Solía caminar a la deriva por las avenidas de una acomplejada ciudad, yo y mi completa soledad. Oculto siempre tras mi propia sombra la cual muchas veces tomaba la dirección contraria a mí, irónico, ¿no lo crees?, mi propia proyección me abandona, mi cuerpo se siente tan vacío en este espacio que poco a poco se sumerge más en las profundas aguas de la tragedia haciendo una invitación al sepulcro. Los latidos de mi corazón nunca fueron tan estruendosos como ahora, simulan un sinfín de truenos chocando entre sí en estas cuatro paredes de cartón que ahora me rodean, envolviendo mis pulmones entre un tóxico agridulce que sería... tu alegría.
El horizonte sigue tan lejano y confuso como antes, lleno de cuantiosas interrogantes… tratar de encontrar una simple respuesta es un constante reto, aún más cuando mi visión se ve empañada con los recuerdos de un pasado nada alentador. Una vida brevemente detenida y una infancia en retroceso; mientras pienso, mientras camino, especulo acerca de mi futuro al tiempo que observo mi reflejo en un pequeño espejo colgado al final de una gran pared. Agua. Lágrimas ¿cuál es la diferencia? Tan solo es un constante goteo marchando cuesta abajo a causa de la gravedad, que a su tiempo, enrojece vuestros ojos adornándolos de raíces a punto de despertar un rosal. Al igual que como si lanzaras una roca a un estanque lleno de agua y esta se agitase, lo mismo parece llevarse a cabo dentro de mi mente al ver detalladamente mi rostro desprovisto de emoción alguna en aquella pieza de cristal… otro paso hacia el pasado, otra sacudida a unos cuantos recuerdos incompletos.
¿Quién es ese niño asustado que está frente a ti? ¿Cansado ya de transitar por las indecorosas calles de la decepción? ¿Qué crees que cambió?
—El sonido llega como un leve susurro que salta hacia mi—.
Sabes qué es lo que tienes que hacer para que todo esto termine, para que todo el dolor se desvanezca por completo y pases a formar parte de ese mundo útopico que conoces como "Jadín del Edén", alejado de todo sufrir y aquellos miseros humanos… —decía la voz del espejo—.
Caminar por la apatía y trazar en el mapa una línea rumbo al precipicio de los sueños, sueños que nunca llegaron a cumplirse... ínsita a mi cuerpo dar un salto a la postergación de un acto más allá de la ¿esperanza? ¿la liberación? ¿Cómo saberlo?
Comprar un boleto rumbo al país del nunca jamás. Ahora, heme aquí, de pie frente a un espejo que habla, he aquí a un joven delirante atontado por alguna droga a punto de sesgar su llanto… de tomar una decisión indecorosa para la cual no hay revés. Esperando abordar al vagón correcto esta vez para así terminar con el lamentar de su ser. Mi espíritu parece arder buscando una salida.
“Solo tu muerte nos hará libre y dará descanso a nuestra alma… ¿nuestra alma?”
—anuncia la voz del espejo, procurando tomar mi corazón entre sus frías manos—.
Escribir una nota y comprar una rosa como forma de simbolizar una agraciada despedida para quienes consideré importantes en mi vida mortal. Algunos lloraran como siempre ha de esperarse de aquellos desconsolados con sentimientos de culpa por no haber podido evitar: “una tragedia”. Otros, continuarán caminando de espaldas por las calles con sus complejos de grandiosidad a la vez que se despiden de otra pieza de ajedrez, pero… al igual que antes, empiezan a invadirme un centenar de recuerdos, algunos con el fin de guiar mi esencia hacia la fosa del nunca retorno mientras que, otros solo llegan buscando poder levantar mi cuerpo del fango y evitar que este sea arrastrado a la completa oscuridad… sí, una simple visión de lo que será mi ¿funeral? Quizás solo sea una fiesta que pocos quieran celebrar. Ya no queda absolutamente nada que me permita dibujar una sonrisa en sus rostros, nada que me permita retratar tan monocromaticas escenas llenas de vida.
Esperar el momento hasta tomar mi elección y dar cinco pasos precisos y entonces... solo entonces, escuchar un recital guiando mis pasos como si de un juego de niños se tratase:
Uno… el dolor terminará, no te preocupes; dos… verás como la muerte te recibe con los brazos abiertos dando un banquete de bienvenida al jardín del Edén; tres… ya no habrá marcha atrás, vivirás un eterno descanso libre de los prejuicios del hombre atestado de manzanas tan rojas como la misma sangre; cuatro… ¿qué esperas? da un paso más, observa como los ángeles tocan las trompetas anunciando que otro joven se dirige a la miseria; cinc…
Y justo cuando estaba por dar un último paso hacia el olvido, algo me detuvo y tiró de mí hacia atrás mientras enunciaba:
“Aguarda… no tienes porqué temerle a la vida. El pasado te acecha pero no es razón suficiente para porstrarte a sus pies. Elegir quemar tu cuerpo en la hoguera solo causará que tu alma se consuma en una pira perpetuamente, sintiendo dolor, sin encontrar nada que alivie las fuertes quemaduras aún en la muerte de “tus errores”. Un sempiterno sufrimiento por haber elegido abordar el tren equivocado es lo que te espera si das un paso más hacia delante ¿Por qué terminar de esta forma? Has de preguntarte. Aunque la corriente sea fuerte nunca debes dejar de nadar. Aquél jardín arde en llamas ¿qué no lo ves? aguardando su próxima víctima destinada a la desgracia. Observa la rosa y la nota que nunca escribisteis, busca en ella el color, que en tu mundo, siempre te pareció triste; y el sentimiento puro que te ha de devolver tu visión, aquella que se vió opacada por ¿la decepción? La existencia humana siempre estará llena de amarguras, depresión... pero, también encontrarás un espacio que te ayudará a sentir algo de regocijo en tu corazón… mientras unos te dan la espaldas otros deciden estrechar tu mano evitando que llegues a tropezar con el dolor. Ssigue al ángel correcto, deja de escuchar el murmullo de una malgastada alucinación, un demonio indiscreto jugando a las marionetas en un mundo de frustración. Por cada decepción brillarán nuevos sentimientos, por cada llanto una nueva flor… recuerda, “el fin es solo comienzo" y tú decides qué clase de final elegir y qué nuevo comienzo emprender… seca tu llanto, que ahora, todo será tal cual te sientas dispuesto a SER. Un lápiz y una hoja de papel, dibuja sonrisas, deja de correr. Aunque el camino sea difícil, recuerda, que el abismo está lleno de mucho más dolor del que crees con tu muerte, va a desaparecer…”
Unas simples palabras de aliento en el momento más ¿oportuno? ¿Cómo saberlo si nadie estaba junto a mí al tiempo que volteé mi rostro a observar de dónde venía dicho murmullo? Lo cierto es, que siempre habrá alguien dispuesto a sujetarte cuando estés a punto de caer... ahora lo esé. Un paso adelante, algunos pasos hacia atrás, no se debe dejar de caminar para así no terminar… no terminar siendo: Un joven suicida.
«Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos"». [Friedrich Nietzsche]
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Joven Suicida...
Acak"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante..." [Oscar Wilde]