Capítulo 1.

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Abrí la tapa de mi cuaderno y escribí en la primera línea, dejando algo de margen: 14 de abril.

Sin darle importancia a quién me estuviese observando, rodeé el catorce, y añadí un pequeño asterisco.

-¿Te pasa algo, _____?- una voz hizo que pegase un saltito sobre mi asiento. Sin parecer nerviosa- aunque lo estaba- cerré de golpe la tapa, y miré hacia donde provenía la voz.

-Ah- suspiré aliviada- eres tú, me has dado un susto- dije mientras retiraba mi estuche de la mesa de al lado.

-No me has respondido _____- mi amiga tomó asiento- llevas toda la mañana con el ceño fruncido, como si estuvieses enfadada-.

-Callia, no me pasa nada, ¿ves?- sonreí forzadamente-

-Sí tú lo dices...- quitó la mirada, y abrió su cuaderno, dada por finalizada la conversación.

En realidad, había mentido. Sí me pasaba algo. Hacía dos años que me había mudado de Irlanda, y ahora tenía una vida nueva aquí. Hace dos años, un día como hoy, salía de clases de danza contemporánea, sin saber que en el camino de regreso a casa, algo cambiaría mi vida...o más bien; alguien.

-Flashback-

-Eso no te incumbe- respondí secamente, haciéndome la dura.

-Ah bueno...-levantó la mirada, y luego volvió a clavar sus ojos azules en mí- encima eres peleona, ¿no?

-Más bien- aclaré la garganta- intento mantenerme alejada de los gilipollas como tú-

-Y también intentas parecer borde- siguió hablando ignorando mi grosería- pero sé que tan sólo eres una niña- soltó una risa amarga.

-No soy tan niña- comenté, y me puse en marcha, sin ni siquiera pararme a pensar si me seguía o no.

-Si tienes doce años- dijo detrás de mi, lo sabía, me estaba siguiendo.

-¿Doce años?- exclamé algo indignada girando sobre mí misma para mantener el contacto visual- tengo catorce.

-Sigues siendo una niña- soltó riendo. ¿Este tío era tonto?, ¿o no sabía hacer otra cosa que no fuera reírse?

-¿Y tú?, ¿tú cuántos tienes?, ¿quince?-

-Exacto- volvió a sonreír, satisfecho.

-Oh bueno, habló el primer Homo Sapiens en pisar la tierra- exageré con las manos, haciendo un gesto torpe, más que burlón.

-Y veo que también eres lista...-susurró, mientras una sonrisa pícara se dibujaba en su rostro.

Yo me quedé ahí plantada, esperando alguna señal celestial que me advirtiese de algo. El mantenía la mirada fija encima de mí, creo que ni si quiera pestañeaba.

-¿Y bien?- me aventuré a preguntar- ¿has terminado?, ¿puedo irme?

-No, no he terminado- respondió. Se aproximó hasta mí, serio. Sin mostrar emoción alguna en su rostro, tomó un mechón de pelo oscuro que caía por mi mejilla izquierda, y lo colocó detrás de mi oreja. Luego, depositó un suave beso en ella.

-Fin flashback-

-¡_____!- exclamó la voz de Callia, mi mejor amiga.

-¿Qu-qué?- conseguí pronunciar. Ella señaló la clase. -Ah, sí, vámonos-

Recogí mis cosas en menos de un segundo, no quería pasar más tiempo allí dentro. Lo metí todo a diestro y siniestro en mi mochila blanca llena de firmas y garabatos, y luego me la puse al hombro. Me levanté de mi asiento, y comencé a caminar hasta la puerta del aula, bajo la atenta mirada de Callia.

-¿Vamos?- espeté, intentando aparentar desesperación. Callia asintió y se acercó a mi.

-Sigo pensando que te pasa algo- me dijo, una vez que las dos ya caminábamos por los pasillos del instituto hacia la salida. No hice caso a su comentario, y me limité a observar las taquillas de todos los alumnos, como si estuviese demasiado ocupada buscando algo como para hacerle caso.

-¿Te vienen a buscar?- le pregunté, ya fuera.

-No, me voy en bus- respondió seca. Y se fue en dirección contraria.

No me extrañaba que fuese borde conmigo; ella sólo se preocupaba por mí. 'Ya le pediré disculpas' me dije a mí misma, para calmar todas las vocecillas interiores.

-¡Cariño!, ¿subes ya?- oí a lo lejos.

Me di la vuelta. Mi padre se encontraba con su Nissan negro, aparcado en doble fila.

Todo me recordaba a lo sucedido hacía dos años. Todo me recordaba a él.

-Flashback-

Un escalofrío recorrió mi espalda, haciendo que ladease la cabeza hacia la derecha. 'Mierda', pensé nada más ver a mi padre en la acera de en frente, mirándo detenidamente la escena.

Miré en dirección contraria, donde hacía escasos segundos Niall se encontraba. Pero no estaba. Se había marchado.

Noté como la enorme mano de mi padre me agarraba el brazo, y tiraba de este, arrastrandome. Yo seguía en estado de shock. ¿Qué había pasado?, no podía asumirlo aún. Había podido matener una conversación con Niall. Niall Horan. Uno de los chicos más temidos de Mullingar.

Mi padre seguía tirando de mi brazo, no lo soltaba. Caminaba apresuradamente.

Llegamos a una de las avenidas más concurridas de por allí, y pude divisar su coche aparcado a diez metros de nosotros. Sacó las llaves, y apretó un botón para que el coche se abriese.

Al fin, me soltó, y me indicó que subiese al coche. Cerré la puerta dando un portazo, y me puse el cinturón de seguridad nada más dejar mi mochila en la alfombrilla.

-_____- dijo mi padre, rompiendo el silencio que hasta ahora nos había acompañado. No le contesté.

-_____, mírame- me ordenó subiendo el tono de voz- ¿qué hacías con ese chico?

-¿Y qué más te da?- exclamé algo irritada- no lo voy a ver más, ¿vale?, mañana cogemos un avión hacia España, y dejaremos aquí todo nuestro pasado. Abandonaremos a mamá en el hospital. Nos iremos. Y no volveremos. Me has fastidiado lo mínimamente feliz que era, así que no vengas preguntando que qué hago al salir de danza-.

Lo que acababa de decirle a mi padre, era verdaremante cierto. Al día siguiente; nos iríamos a vivir a España, dejando atrás Irlanda y todo lo que vivimos aquí. Dejaríamos a mi madre ingresada en el hospital, y nos olviadríamos de ella. Aquello era una pesadilla. Una horrible pesadilla.

-Sólo lo siento, _____- respondió él secamente, encendiendo el motor del coche- lo siento por hacerte cambiar de vida radicalmente.

-Fin flashback-

-Sí, ya voy- respondí, lo suficientemente alto como para que me escuchase. Caminé a paso lento hasta llegar al coche, y me subí en él.

-¿Qué tal las clases, cariño?- preguntó.

-Bien, supongo- respondí en un suspiro.

-Me alegro- y me sonrió levemente.

-¿Sabes?- comencé a decir- ayer se hizo un año y nueve meses desde que mamá murió.

Mi padre carraspeó, parecía que el tema le incomodaba.

-Nunca me dijiste por qué murió- seguí hablando.

-No pienso hacerlo, _____- se dignó a responder- aún eres una niña.

-No soy tan niña- respondí- tengo 16.

''-Y también intentas parecer borde- siguió hablando ignorando mi grosería- pero sé que tan sólo eres una niña- soltó una risa amarga.

-No soy tan niña- comenté".

Después de tanto tiempo; y recuerdos como ese, seguían grabados en mi mente. Eran recuerdos imborrables.

<<My heart's a stereo It beats for you, so listen close. Hear my thoughts in every note>>.

-Dylan xx-

Never should've let you go. (Niall y tú). (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora