Comencé a verlo secretamente, algunas veces me atrapaba viéndolo, aunque espero que no recuerde eso. Su mirada estaba perdida, era como sí en verdad, nada le importara.
Era tan grande el deseo de saber más de él que, pregunté su nombre, "Kurt, se llama Kurt, no es un chico muy sociable que digamos, pero dicen que es... Buena onda", me dijo Nathan mientras lo veíamos sin disimular, me seguía persiguiendo la duda. Y un día sin más, me habló... "Hola", claro no lo hizo en persona, sino por una cuenta de Facebook. Empezabamos a hablar, sobre varios temas, en especial recuerdo que le dije que había una palabra que me causaba mucha gracia. Fue una charla interesante.
ESTÁS LEYENDO
El chico del salón de enfrente.
Short Story"Era un alma pérdida, en una multitud de almas orientadas".