Amber
- Hey Nath - Dije mientras me acercaba a la cama que yacía en el centro de la habitación - Lamento no haber venido ayer, pero bueno tenía unas cuantas cosas que planificar ¿Sabes?
Al igual que en todas mis visitas, abrí la ventana de su habitación, para después sentarme a su lado mientras le hablaba como si en algún momento me fuera a responder, supongo que ya era un habito, pues desde hace un poco más de cuatro años que hago lo mismo, y creo que no soy la única en hacerlo, pues hubieron unas cuantas ocasiones en que entraba sin tocar la puerta y me encontraba con Castiel, hablándole de una manera tan dulce, que cualquiera podría notar el amor que había en cada palabra, un amor y cariño que después de tanto tiempo aún permanecía allí. Hubo también un par de veces en donde me encontré con Lysandro y Armin, quienes al igual que yo, le comentaban las cosas que vivían, cosas que mi hermano se había perdido mientras permanecía dormido.
- Mañana vendremos todos a visitarte Nath, es tu cumpleaños, espero que no lo hayas olvidado, pues incluso Sucrette vendrá, quiere disculparse por no haber venido en tanto tiempo, oh pero querido no les digas que te dije, se supone que es una sorpresa ¿Ok? - Por un momento, me quede mirando aquellos cabellos rubios que se ondeaban con la fresca brisa que entraba por la ventana - Tu cabello ha crecido mucho... Ha crecido... De-demasiado.
Permanecí en silencio un par de minutos, silencio que se vio interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose.
- Amber, no creí encontrarte aquí a estas horas- Dijo el peliazul mientras se acercaba junto con un chico de cabellos rubios.
- Alex, lo mismo digo, hace días que no te veo - Pase la mirada al chico que le acompañaba - Dake, me alegra verte - Sonreí a lo que el chico respondió con una sincera sonrisa.
Dake era lo mejor que le pudo pasar a Alex, y Alex fue lo mejor que le pudo haber pasado a Dake, ambos se tenían un gran cariño, se amaban, y eso se notaba a leguas, aunque en un inicio, no era así, pues Dake había tratado de ligarse a Sucrette, claramente esto no funciono, tras tantos rechazos por parte de ella, Dake había quedado destrozado, hasta que conoció a Alex. Todo el mundo sabía lo mujeriego que llegaba a ser el Australiano, pero Alex lo cambio totalmente, pues el rubio no tiene ojos para nadie más que para él. Estoy feliz por el peliazul, y pues... También estoy agradecida, MUY agradecida, ya que cada vez que le veo, me deleita la vista, pues este chico era simplemente encantador... Está demasiado bueno... Sus ojos color esmeralda, su tez bronceada, su gran altura, ese largo cabello rubio que mantenía atado, era... Muy sexy.
- Dios Amber deja de babear, ya te dije que es mío - Dio una media sonrisa mientras se aferraba al brazo del rubio.
- Deberíamos preguntarle a quien prefiere, ¿no, Dakota? - Sabía de antemano la respuesta, pero amaba aprovechar la oportunidad de molestarle.
- No puedo creer que siempre que se ven tengan la misma discusión
Reímos como focas retrasadas unos cuantos segundos.
- Y bueno... ¿Vendrán mañana? - Dije tratando de detener las carcajadas que aún intentaban salir.
- Por supuesto, no nos perderíamos el cumpleaños de Nath - Soltó el pelizul, mostrando una nostálgica sonrisa, mientras dirigía su mirada a la cama.
- Vine a sus dos últimos cumpleaños, no faltare a este.
Aunque Dake no conoció muy bien a Nath antes de que... Todo eso pasara, muchas veces ha dicho que sentía como si en serio le conociera, pues entre todos le hemos hablado mucho de él, tanto que pareciera que le conoce más que nosotros mismos.
- Entonces los veré mañana chicos.
Segundos después, me despedí con un leve movimiento de mano, y salí de la habitación.
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Mi amado enemigo
FanfictionNathaniel es un adolescente que va a Sweet Amoris, su vida es muy distinta a la de cualquier otro chico de su edad, pero esto es su mayor secreto, que ni siquiera la persona a la que mas ama sabe. ¿Existirá alguna forma de que Nathaniel decida confi...