03.

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Con la luna resplandeciendo en lo más alto del cielo, que se encontraba vagamente estrellado, caminó de madrugada por las solitarias calles de Seúl, pateando una lata vacía de cerveza. Como nunca antes su cuerpo estaba inyectado de droga que a su vez también estaba lleno de alcohol, mas no quiso seguir en aquel bar de mala muerte y decidió caminar a casa aun así tardara cien años en llegar. Sus pisadas eran demasiado inestables y su vista estaba lejos de ayudarle en algo, apoyándose en la pared, tomó una gran bocanada de aire para que le pudiese llegar al cerebro y poder pensar con un poco más de claridad.

Ese día no había sido del todo bueno. Además de toda la confusión por lo que estaba pasando, se le agregaban sus malas calificaciones en la universidad. No estaba poniendo su máximo esfuerzo y le irritaba en sobremanera. Agarró su cabeza, quiso que la acera se quedara quieta de una vez por todas y de pasada, reordenar también sus pensamientos.

Claramente, el tan sólo querer no cambiaba en nada las cosas; Yoongi sabía eso con total certeza. Y por un momento pensó en que todo sería mejor si él fuese algún animal, alguna piedra, flor o estrella, todo menos el mejor amigo de Jeon JungKooK. Sabía que al pensar en Kim SeokJin de esa manera lo que hacía era traicionar a su mejor amigo, al chico que ha estado con él desde los pañales y que no valía la pena perder por alguien completamente ajeno, alguien completamente extraño a ellos.

Alguien que llegó de la nada y que, sin embargo, se convirtió en su todo.

Ganas de llorar y gritar invadieron su cuerpo, quería desgarrar sus cuerdas vocales hasta más no poder, quería agotar sus lágrimas y quería con todas sus fuerzas que Kim SeokJin fuera suyo. Yoongi limpió su rostro y retomó su andar, intranquilo, tambaleante.

- ¿Min Yoongi?

El nombrado escuchó aquella voz y buscó con la mirada para ver de dónde provenía. Por supuesto su buena suerte era inexistente.

- Si que eres Min Yoongi, ¿me recuerdas? ¿estás bien? ¿necesitas ayuda? te ves perdido.

¿Por qué demonios hacía tantas preguntas? que acaso no sabía que su cabeza le punzaba gracias a todo lo que había consumido, para que además se sumara esa particular voz.

- No necesito nada.

Y nada más respondió, porque no era necesario y porque no quería atormentar más su corazón con SeokJin. La ansiedad lo invadió, juntó sus manos para frotarlas entre sí, mordió sus labios y su cuerpo comenzó a temblar; Yoongi era incapaz de controlar lo que de repente empezó a sucederle, su cabeza dolía el doble, sólo quería echarse en el suelo y patalear tal cuál un niño de cinco años. No podía entender como es que SeokJin había influenciado tanto en su vida, en él, que era duro como una piedra y que, no se dejaba llevar por las emociones.

Yoongi siempre creyó ingenuamente que lo que sentía era pasajero. Quiso seguir caminando mas las piernas no le respondían, era como si todo conspirara en contra de él. Le suplicó a su cuerpo, a su mente, a su corazón y al universo que lo dejaran vivir en paz.

- ¿En serio no necesitas ayuda? Si quieres puedo marcarle a JungKook...

- ¡No!

Interrumpió rápidamente con un grito ensordecedor y procurando no mirar a los ojos a Kim SeokJin, continuó su andar.

SeokJin qué, venía de la casa de JungKook rodó los ojos y se acercó a Yoongi colocando una mano alrededor de su cintura y la otra por los hombros. Agarró firmemente y siguió caminando junto a Yoongi, sabía que la casa del menor quedaba unas cuántas cuadras más allá, cerca de la casa de su novio, JungKook.

Yoongi se sobresalto al ver como SeokJin ponía las manos en su cuerpo, tenía unos hombros firmes y unos brazos bien trabajados. Lo miró pero no dijo nada, el calor se le acumulaba en las partes dónde las pieles hacían contacto. No entendía porque el semblante de SeokJin estaba tan tranquilo cuando en su interior había una guerra horrorosa.

Realmente, sabía que SeokJin no sentía ni de lejos lo que Yoongi sentía por él y que esto lo hacía nada más porque era el mejor amigo de su novio. Yoongi sintió náuseas, unas tremendas ganas de vomitar lo allanaron y sin vergüenza alguna, a un lado de la acera, botó sus residuos estomacales. SeokJin sorprendido por la repentina acción lo único que atinó a hacer fue a acariciar la espalda del contrario, haciendo que el acto fuera menos desagradable y menos traumante para Min Yoongi.

Con la manga de la chaqueta de mezclilla que llevaba limpió su boca, no importando nada, recordó los cigarrillos que portaba en su bolsillo y encendió uno.

- ¿Quieres?

SeokJin aceptó y Yoongi al mirarlo fumar no pudo evitar imaginar la escena post relación sexual, en la cama, con las sábanas revueltas, pelo enmarañado y cuerpos sudorosos.

Una ilusión que jamás sería real, pero en su mente era maravillosa.

- No quise que presenciaras ese mal momento, he bebido demasiado...

- Todos alguna vez pasamos por algo parecido, no te preocupes.

- Me apena que el novio de mi mejor amigo estuviese presente.

- Eso suena mucho mejor que estar solo.

No cuando el novio de tu mejor amigo es precisamente el chico que te gusta》- pensó Yoongi, quién al doblar la esquina visualizaba su casa, en completa oscuridad.

- ¿Por qué me has acompañado hasta aquí?

- Porque quise.

- ¿Ah?

Yoongi confundido frenaba en frente de su casa, tras un largo camino había llegado al fin, podía ya visualizar su cama esperando por él.

- La verdad es que te noté desorientado; tenías la mirada completamente pérdida, ajena a este mundo.

- ¿Estuviste bebiendo?

- Tal vez.

Yoongi sabía que ese tal vez era en realidad un sí, pero no se dio cuenta hasta ahora que SeokJin se tambaleaba sobre sí mismo, de una manera casi imperceptible. Sonrió porque el contrario no estaba tan lejos de su propio estado actual.

- ¿Por qué sonríes?

- ¿Acaso hay alguna ley que lo prohíbe?

- Que pesado, Min Yoongi.

Pero aún así, SeokJin sonrió también. Y por supuesto, Yoongi estaba maravillado por la belleza del chico.

- ¿Por qué me miras tanto? ¿Tengo un moco?

Yoongi negó efusiva y repetidas veces, lanzó una carcajada por las estúpidas ocurrencias de SeokJin.

- Gracias por acompañarme hasta aquí, no era necesario, pero aún así gracias.

- No hay de qué.

Se miraron fijamente, cinco segundos y un poco de alcohol bastaron para que de un momento a otro, estuvieran recorriendo el cuerpo ajeno con total deseo y fiereza, en la habitación de Min Yoongi.

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KÉ, SÍ, FEO EL CAPÍTULO, PERO SEGÚN YO ME ENTRARON LAS GANAS DE ESCRIBIR:'v

KÉ SUPER ASKA.
NUNCA ME GUSTAN COMO QUEDAN LOS CAPÍTULOS JHNDMSND.
-soytanmalaparaescribir-.

Error. [YoonJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora