Me distraje por completo al ver esos ojos rojizos brillando en la oscuridad de la noche, ahora si podía ver al sujeto bien y por un momento perdí el equilibrio de mi cuerpo cayendo en cámara lenta al suelo. Un extraño sentimiento invadió mi cuerpo al verle, era idéntico a alguien de mi trágico pasado y quien fue muy importante en mi vida pero sólo los diferenciaba algo, el color de cabello. Sentí un agudo dolor recorrer cada centímetro de mi cuerpo al caer al suelo y no pude evitar soltar un quejido a modo de grito, supongo que aún mi cuerpo no estaba recuperado del todo después de la dura batalla que se desarrolló hace un par de días en Ávalon. Debido al golpe tenía los ojos cerrados y me quejaba gritando maldiciones al aire libre. Ya no vi más a los demás y de seguro estos me estaban viendo como si estuviese loca pero era algo que no me importaba, cuando estuve en el mundo moderno me había acostumbrado a ese tipo de cosas y a muchas más.
— ¡Joder! ¡Mi trasero!.— pegue un grito y me apoye en mis brazos al estar sentada en el suelo.
Estuve así por un rato en el cual nadie movió un solo músculo y sólo escuchaban atentamente todas las maldiciones que gritaba a los cuatro viento. Pare de eso en el cual alguien me habló de forma arrogante y demandante como si fuese yo parte de su propiedad. Fue ahí cuando abrí mis ojos y note como la punta de una espada se encontraba muy cerca de mi cuello, con la intensión de corta mi yugular y mandarme al mismísimo Hades.
— ¿Quien eres pequeño estorbo?.— demandó con voz gruesa y fría aquel sujeto mientras seguía apuntando a mi cuello con su espalda.
Un pequeño recuerdo invadió mi mente aquel que había marcado parte de mi historia con una persona... Era igual al momento en que conocí a Kay, mi mejor amigo y que estuvo siempre a mi lado a pesar de que su vida corría peligro.
FlashBack.
El estruendo de los truenos al marca el cielo era lo único que podían escuchar aquellas dos almas mientras se miraban fijamente al rostro, como si estuviesen grabando cada una de las facciones o gesto en lo más profundo de sus mentes. Otro trueno resonó y fue ese momento en que la espada que sostenía la chica se dio a ver a la perfección, era hermosa simplemente hermosa; su hoja era plateada con inscripciones en gales o un idioma occidental, en la parte en donde la empuñadura y la hoja se unían era de un azul oscuro pero hermoso y finalmente la empuñadura. Esta era dorada y en algunas partes también tenia de ese color azul a modo de adorno o para darle un toque más de elegancia y perfección.
— Di vuestro nombre antes de morir.— pregunto la muchacha al chico pelinegro sentado en el suelo.
Pero aún después de aquella orden el pelinegro no hablo y simplemente seguía con su vista fija en la chica. Tal vez sentía un poco de miedo pero eso no era lo que no le permitía hablar, no, era la elegancia y hermosura de la joven; sus ojos verdes parecían brillar bajo la oscuridad de la habitación y sus cabellos negros estaban un poco desordenados.
— Kay...— dijo al fin después de tanto tiempo en silencio.
— ¿Kay?.— repitió la pelinegra con cierta curiosidad.
De alguna parte le sonaba ese nombre hasta que lo recordó y no pudo evitar soltar una fuerte carcajada, aunque algo fría, que resonó en la habitación. La expresión de miedo del chico se transformó en una de completa confusión y fue ahí cuando se dio cuenta de que la muchacha se estaba burlando tan descaradamente de él pero ¿por que? ¿acaso su nombre era una ofensa en otro idioma o era simplemente ridículo?. No lo sabía en todo caso.
— Si, ese es mi nombre.
— Interesante.— sonrió de lado la pelinegra y en un pequeño brillo aquella mística espada desapareció de su mano, dejando a Kay más que sorprendido.
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Una Pendragon Perdida En Hakuouki
FanfictionAlice Pendragon es una chica que ha estado la mayoría de su vida fuera de Ávalon, pero cuando regresa, su tierra es atacada dejando nada de vida en ella. Merlín al ver que la única heredera no puede morir, decide protegerla y la envía a una dimensió...