Día 13.

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Día 13.

-¡Corre, ven! ¡Que ya se hace! -chilló Lorena emocionada mientras me cogía del brazo y me situaba enfrente de su cámara. Sonreí abiertamente- ¡Ya está!

Me enseñó la foto, y después elevó el brazo. Enfocándonos a los dos. Aproveché para dejar un beso en su mejilla, y se escuchó el ''clic'' del flash. Después se giró hacia mí, atrapando mis labios. La besé, y escuché otra vez el ''clic'' de la cámara. Mis manos subieron hacia su cuello, y la acerqué más a mí, profundizando el beso aún más.

Bajó lentamente el brazo donde tenía la cámara, y me correspondió al beso con ansias. Y no tardé mucho en acercarla a la cama y tumbarla.

-Espera, espera fiera... -rió, estirándose y dejando la cámara encima de la mesita de noche-

Le cogí la cara con una de mis manos, volviendo a juntarla a mi cuando vi que dejó la cámara. Se acomodó en la almohada de tenía detrás suyo, y pasó una mano por todo mi pelo, estirando de éste. Y haciendo que gimiera levemente en su boca.

Bajé mis labios hacia su cuello cuando noté que le costaba respirar. Me demoré bastante en esa zona, ganándome más de un suspiro de Lorena. Lo mordí levemente, y gimió, elevando sus caderas.

Fui bajando mis labios más, hasta que llegué al escote de su camiseta. Llevaba una camiseta con bastante escote y muy corta. Dejé varios besos por la zona y llegué a su ombligo. Elevé la vista para mirarla. Me miraba pícara, y se mordía el labio.

Volvía a subir hasta sus labios hasta que ella metió una mano debajo de mi camiseta. Respirábamos agitadamente los dos. Me aparté de ella, quitándome la camiseta rápidamente. Se volvió a morder el labio y pasó sus manos por toda la zona alrededor de mi ombligo. Después clavó sus uñas en la parte baja de mi espalda. Gruñí mientras mordía su labio.

Segundos después su camiseta estaba fuera, y podía apreciar perfectamente sus pechos. Eran bastante grandes. Los besé por encima de la tela el sujetador.

Vi como daba media vuelta, dejándome debajo y sentándose encima de mí a horcajadas. Su mano recorrió todo mi abdomen. No hacía demasiado ejercicio para tener músculos, pero no me quejaba de mi físico. Estaba a gusto conmigo mismo.

Besó todo la zona hasta llegar a mi cinturón. Gruñí cuando comenzó a desabrocharlo. Y me miró, sonriendo. Abrió el botón de los pantalones, y los bajó, dejándolos en mis tobillos. Me deshice de ellos cuando volví a girarme y a ponerme encima suyo.

Desaparecieron por alguna parte de la habitación.

Bajé esta vez mis manos a los suyos, y abrí el botón. No me costó quitarlos, ya que eran bastante cortos.

-Como se nota que ya no estás malo, cariño -río, haciendo que su tripa subiera y bajara. Le sonreí, subiendo a sus labios y besándolos-

Si, ella aún pensaba que me había puesto malo el otro día y desconocía el hecho de que fui a visitar a Sam.

No había vuelto a ver a Sam.

Vi cómo se levantaba del colchón, y se ponía de rodillas. De espaldas a mí. Dirigió sus manos al broche de su sujetador, pero le quité las manos de ahí. Besé todo su cuello y espalda por la parte trasera de su cuerpo y mordí levemente el cierre, haciendo que gruñera esta vez ella. Lo desaté cuando ya no aguanté más.

Los encantos de Sam (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora