1. ¿Shinsengumi? ¿Qué es esto?.

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Las voces de los habitantes de aquel extraño lugar llegaron a sus oídos, escuchando todo lo que cada uno de ellos decía o mencionaba, entre eso las risas y chillidos de los niños pequeños cuando sus padres no le querían cumplir algún capricho. Suspiro ya que no podía salir de ese lugar como si nada y darse a ver, tal vez todas las personas la mirarían de forma extraña y comentarían cosas desagradables o incluso hasta hirientes pero estaba la herida que tenía en un costado, el veneno ya había comenzado hacer efecto y eso le estaba dando problemas pues poco a poco fue perdiendo el conocimiento. Todo a su alrededor se puso borroso incluso el hermoso paisaje que le proporcionaba la parte baja del puente donde se encontraba, a los pocos minutos de que el veneno comenzará hacer su efecto maligno, la muchacha ya había caído en un profundo sueño... Uno que quizá no era de su agrado sino más que un doloroso recuerdo de su pasado.

[...]

Se encontraba en esa enorme habitación cubierta de calurosas llamas que ardían y danzaban al compás de cada una, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí pero sólo tenía en mente una cosa... Quería a sus padres, a sus amados padres lo que siempre habían estado con ella pero había un pequeño detalle, no sabía dónde se encontraban esto incluso llegó a pensar que ya estaban muerto si no fuera sido por la voz de su madre llamándola desde el pasillo del Palacio que daba a su habitación. Sabía que era peligroso lo que estaba por hacer pero no era tiempo de arrepentirse sólo quería estar con sus padres y nada más; miro a todos lados buscando un lugar donde las llamas no se intensificarán mucho y lo encontró, estaba cerca de la puerta de su habitación así que tomando todo el valor que sólo una niña de siete años podía tomar se echó a correr levantando con sus manos el vestido blanco que llevaba puesto.

La corrida no fue muy larga y con gran esfuerzo la niña pudo salir de aquel caluroso lugar encontrándose con que su madre corría hacia ella; con expresión preocupada y llena por completo de terror, sin decir nada y con lágrimas en sus ojos verdes se echó a los brazos de su madre, quien al ver a su hija un poco sucia por la cenizas de las llamas y con cara de completo miedo la envolvió en sus brazos, correspondiendo al caluroso abrazo y levantándola en brazos.

 ¡Alice!.  la voz de la mujer de espeso cabello negro era entrecortada a igual que su respiración.

 ¡Mami! ¡Mami!. — chilló la pequeña aferrada a su madre.

 Tenemos que salir de aquí, vamos.

Y dicha las palabras la mujer con la niña en brazos se echó a correr como si su vida dependiera de ello. Ella dejaría a su pequeña a salvo con alguien de su confianza para luego regresar con su marido y enfrentar la grave situación en la que se encontraba. Llegaron a las afueras del palacio y de inmediato bajo a su hija dejándola en el suelo, las llamas que aún seguían danzando se notaban en los ojos verdes de su hija.

 Merlín, llevatela de aquí, por favor. — le habló la joven madre a un hombre que se encontraba detrás de su hija.

Este era realmente hermoso con sus cabellos plateados y ojos de un violeta muy claro, sus ropas eran las típicas que solían usar los magos de Occidente y en una de sus manos llevaba lo que parecía ser un báculo o algo parecido, la expresión del hombre era neutral a pesar de la situación en la cual se encontraban.

 ¿Estáis segura de esto, Haruka?. parecía querer entrar en razón a la mujer pero esta simplemente asintió firmemente.

 Si, Alice tiene que estar a salvo, es la única heredera al mundo de Ávalon por eso os suplico que la llevéis a un lugar seguro y donde pueda ser feliz como una persona normal.

Una Pendragon Perdida En HakuoukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora