Mis manos temblaban y notaba como mis lagrimas recorrían mi rostro.
Entonces Zeus me cogió por la barbilla y me dijo.
-Has aceptado tu crimen ¿Verdad? Habla traídora.-
-Sí, si lo acepto.-
-Chica, lista.-
-Bien, tu castigo también recaerá sobre tu familia, sobre Hades, Luke y Sedah.-
-¡No por favor! ¡Mátame, mátame si quieres pero no les hagas daño! ¡mátame!-
Entonces su mano se colocó sobre mi cuello quemándomelo con un rayo.Yo caí al suelo por completo
-¡Mátame ya, no soporto esto!-
No hubo ningún daño físico mas. El ángel se retiro y Zeus se sentó en su trono de nuevo.
-Bien, Isabel hija de Hades, te prohíbo usar tus poderes, ver a tu hija Sedah nunca más, te prohíbo volver al inframundo, ver a Luke y a tu padre y te prohíbo ser una diosa, volverás a ser una semidiosa de nuevo y estarás el resto de tus días en el calabozo, este veredicto será efectuado, a no ser que aceptes un trato con uno de los dioses mas importantes, o conmigo o con Poseidón.-
Esta vez no hablé, me quede en shock tras saber lo que me esperaba.
De repente apareció una jaula a mi alrededor, y mis esposas se cayeron
-Esta sesión queda cerrada, en esta semana se te pospondrán los tratos, si no los aceptas antes de el Lunes que viene, se te implantarán todos los castigos, eso sí tres de los castigos anteriores, tendrán que ser verdad, con o sin trato.- Dijo Zeus marchándose junto con todos los dioses, en la sala solo quede yo, Hermes y Poseidón, podía escucharlos hablar entre sí, aún seguía mirando al suelo temiendo por los latigazos.
Poseidón fue el primero que se acerco a mi jaula y me dijo:
-Mírame pequeña, ya no hay más latigazos- cuando mire a mi alrededor, y a mis manos ahora rojas por la sangre, me puse a llorar.
-¡Isa no llores te haces daño a ti misma!- Dijo Hermes
-Pero… ya no tiene su poder, ya no le quema el agua.-
-Sigue teniendo la sangre de Hades, Poseidón.-
Poseidón asintió con la cabeza y me dijo:
-Sé que voy a quemarte, pero dame tus manos y te curaré así dejarás de sangrar.-
-La otra opción que tenemos, es ponerte alcohol, y te quemará igual por que contiene un tanto de agua.- Dijo Hermes
Pasé mis manos entre las rejas, y Poseidón con mucha rapidez me curo las heridas.
-¿Te he hecho daño?- Negué con la cabeza, pero en realidad sí que me había dolido un poco, pero no más de lo que dolían los latigazos.
-Supongo que no duele tanto como un buen latigazo.- dijo Hermes
Yo miré a Hermes y le dije:
-No sabeis lo que esto, quiero morirme.-
-¡Isabel basta! se que es duro pero, es lo que ordena Zeus que se haga con cualquiera que haya matado a un dios.-
-¡La maté porque sino mataría a mi padre a uno de los dioses más importantes!-
-Lo sabemos pequeña, pero digamos que Perséfone era más que una amiga para Zeus.-
-¿Qué quieres decir?-
-Zeus amaba a Perséfone, y tu padre se interpuso en medio.- Dijo Poseidón.
Miré a Hermes y le dijé:
-Es una trampa, todo era una trampa… Persefone se fue con mi padre para matarlo, para que Zeus tuviera mas poder, si le hubiera salido todo bien a Perseone y Zeus…-
Poseidón quedo asombrado, se agacho y me dijo:
-Tienes razón, todo encaja.- Dijo mirando a Hermes.
-¡Maldito sea Zeus!.-Dijo Hermes.