Capítulo 3.

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Los mismos ojos azules que años atrás me cautivaron.

Parpadeé varias veces seguidas, intentando convencerme de que no era él.

Pero estaba equivocada de nuevo. Aquellos ojos azules eran difíciles de olvidar. Tan difíciles como tu canción favorita, esa que ronda horas y horas tu mente, y no te deja estudiar.

Lo seguí con la mirada. Caminaba sonriente. 'Qué raro' pensé. Era Niall Horan. Niall nunca sonreía, nunca lo hacía. Había cambiado mucho, estaba más alto -si es que eso era posible- y mucho más musculoso, su camisa blanca de botones lo delataba. Pero aún así, era reconocible.

El chico de pelo rizado, caminaba a su lado. Supongo que ese debía ser Harry. Harry Styles. Su fiel mejor amigo.

¿Pero qué hacían ellos aquí?

Solté un suspiro de nuevo.

-Flashback-

Me encontraba bajando del taxi que nos había dejado en la terminal de aeropuerto. Mi padre se había adelantado, ya estaba sacando los pasajes de avión.

-¿Te ayudo?- preguntó una voz detrás de mí. Me sonaba.

Me giré lentamente. Estaba sin palabras.

-¿Te ayudo, sí o no?- insistió cruzándose de brazos. Era Harry Styles. Oh por Dios, ayer Niall y hoy él.

-Eh, que te está haciendo una pregunta- intervino una segunda voz. Oh genial, Niall.

-Yo...-balbuceé- esto...hm...

Harry tenía una media sonrisa, en cambio, Niall estaba serio.

-Agh, vámonos Harry- dijo el rubito haciendo una mueca. Su amigo se encogió de hombros.

-¿Cuánto tiempo vas a estar fuera?- preguntó Harry entre dientes. Niall permanecía a su lado, inmóvil.

-Con un poco de mala suerte, hasta que tenga 18, al menos- solté. Se podía notar de lejos que estaba triste, enfadada.

-Ah bueno- Niall comentó- que lo pases bien, adiós. Y emprendió su marcha hacia la parada de autobuses.

-Que tengas un buen vuelo, _____- se despidió Harry. Y siguió a Niall.

Espera, ¿se sabía mi nombre?, ¿desde cuándo?, además, nada de esto cuadraba. El día anterior, Niall me había dado un beso en la mejilla, y había sido mediamamente simpático conmigo, ¿por qué ahora se comportaba como un idiota?

¿Y Harry?, con Harry ni si quiera he hablado nunca.

-Fin flashback-

Absorta en mis pensamientos sacudí mi cabeza. Era imposible.

Las dudas me devoraban poco a poco.

Avisté a Callia; estaba dando tumbos alrededor de la mesa de picoteo. Seguramente ya había bedido más de lo previsto. El chico al que había visto antes con ella, ya no se encontraba dentro de mi campo de visión, ya que no pude localizarlo de ninguna forma.

Me acerqué vacilante hasta donde estaba mi mejor amiga.

-Eh, Callia...será mejor que nos vayamos ya...- dije intentando no parecer incómoda, aquellos lugares me hacían estarlo.

Ella giró rápidamente, y clavó su mirada en mí.

-¡Hey!, ¡_____!- exclamó levantando ambos brazos en señal de saludo- ¿cómo que te vas ya?, si esto acaba de empezar, mujer.

Obviamente, tenía razón, estaba borracha.

-Ya, ya vendrás otro día, ¿sí?- respondí mientras la tomaba del brazo- cambio de planes, hoy me quedo a dormir en tu casa.

Ellá asintió con la cabeza, y dejó su vaso de...vete a saber qué había en él, encima de la barra.

Mi padre me miró nada más dejar un billete de diez euros sobre la encimera.

-Oh vamos, _____- gritó, debido al gran estruendo del local.

-Paga ella- sonreí, señalándo a Callia.

-¿Ya te vas?- preguntó mientras colgaba un paño de algodón sobre su hombro.

-Es que esta de aquí, necesita alejarse del alcohol-

-Ah bueno, pues andad con mucho cuidado- me advirtió justo cuando ya comenzaba a dirigirme hacia la salida.

-Sí papá, hasta mañana- y emprendí el camino de ida a casa de Callia.

Al llegar, no había nadie en su casa. Tampoco me extrañaba, sus padres estaban divorciados, y ella vivía sola en un piso.

Llevé como pude a mi amiga hasta su cuarto, y la dejé tirada -sí, tirada, ni le quité el móvil de encima- sobre su cama.

Yo, en cambio, abrí su armario, y cogí una camisa ancha que guardaba de su hermano mayor. Este se había marchado a la Universidad de Oxford.

Pasé al cuarto de baño, y me relajé tomando una ducha de agua caliente.

Al salir, me cambié con la camiseta que anteriormente había cogido.

Bajé hasta la cocina, para ponerme un vaso de agua, y subirlo a la habitación.

Me hicé un hueco al lado de Callia, con cuidado de no despertarla, ya que se había quedado profundamente dormida a mitad de camino.

Solté un último suspiro, dandole vueltas a todo lo que había pasado aquel día, y entre dudas, me quedé dormida.

[...]

Unos toques insistentes en la puerta de entrada me despertaron. Recogí mi pelo como pude en un moño desenfadado, y bajé las escaleras.

Antes de abrir la puerta, me miré unos segundos en el espejo que tenía el recibidor: para haber bebido anoche, mi cara no estaba tan mal.

¿Quién sería tocando la puerta a aquellas horas?, bueno, tampoco me había detenido a mirar la hora.

Abrí lentamente, dejando detrás de la puerta la mayoría del cuepo. Mis pintas mañaneras no gustaban a todo el mundo.

-Hola...-dije antes de fijarme en quién había llamado.

-¿_____?-

Cause there'll be no sunlight If I lose you, baby.

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¡Hola!, bueno, sé que este capítulo es algo cortito comparado con los anteriores, pero no he podido hacer más.

Si alguien me lee, y tiene esta historia añadida, le quiero pedir algún comentario haciéndome saber de su existencia, porque me desanima ver que hay más de 15 leídas (una kk, lo sé) y ni un sólo comentario.

Con un: 'yo te leo', o un: me gusta tu historia, o un: odio como escribes, me basta.

Gracias.

Dylan.

Never should've let you go. (Niall y tú). (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora