2.- Maldito Padre de todo, Maldito Zeus.

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Yo me giré y vi que Sedah bajo de los brazos de mi padre y vino corriendo hacia mí, yo la abrace con todas mis fuerzas, tenía un mal presentimiento así que le susurré al oído:

-Eíste mikrós thi̱sav̱rós mou , eínai ischyrí̱ san ki eména .- En griego significa que ella es mi pequeño Tesoro, y que sea fuerte como yo. Sedah lo entendió a la perfección, ya que Luke y yo solo le hablábamos en griego, para que no se perdieran las costumbres olímpicas.

-Tha eínai ischyróteri̱ apó ó, ti ótan epistrépsete- Ella me contestó, diciéndome que  será más fuerte que yo cuando vuelva. No pude evitar sonreír y volverla a abrazar con fuerza.

Tenía un nudo en la garganta, pero no quería llorar delante de mi pequeña.

Después mi padre se acerco a mi y el, sabiendo que había hablado con Sedah en griego porque solo los dioses sabían esa vieja lengua me dijo:

-Tha sas skotó̱so̱ poios eísai makriá me ta chéria mou-  Mataré a quien te ha delatado

-Xéro̱ óti tha- se que lo harás., dije yo y proseguí diciendole: - Mi̱n tromáxei Louká , akóma den kratouménou pes mou , na tou po̱ ótan érthei áv̱rio kai na tou po̱ óti ton agapó̱ akrivá , kai an den to káno̱ , pes tou na mi̱n kánei to gennaío pi̱gaínontas na ton Día .- No asustes a Luke, aún no le digas que me han arestado, diselo cuando regrese mañana, y dile que le quiero con locura, y si no vuelvo, dile que no se haga el valiente iendo a por Zeus.

-Gi 'af̱tó tha frontísei .- Así lo hare, cuídate pequeña

-¡Se acabó el tiempo!- Los dos soldados se acercaron a mí y me pusieron unas esposas de hielo, quemándome la piel. Sedah aún me miraba así que en vez de quejarme por el dolor, sonreí hacia ella. Y me dispuse a marchar

Los guardias, abrieron un portal al Olimpo en la pared y juntos lo cruzamos.

Aparecí yo sola, en la sala central del Olimpo, caí de rodillas al suelo, Zeus, no estaba sentado en su trono, pero podía escuchar su voz detrás de mí decía:

-Aquí tenemos a la traidora que se atrevió a matar a la diosa Perséfone.-

Intenté levantarme, pero en cuanto mi pie derecho toco el suelo noté un fuerte dolor en la espalda, que me hizo  gritar, me escocía muchísimo, pero no podía tocarme la herida.

Zeus se puso delante de mí junto con un ángel que llevaba un látigo en su mano.

-Traidora, este es…-

-No he traicionado a nadie.-  En cuanto hablé Zeus puso su mano en mi espalda, y me propino una descarga eléctrica, y cuando alejo su mano de mi hombro me dijo:

-Ya no puedes usar tu poder, ahora eres una simple humana, hasta que salgas de aquí.-

La hija de Hades, La reina del Olimpo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora