Capítulo 4.

59 5 3
                                    

-Hola...-dije antes de fijarme en quién había llamado.

-¿_____?-

Solté un grito ahogado al ver quién había dicho mi nombre; seguidamente, cerré dando un portazo.

Apoyé mi espalda contra el cristal translúcido que decoraba la puerta, y me dejé caer poco a poco sobre mí misma hasta tocar la moqueta.

Él. Estaba aquí. Después de tanto tiempo sin hablar, sin vernos, había vuelto.

En ese momento, Callia apareció tambaleándose por las escaleras. Seguía con la ropa de la noche anterior. Una de sus manos palpaba su frente, seguramente, porque debía tener un dolor de cabeza horrible.

-¿Por qué tanto ruido?- preguntó aproximándose a hacia mí- ¿quién era?

-Eh...- intenté articular palabra- tienes vi-visita.

-¿¡Visita!?-pegó un grito- oh Dios, seguro que es Louis, y yo con estas pintas.

-Callia, mmm, no...esto...-

-¡____!- me interrumpió- voy a subir a ducharme, tú hazle pasar, y ofrécele algo de beber.

Dicho esto, regresó por donde minutos antes había venido, no sin antes pararse a coger una caja de ibuprofeno.

Me levanté como pude, sacando fuerzas de donde no había, ya que mis piernas flaqueaban como nunca antes había notado.

Tomé aire, para luego abrir la puerta rápidamente.

''Oh mierda'', pensé. No me había percatado de que seguía con la camiseta ancha que había cogido del armario. Esta apenas me tapaba hasta mitad del muslo, dejando ver mis piernas perfectamente depiladas.

-Ho-hola...-susurré pasando mi mano por mi cuello.

Niall se encontraba de pie, justo en frente de mí. Llevaba una camiseta lisa de color rojo, encima tenía una chaqueta fina gris. Unas zapatillas blancas, de la marca nike y unos vaqueros azules oscuros.

Tenía el pelo rubio hacia arriba, formando un pequeño tupé. Por no hablar, de la expresión que adornaba su rostro: de confusión total.

-____...- respondió él, desviando su mirada, para mirarme de arriba abajo.

-¿Qué haces aquí?- pregunté, intentando aparentar autoridad.

-Te podría preguntar lo mismo- dijo, sonriendo, dejando ver sus blancos dientes. Parecía ser que se había puesto brackets. La sonrisa divertida de antes ya no estaba.

-Bueno, he preguntado yo primero-

-Sólo he venido a visitar a mi prima- se encogió de hombros.

-¿Callia?, ¿Callia es tu prima?- le prenguté, abriendo los ojos.

-Sí, esa misma- volvió a sonreír.

Me fijé de nuevo en el chico. Los años habían mejorado su silueta.

O quizá era, que antes no prestaba tanta atención a los chicos.

En cualquier caso...no lo sabía.

-¿Me invitas a pasar?, ¿o vas a seguir observándome?- de nuevo, me sacó de mis pensamientos. Su expresión ya había cambiado. Ahora su rostro presentaba una sonrisa de oreja a oreja. Pero una sonrisa arrogante, para nada sincera.

-Pasa- musité, y abrí la puerta del todo. Él entró como si nada. Me dedicó una última mirada se superioridad, y empezó a caminar animadamente hasta llegar al salón, que extrañamente, sabía dónde estaba.

¿Callia prima de Niall?, no podía ser. Tenía que haber alguna confusión.

Ella nunca me había comentado nada sobre sus primos. Ni siquiera sabía con certeza si tenía alguno. Además, tampoco se parecían, en absoluto.

Cerré la puerta, y caminé -al igual que Niall- hasta el enorme salón de la casa.

Niall ya estaba cómodamente sentado en uno de los sillones, sin apartar la mirada de encima de mí. Me ponía realmente nerviosa.

-Me voy a cambiar de ropa- le comenté.

-No, no te preocupes, así estás bien- su tono era pícaro, como si estuviese coqueteando conmigo.

-Ya, cómo digas- le sonreí falsamente, y me di media vuelta, para volver a la habitación de Callia.

Ella ya había salido de la ducha, y tenía una toalla blanca cubriendo su cuerpo.

-¿Me dejas alguna camiseta y algún pantalón corto?- le espeté nada más entrar.

-Ehhm, claro, abre allí y elige lo que quieras- me indicó mi amiga.

Yo asentí, y me dirigí hasta donde ella me había dicho. Opté por ponerme una camiseta de Jack Daniels negra, y unos pantalones vaqueros cortos.

Deshice el moño que tenía hecho, y dejé mi pelo suelto. Un poco de rímel y brillo de labios.

-¿Louis sigue abajo?- me preguntó Callia antes de que yo pudiese cerrar la puerta para bajar de nuevo.

-Ummm, sí, claro que sí...- solté una pequeña risita. Callia hizo una mueca, ya que no sabía a qué había venido mi risa.

Bajé de nuevo al salón. Niall seguía en la misma posición en la que lo había dejado.

Me dejé caer en el sillón de al lado, sin decir nada, sin ni siquiera mirarle.

-Me tienes que contar muchas cosas...- comentó, rompiendo el frio silencio.

-O quizá me las tienes que contar tú a mí...- quería seguirle el juego.

-Bueno- se incorporó- yo no he hecho mucho. Dejé el instituto y ahora estoy aquí. ¿Qué hay de ti?

-Supongo que más de lo mismo- respondí, evitando el contacto visual.

-¿De qué conoces a Callia?-

-Es mi mejor amiga-

-Ah bueno- soltó una carcajada- entonces, tú también vas a un instituto para niñas mimadas, ¿no?

-Prefiero llamarlo instituto privado...-contesté indignada- pero sí.

Este de nuevo volvió a reír. Lo odio. Lo sigo odiando después de todo el tiempo que ha pasado.

-¡Louis, amor!- exclamó la voz de Callia, estaba entrando en el salón.

-Prefiero que me llamen Niall, pero Louis está bien- respondió Niall. A su vez, se giró hacia mí, y nuestras miradas coincidieron por primera vez. Acto seguido, me giñó un ojo. Estaba claro; quería provocarme.

<<At least I held it for a little while, long enough to know what falling means, to lose yourself and give everything>>

-Dylan xx-

Never should've let you go. (Niall y tú). (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora