresión de angustia en su rostro al ver la escena en el pasillo del segundo piso. Detrás de él, venía una chica morena de rizos pequeños, Danielle, con quien Liam mantiene una relacion amorosa.

—Pero, ¿qué es lo que sucede a estas horas? — pregunto el chico al mirar a Angélica, quién estaba de pie en medio del pasillo y se apartó para que él advirtiera el estado de Ema. —Oh, no. Otra vez lo mismo...

Vecinos de Londres (1D)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora