Capitulo 2.

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Trate de quitarme a Valery de encima para que me explicara que pasaba con Aiden.

— ¿Que quieres que te explique? Ya no eres su tipo, ella misma te lo dijo —me dijo mientras besaba mi cuello.

— ¡Valery ya por favor! —la empuje levemente sentándola—. ¿Por qué me dijo eso?

—No lo sé Ángel! Sabes que no he mantenido comunicación con ella desde que su relación comenzó a ser más "estable" —bufo riendo—. Pero ayer me encontré a su papá, me conto su situación. ¿Perdida de memoria? Solo a Didi le pasan esas cosas —se echo a reir—. Así que me invito a su casa a ayudarle con esa terrible perdida, diciéndome específicamente que no mencionara nada que se relacionara contigo, ¿qué le hiciste que te odia tanto? —se rió.

— Pero tú no siquiera eras su amiga, ¿por qué ayudarla?

—Era y sigo siendo su amiga, ¿por qué no ayudarla? —dijo divertida—. Además tenía que aprovechar la oportunidad de por fin estar contigo —se acercó a querer besarme.

La empuje un poco más fuerte para pararme y comencé a caminar

—Tranquilo Ángel, no creo lastimarla yo no diciéndole nada de ti, o al menos no más que tú la lastimaste —grito con voz burlona—, ¿recuerdas cuantas pelas tuvieron? ¿Cuantas veces la hiciste llorar?—comenzó a reír.

Tenía ganas de regresarme un soltarle una hostia en la cara, pero recordé que era un chica y estaba ebria, y mejor fui a buscar a Bea.

Ya habían pasado 20 mn. y no sabia donde putas estaba Bea. Ya no quería estar ahí, necesitaba ir a casa y pensar en que voy a hacer con Aiden.
La encontré en el patio con el chico con el que estaba en un principio y vaya sorpresa que me tome cuando vi con quien más estaba, Aiden.

—Bea ya vamonos a casa —me hacer que a ella, tratando de ignorar a Aiden.

Es imposible no lanzarme a abrasarla en estos momentos...

Asintió con la cabeza camino a la calle.
Ya en el carro le pregunté qué como estaba con ella, que si le había dicho algo o que si la había recordado. Pero me dijo que no, que estaba con ella por el chico de la pipa pero que no le reconoció, y que ni siquiera ella reconoció a Aiden, dijo que no era la misma chica que ella recordaba que iba a la casa.

Llegamos a casa y Bea se ofreció leerme un cuento antes de dormir, pero llegue tan cansado, tanto emocional como físicamente, que me dormí al momento de acostarme en la cama.

***
— ¡Hey! —se acerco Roy—. ¿Que tal, bro? ¿Viste ayer a tu enamorada? —sonrió.

—Em... si, solo que estaba demasiado borracho y no pude hablar bien con ella, en realidad por un momento creí que la estaba alucinando —reí.

— Ah claro, ¿y se olvido de quien eras? —rió.

Mi sangres comenzó a hervir, solo pensaba en que quería golpearlo por decir eso, entonces ya estaba pegado en la pared con mi mano en su cuello. Él se siguió riendo a pesar de que lo miraba como si quisiera matarlo.

— T-tranquilo bro —se comenzó a decir, seguía riendo— Bea me dijo ayer, pensó que podría ayudar.

— ¿Y ayudar con qué, exactamente? —comencé a apretar su cuello.

—A que... A-a que te recuerde —dijo con dificultad.

Achine los ojos y seguí presionando su cuello, veía como cambiaba de su color natural a rojo y de este a morado.

Lo solté y el cayo a piso tociendo.

— ¿Y cómo piensas a ayudarme a logrará eso? —volte una silla y me sente apoyandome en el respaldo.

Él se sento apoyado en la pared frente de mi.

—Pues mi mamá es la que le proporciona los medicamentos a su papá, y hoy en la mañana averigüe dos cosas que te servirán —raspo la garganta y se sobo el cuello.

Exagerado, ni lo apreté tan fuerte. Rode los ojos.

— ¿Y cuáles son esas dos cosas?

—No va a ningún instituto, estudia en casa con una tutora, su padre la está vigilando mucho, no la deja salir para nada —dijo. Suspire frustrado—. Pero la deja salir tres veces a la semana, va a clases de canto. Así que esa podría ser una oportunidad para que hables con ella.

— ¿Y a dónde va a esas clases? —pregunte acelerado.

—Tampoco soy detective, solo sé lo que te dije.

— ¡Pero me las dices incompletas!, es como si me dijeras nada.

—Pues tu eras su novio

—Aún lo sigo siendo —aclare.

—Bueno... deberías de saber donde iba a clases de canto TU NOVIA.

—No... —lo pensé un poco—. Dudo mucho que la lleve en el mismo lugar sabiendo que yo se donde es.

—Pues ya te dije todo lo que se —puso sus manos en su nuca.

—Pues no me sirve de mucho lo que me dices —bufe.

—¿Que no te sirvió de mucho? —dijo incrédulo— Según tengo entendido sabes tres cosas más que ayer, gracias a mi.

—Que estudia en casa y su papá no la deja salir a otro lugar que no sean sus clases de canto son dos cosas Roy —rodee los ojos.

—Y sabes que mi mamá le proporciona los medicamentos a su papá, y va a recogerlos los mismos días que su pare la lleva a sus clases —sonrió.

— ¿Y cuando vuelve a ir por los medicamentos?

—Dentro de dos días.

En ese momento, me contagio su sonrisa.

***
"Bea. Hoy no pasare por ti, iré a la casa de Roy para "el proyecto".
Espero que puedas perdonarme el que tengas que ir en ese camión lleno de idiotas, jaja".

***

Ahí estaba, bajando por las escaleras de esa grande y antigua casa. Era en el mismo lugar que iba antes de irse, me sentí estúpido al saberlo y no le dije a Roy que ya sabia donde era.

Estábamos escondidos atrás de un carro, su papá estuvo en su carro afuera de la academia las tres horas que ella estuvo adentro . Iba a ser demasiado difícil que me acercara a ella.

Desde el momento que la vi salir por la puerta me di cuenta de algo, no era ella.

Llevaba puesto un vestido color vino con unos zapatos del mismo color, su cabello amarrado en una coleta con un listón. A ella no le gustaban los vestidos, ella detesta usar zapatos, ella odia tener el cabello amarrado; Ella era una chica que usaba tenis bajos y mezclaba los colores, se dejaba el cabello suelto para sentirse cómoda sin dejar de verse bien. La chica que yo estaba viendo entrar a ese carro azul si la conocía, era la chica que su papá quería que fuera, pero aunque la conozco no quiere decir que esa chica sea mi Aiden.

—No sabía que también venía aquí por ella —dijo Roy—. En verdad no quiere que nadie excepto él se le acerque. Tal vez no quiere que nadie le haga daño.

—El es el que puede hacerle el peor daño —murmure—. Me ayudaras a hablar con ella la para su próxima clase —me levante y comencé a caminar.

— ¿Como? —se levanto torpemente detrás de mi—. Su papá estará aquí todo el tiempo.

—No lo estará.

— ¿Y como vasa  hacer que no lo este, genio?

—Yo no, tu —me pare y el choco conmigo—. Bea te ayudara, considerarlo como un favor de mi parte —le guiñe el ojo y seguí caminando.

Olvídame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora